sábado, 14 de diciembre de 2013

PROYECTO CHADIN 2 Y LA VISIÓN DEL DESARROLLO
 
Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro

 
En los últimos años se viene escuchando y ejecutando en el Perú una cartera de proyectos energéticos a través de hidroeléctricas, explotación de fosfatos, hidrocarburos, carreteras interoceánicas y otros; pero nos habremos preguntado: ¿De dónde nace esta visión de desarrollo que supuestamente encumbrará a nuestro país y Amazonas hacia el crecimiento y desarrollo?

Veamos, la amazonía peruana (que incluye gran parte del Departamento de Amazonas), ha ingresado en una nueva era de explotación de sus recursos. Si hasta hace 50 o 100 años resultábamos ser el “patio trasero” del Perú, depositario de solo materias primas como la zarzaparrilla, la madera o el caucho; productos que se exportó a Europa principalmente; hoy resulta que somos depositarios de energía debido al caudal de nuestros ríos, propios de nuestra geomorfología; depositarios de fosfatos, hidrocarburos y un canal comercial para unir el Atlántico y el Pacífico.
 
Chadín 2, es un proyecto hidroenergético, entre Amazonas y Cajamarca y que busca aprovechar las aguas del rio Marañón para la construcción de una central hidroeléctrica que consta de una presa de 175 m. de altura para formar un inmenso embalse de agua y así generar energía eléctrica.
 
La respuesta a nuestra pregunta inicial, es que esta cartera de proyectos responde a una Visión de Desarrollo que el gran gigante sudamericano, el Brasil, lo viene desarrollando desde muchas décadas atrás. Los proyectos como Chadín 2, responden a las necesidades del Brasil, mas no a una visión construida desde el seno de nuestra nación.
Nuestro vecino Brasil, ahora quinta economía del mundo, desplazando inclusive a Francia, necesita crecer y desarrollarse. Este país tiene un cuidadoso y planificado  crecimiento y desarrollo, debidamente visionado, que involucra acercarse a los países del Asía, principalmente a sus potencias económicas como China, Japón y Corea, para poder asociarse y comercializar sus productos. No cabe duda que para ello tienen que llegar y dominar el Océano Pacífico. Eso está bien, y es algo positivo para el país vecino.
Brasil para ello necesita un canal natural para llegar al Pacífico y eso representa el Perú. Nuestro país se ha convertido en algo así como un “puerto intermedio” del Brasil, por donde se trasladará su producción hacia los países del Asía, y también un “puerto exquisito” para la obtención de energía que sirvan a sus territorios y pueblos del Noroeste brasileño, la obtención primaria de hidrocarburos, fosfatos y productos agrícolas que satisfagan las necesidades de este país gigante.
Bien por Brasil que crezca y se desarrolle, pero sobretodo es un daño para nosotros  que somos uno de los pocos países que no contamos con un Sistema de Planificación que indique una Visión de Desarrollo; y toda esta cartera de proyectos como mencione anteriormente, no nacen por las necesidades y la planificación del Perú, sino por lo que viene haciendo Brasil como país potencia. En suma, estos proyectos responden a los intereses del Brasil.
 
