lunes, 26 de mayo de 2014

ESCUCHANDO LAS PALABRAS DEL BIKUT*
 
Por: Mirbel Epiquien Rivera
 
 
La Historia

Se acaba de oficializar el día de la diversidad cultural y lingüística, que de acuerdo al ministerio de Cultura, se celebrará cada 21 de mayo,  en ese día se pretende revalorar la importancia de una condición natural de nuestro país, su diversidad étnica. Tres días después,  el 24 de mayo, desde las montañas del Sureste Mexicano, en Chiapas, el mítico Subcomandante Marcos emitió su último discurso para dejar de existir como tal en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), a partir de ahora el Subcomandante sólo será un símbolo de la insurgencia zapatista.
 
El EZLN se creó en 1994 en el estado de Chiapas con el fin de defender los derechos de la población indígena. Miles de kilómetros al sur, el pueblo  indígena untsuru chuara, tal como se denominan los jíbaros en su lengua autóctona, también tienen mucho que contarnos sobre su lucha reivindicativa.
 
La familia Jíbaro comprende cinco pueblos originarios de la Amazonia que comparten una misma tradición lingüística y cultural; el pueblo achual, awajun, kandozi, wampis y shiwiar. De acuerdo a Pedro Mayor y Richard Bodmer (2009), es la única nación indígena de América  que conserva casi intactas su costumbre y libertad. Este pueblo impidió la expansión territorial Inca sobre sus tierras, primero con Tupac Yupanqui y luego con Huayna Capac. Derrotaron a los conquistadores españoles, pero no impidieron la creación de asentamientos misioneros en Jaén de Bracamoros (1549) y luego en Santa María de Nieva, sin embargo,  poco después cuando los españoles empezaron a esclavizarlos se produjo la gran rebelión jíbara en 1599, logrando retomar el control de sus territorios durante muchos años. Luego hubo muchos intentos de reconquista española, y fueron los Jesuitas los que más avanzaron, pero como en 1704 la corona prohibió el trabajo misionero de la orden, los jíbaros quedaron sin contacto hasta mediados del siglo XX.
 
A inicios del siglo XX la relación entre los jíbaros y hombres blancos y mestizos era de mucha hostilidad, sobre todo por los intentos de esclavitud de parte de los caucheros, con quienes estos negociaban pero siempre a la pérdida y en favor de los rapaces mercaderes de la shiringa (caucho). El año 1947 el Instituto Lingüístico de Verano  envío un grupo de lingüistas a territorio awajun, y en 1949, la orden Jesuita estableció su misión en Chiriaco, parte de esos escenarios de la época son contados exquisitamente por Vargas Llosa en su novela “La Casa Verde”.
 
A partir de 1960 el pueblo jíbaro, sobre todo los awajun y wampis, permiten la colonización de sus tierras, pero el proceso fue un fracaso y estos se vieron desposeídos de sus territorios y en medio de grandes injusticias por parte de los apach, el nombre que se da a los que viene de fuera (mestizos). Esto desencadeno en la creación de organizaciones indígenas como el Consejo Aguaruna – Huambisa, que logró frenar la colonización y asegurar la tenencia de los territorios comunales.
 
Hoy en día el pueblo jíbaro sigue luchando: la llegada de colonos, la pérdida de sus territorios, la sobre extracción de sus recursos, los nuevos patrones de crecimiento poblacional (son la segunda nación indígena amazónica más grande del país después de los Ashaninkas), las nuevas enfermedades, la adopción de malas costumbres foráneas, la contaminación de sus ríos, la interrelación en desventaja con la cultura occidental, entre otras cosas, han hecho que los pueblos awajun y wampis se encuentren con altos niveles de miseria y desnutrición. No es justo para un pueblo de carácter libertario y de gran riqueza espiritual.
 
El Debate
 
Estoy seguro que la palabra “desarrollo” siempre fue escuchada por los pueblos jíbaros, desde hace siglos, pero al final siempre se ha querido despojarles de todo, hasta hubo un presidente que los llamó ciudadanos de segunda categoría, por el solo hecho de defender sus recursos. Y ese es el principal punto del debate, cómo garantizar que los pueblos awajun y wampis puedan mantener sus derechos sobre sus recursos y su territorio.
 
Antes debemos definir nuestros concepto de desarrollo, si pensamos bajo el esquema liberal de mercado basado en PBI o renta estaremos detrás de impulsar ideas de expansión agrícola, ganadera, de extracción de madera, extracción de oro, venta de mercancías manufacturadas, explotación de mano de obra barata y otras “lucideces” que nos quieren  hacer creer algunos portavoces de actual modelo económico, la pregunta es ¿eso es lo quieren los Amazonenses jíbaros de Bagua y Condorcanqui?
 
Personalmente comparto las ideas de economista Amartya Sen sobre el desarrollo basado en la LIBERTAD, esa libertad que los pueblos awajun y wampis siempre han buscado. Amartya Sen, premio nobel en economía el año 1998, argumenta que para alcanzar el desarrollo debemos centrarnos en cinco tipos de libertades: 1) las libertades políticas, es decir la posibilidad de participar, decidir, expresarse, criticar; 2) las oportunidades sociales, es decir los servicios públicos al que se puede acceder, de tal manera que todos puedan tener las mismas oportunidades de crecimiento personal; 3) libertades económicas, vale decir los derechos que tienen las personas en acceder a mercados y en poder disfrutar de la redistribución de riquezas; 4) Las garantías de transparencia, entendida como los niveles de confianza entre los miembros y estructuras sociales, esto se refleja en el compartimiento de información, reducción o desaparición de la corrupción y el cumplimiento de las normas; y 5) la seguridad protectora, para ayudar a los más desfavorecidos en lograr su sobrevivencia y crecimiento personal, esto va desde buenos servicios de salud, alimentación y otros subsidios que ayuden a poblaciones desfavorecidas.
 
¿Cuánto de estas libertades se ha logrado alcanzar en los pueblos indígenas de Amazonas?, ¿cuánta participación política indígena tenemos ahora?, ¿qué tanto se ha avanzado en darles oportunidades de crecimiento personal a los niños y jóvenes en las comunidades de Bagua y Condorcanqui?, ¿cuánto ejemplo estamos dando a los pueblos indígenas en el manejo transparente de las cuentas?, ¿cuánto hemos avanzado en brindar servicios básicos de protección a las comunidades?, ¿cuánto de los derechos autóctonos de defensa territorial han sido avaladas por el resto de la sociedad?, son sólo algunas preguntas que también debemos empezar a debatir, y debemos hacerlo nosotros, porque por estas tierras no tenemos un Subcomandante Marcos que lleve la voz indígena hacia donde deba ser escuchada.
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*Bikut: El Bikut es el filósofo awajun, un ser que se transforma en toe y que se mezcla con el ayahuasca para conectarse con otros mundos.

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