Si esta cartera de proyectos nace por intereses unívocos de un gigante económico, el Perú lo que ha hecho es adecuarse a estos proyectos, sin siquiera entender los daños medioambientales y sociales que acarrean. Porque Chadín 2, para Cajamarca y Amazonas, debe involucrar un reconocimiento del área afectada para analizar los impactos que tendría a nivel social, ecosistémico y cultural; más allá del positivo resultado económico y energético que nos hacen recordar las instituciones formales.
En Amazonas debemos construir un espacio de “Debate Regional” donde participen los diversos actores involucrados en dicho proyecto. Donde constantemente informemos a la población no solo los beneficios de dicho proyecto; sino también los impactos negativos que se tendrá a diferentes niveles. La triada del desarrollo tiene que respetarse y ponerse en agenda: crecimiento económico viable, desarrollo social aceptable; y sostenibilidad ecológica y cultural.
En este Debate Regional, nos tenemos que preguntar y sincerar en torno a: ¿cuál es el interés y beneficios del Perú, y de Amazonas en particular, con relación al Proyecto Chadín 2? La población afectada por este proyecto necesita saberlo. En Amazonas lamentablemente, no se conoce todavía en su magnitud los impactos que acarreará este proyecto; por eso que existen indecisiones, dudas y hasta indiferencias; lo cual está muy mal, porque el desarrollo lo hacemos todos de manera articulada.
Finalmente, no vayamos a ser “engullidos” o resultar el “patio trasero” del gigante Brasil. Necesitamos construir nuestra propia agenda a nivel regional y nacional, y así poseer una Visión de Desarrollo debidamente planificada. Para ello requerimos un Estado y un Gobierno Regional ágil, moderno, competitivo, eficaz y con claridad en sus responsabilidades y áreas de competencia. La Visión del Desarrollo para Amazonas y el país en su conjunto, no tiene que ser importada, menos impuesta por los intereses de otros países.
El Desarrollo de Amazonas y del país lo construimos tod@s, de manera articulada y respetando  a nuestras sociedades, culturas y ecología, o en todo caso estamos destinados a seguir siendo el país tercermundista exportador de materia prima; y Amazonas el departamento que comparte el último tercio de pobreza, desnutrición, pésima educación y deforestación en el país. El “Debate Regional” está en la cancha, empecemos.

lunes, 2 de diciembre de 2013

LA FOCALIZACIÓN EN LOS PROGRAMAS
 
SOCIALES
 
Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro
 

Uno de los problemas mayores en los programas sociales del país es la focalización, que han ido ocurriendo sobre todo en los procesos de selección de personas no pobres, como pobres (infiltración); y a personas pobres, catalogarlas como no pobres y por ende excluirlas de los programas (subcobertura). A pesar de ello, la participación de las personas ha aumentado en la mayoría de los programas sociales, pero el aumento de los beneficiarios está relacionado con personas que han dejado de ser pobres o en todo caso no representan la población objetivo de los programas (infiltrados). Más aún esto está ocurriendo en “programas bandera” como JUNTOS, Vaso de Leche y PENSIÓN 65.
 
Las personas más pobres y vulnerables en el Perú, todavía tienen problemas en el acceso a los programas sociales, revelando limitaciones en las estrategias de identificación de los beneficiarios. Los resultados indican que existen costos elevados debido a estos problemas de focalización, sobretodo en el caso del Vaso de Leche y Programa JUNTOS que son considerados como programas mal gestionados, y donde los problemas de Infiltración y Subcobertura restan eficacia a dichos programas.
 
Los instrumentos de focalización debieran tomar en cuenta las diversas realidades sociales, culturales y geográficas de nuestro país, así como la participación de los beneficiarios o usuarios de los programas, avanzando hacia la construcción de un Sistema Nacional de Focalización que permita la identificación adecuada de quienes  serán los beneficiarios de los programas sociales.  Esto en razón a no duplicar los objetivos y metas, y de esa manera contribuir al ahorro de la inversión pública y así pueda destinarse los recursos eficientemente hacia los más pobres. Es necesaria la articulación de los diversos sectores, para hacer comunes los objetivos y metas en torno a los programas sociales, de esa manera haremos viables los procesos de visión y gestión en torno a las políticas públicas.
 
Un criterio de importancia para una focalización adecuada de beneficiarios está relacionado con los grados de vulnerabilidad. Es necesario contar con mapas territoriales de vulnerabilidad, considerando a los niños pobres, personas adultas mayores rurales, madres gestantes en vulnerabilidad, a las personas indocumentadas (no acceden a los programas sociales debido a que algunos programas solicitan como requisitos poseer el DNI).
 
Este último problema en el Perú se está solucionando en la población rural, aunque todavía se necesita ampliar su cobertura hacia poblaciones alejadas de la selva y el ande. Es de suma necesidad tener el registro de identificación de la población con menos de 18 años, para focalizar el gasto social en esta población más pobre, el analfabetismo (las personas  que no saben leer y escribir), muchas veces no se enteran de la presencia de los programas sociales dentro de su espacio territorial, porque la difusión y comunicación de los mismos en los pueblos más alejados, se realiza a través de panfletos y otros escritos, a la cual esta población no tiene acceso o no les entienden. El Estado ha tenido resultados efectivos en la lucha contra el analfabetismo, que ha permitido la disminución de analfabetos en el Perú.
 
El problema es notorio si es que intervenimos en espacios donde las poblaciones son hablantes monolingües. Las personas en el Perú, son más vulnerables si es que solamente hablan el quechua, aymará o alguna de las 42 lenguas amazónicas. Los programas sociales tienen que tomar en cuenta estas realidades lingüísticas, justamente para hacer eficiente la gestión y evitar los problemas de focalización.
 
Las poblaciones nativas y campesinas son poblaciones vulnerables en su grado más superior. Por sus condiciones de exclusión y pobreza, es necesario adoptar para ellos políticas públicas, donde los programas sociales refuercen los aspectos de protección social, a través del alivio de necesidades básicas como la alimentación y la salud. Se debe crear o reestructurar los programas sociales de protección, teniendo en cuenta los diversos condicionantes que existen en el interior de las poblaciones nativas de la amazonía y los andes peruanos.
 
Asimismo podemos mencionar que el aumento de participación en los programas sociales, a pesar de la reducción de la pobreza, se debe a que los programas se han “institucionalizando”, no solo como espacios de satisfacción primaria de problemas de alimentación y salud; sino también, como espacios de “ahorro”, desde la visión familiar de una comunidad. Es por ello que existe un aumento de los infiltrados, personas que dejaron de ser pobres, pero siguen dependientes de los programas, no por la necesidad de satisfacer sus carencias, sino por la necesidad de ahorro ya que todavía están en el limbo de la línea de la pobreza y la vulnerabilidad económica. Esta paradoja de que a pesar de la reducción de la pobreza, todavía las personas siguen haciendo uso de los programas sociales, sobretodo personas que ya han superado la línea de pobreza; es un reto para tener en cuenta en investigaciones y gestiones futuras.
 
Una adecuada focalización, también implica construir un registro único de beneficiarios, que no solamente muestre datos cuantitativos sobre los impactos de intervención de los programas sociales; sino también, los potenciales agropecuarios, culturales y ecológicos del área o espacio social intervenido; y los niveles de articulación al mercado. Esto responde a reunir información valiosa, no solamente de los programas sociales “protectores”; sino también de los programas “capacitadores” y “promotores”, ya que es necesario contar con información gradual de los beneficiarios que han alcanzado ciertas capacidades o en todo caso han mejorado sus niveles de vida, haciendo uso de estos programas sociales. En conclusión, focalizar adecuadamente permitirá el éxito en los impactos de los programas sociales.
 

miércoles, 16 de octubre de 2013

NUESTRA EDUCACIÓN DE FARÁNDULA
 
Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro

 
En el último ranking del Foro Económico Mundial, el Perú se ubica en el puesto 84 en cuanto al desarrollo educativo; es decir, nos alojamos como los peores en Sudamérica en Educación. Es más, nuestro Índice de Capital Humano refleja que estamos ubicados en el último tercio de Latinoamérica, para ser precisos en el puesto 75 de 122 países, obviamente superados por “países competencia” de la región como Chile, Uruguay, Brasil y México.
Por otro lado, últimos indicadores de ranking de universidades en el mundo, muestran que ni siquiera aparecemos con un Centro Educativo Superior, entre las 500 universidades mejor rankeadas; es más, ninguna de nuestras universidades figuran entre las 20 mejor posicionadas de América Latina, si solo evaluamos las universidades de nuestra región.
Algo está pasando con nuestra educación, que históricamente se ha convertido en un problema estructural que nos reta a dar soluciones multidimensionales; llámese en el aspecto nutritivo, de salud, bienestar laboral, servicios básicos, entorno familiar, reformas educativas, etc. El hecho lamentable es que durante las últimas décadas, los diferentes gobiernos de turno han mantenido el gasto (mejor resalto Inversión) en educación alrededor del 3% del Producto Bruto Interno (PBI), a pesar que necesitamos como mínimo el 6% de nuestro PBI para hablar de un verdadero desarrollo inclusivo y sostenible de la educación en el Perú.
Como vemos en estos datos cuantitativos, ocupamos los últimos puestos en educación en Latinoamérica y la principal causa es tener un Estado débil que NO INVIERTE lo necesario en educación, si nos medimos en relación con otros países; más aun, tenemos un Estado desvirtuado, que no quiere afrontar esta problemática desde un punto de vista estructural. Esto nos hace un país “deslegitimado” en cuanto a capacidades y conocimientos de nuestro capital humano, y por ende rezagados al momento de “competir” con otros países de la región.
No podemos aspirar a ser país desarrollado, si nuestro Capital Humano convive con estos indicadores educativos; si los niñ@s de Huancavelica o Apurímac, no retienen los conocimientos porque su Desnutrición Crónica Infantil está por encima del 30%; si mas del 60% de las familias de Condorcanqui, en Amazonas, no cuenta con servicios básicos como agua y luz para poder atender a sus niños y niñas en edad escolar.
Cómo mejorar la educación en nuestro país, si lamentablemente cada semana se crean universidades fantasmas que venden títulos al mejor postor; o rectores de universidades privadas que se asignan sueldos por más de dos millones de soles mensuales, dejando de invertir en la investigación y la educación de sus alumnos. Qué mejoras podemos lograr en educación, cuando el actual sistema educativo superior te permite obtener el título a través de un examen o un curso de dos meses, debidamente pagado; haciéndonos menos competitivos a nivel de región y desdibujando el carácter real de una universidad: la investigación.
Los datos cualitativos en cuanto a educación, como vemos, conviven con lo amoral. Porque educación no solamente se construye en el aula; educación se hace pragmáticamente también en la familia y la sociedad. Personalmente creo que la familia y los medios sociales de comunicación en el país, necesitan de una “reingeniería” para convertirse en dos pilares fundamentales que apoyen a la escuela en edificar, ese ansiado constructo llamado: Educación Peruana Sostenible e Inclusiva.
La realidad dura, lamentablemente nos da una cachetada y nos imbuye dentro de su sistema, mostrándonos que los niños, niñas y jóvenes en edad escolar y universitaria, están pendientes de medios de comunicación que deforman el sentido educador que deberían tener, al mostrar programas que colindan con la amoralidad y la “ignorancia” (cuando uso este término me refiero a la escases o limitados conocimientos, porque en el Canal de Televisión más visto de nuestro país, no existe una hora a la semana de un programa educativo o cultural) en su real dimensión.
Basta con observar estos programas juveniles, donde la farándula, hace de la “ignorancia”, una forma de vida. Donde es mas valioso la belleza del cuerpo, mas no así, la admiración al conocimiento; porque confundir a nuestro héroe del Combate de Angamos con el Libertador San Martín; es mostrar la ignorancia plena de un país que se forma y construye a partir de una EDUCACIÓN DE FARÁNDULA.
Que hacemos. Hay muchas cosas que hacer para mejorar la educación. En primer lugar se necesita de políticas decisivas que hagan de la educación el pilar fundamental para el desarrollo peruano. Es necesario aumentar el presupuesto en educación, que vaya más allá del 6% de nuestro PBI. Por otro lado debemos fortalecer e incentivar acciones público-privadas para hacer frente a las causas estructurales de nuestra problemática educativa, solucionando aspectos de inseguridad alimentaria, trabajo y salud, reforma educativa, servicios básicos, convivencia familiar y otros.
Propongo que es de suma necesidad una educación descentralizada e inclusiva, a través de un respaldo político-institucional, que haga viable el encuentro armonioso de las culturas a través del diálogo intercultural. En un país pluricultural, la descentralización educativa con una visión intercultural de conocimientos, responderá a la inoperante educación formal y homogénea que se imparte actualmente en la escuela.
Es necesario fortalecer a la familia en su papel de “educador de entrada o primera instancia”. Para ello necesitamos de una familia peruana responsable, armoniosa y con un conjunto de herramientas y capacidades para hacer de sus hijos, a través de la educación, pilares para el desarrollo futuro del país. Los medios de comunicación tienen que desatarse de esa parsimonia de vender solo “ignorancia” para hacer de sus empresas un negocio, a expensas de construir una sociedad amorfa y sin un sentido de desarrollo. En este mundo de la tecnología y la información necesitamos de medios de comunicación que eduquen y fortalezcan al capital humano.
La Educación de Farándula, no puede seguir siendo ese signo distintivo que “forme”, propicie conocimientos y de herramientas educativas a nuestros niños, niñas y jóvenes del país; porque estamos cometiendo un grave error que se acentuará en futuras generaciones. El desarrollo del país involucra reformular varios aspectos que envuelven el sistema educativo; pero más allá del trabajo de las instituciones; es necesario cambiar esa Educación de Farándula que gobierna en todo sentido a nivel de personas. Necesitamos iniciar el cambio desde nosotros mismos. La Educación Sostenible e Inclusiva es la gran herramienta que permitirá el despegue humano y económico en nuestro Perú.

viernes, 27 de septiembre de 2013

LOS PROGRAMAS SOCIALES EN EL PERU

Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro

 
Los programas sociales (sobre todo los programas alimentarios y de subvención económica) se vienen implementando desde hace más de dos décadas en el país, y su aporte a la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones en pobreza y vulnerabilidad han sido mínimas; o en todo caso, han hecho que en estos grupos sociales se “institucionalice la pobreza”, a través del asistencialismo.
 
La mayoría de los programas sociales en el Perú, se caracterizan por su  poca eficiencia y eficacia de su gestión. Por otro lado existen problemas de duplicidad de los programas, ya que muchos fueron creados teniendo en cuenta las lógicas coyunturales políticas, activistas y reactivas; existiendo programas con el mismo objetivo en sectores del Estado distintos, con la misma población objetivo, con los mismos objetivos, independientes unos de otros. No fueron creados de acuerdo a un plan de política social visionaria y estrategias de desarrollo compartidas e inclusivas.
 
Esto ha dado lugar a una baja eficacia de los programas sociales. Dado que han logrado metas en coberturas o han alcanzado productos específicos (número de raciones alimentarías entregadas, por ejemplo), pero han tenido un bajo aporte a variables de efecto o impacto, como la desnutrición infantil, mortalidad infantil, mortalidad materna o la reducción de la pobreza de ingreso. Esta baja eficacia es lo que imposibilita que el gasto social, se convierta en inversión social, definida está en función del retorno social del gasto (mayores capacidades humanas).
 
Para un gasto social efectivo - e inversión social posterior - con los programas sociales, se debe fortalecer la armonía viable, aceptable y sostenible entre las políticas económicas y sociales. Es de suma necesidad un proceso de descentralización efectiva, que siga fomentando la participación de las instancias locales y regionales en el diseño y control social del gasto; además de facilitar las iniciativas de gestión y control social del uso de los programas sociales, al poder local organizado. Se hace necesario hoy en día, fuertes procesos de capacitación, aprendizaje y empoderamiento de los programas por parte de los gobiernos regionales y locales; esa es la lógica de potenciar la descentralización.
 
La mínima eficacia no depende necesariamente solo de criterios técnicos como la buena focalización. La eficacia también tiene que ver directamente con los enfoques y con las estrategias desarrolladas por los programas. Así, tenemos que ver, ajustar y solucionar los siguientes puntos para que los programas sociales se conviertan en herramientas de inversión para el desarrollo de los grupos sociales más pobres y vulnerables:

*   En primer término, se debe trascender el “chip asistencialista” de la entrega de alimentos, raciones o dinero hacia una efectiva utilización de la misma, por la población objetivo. Por ejemplo, fortalecer la capacitación a madres en la preparación de alimentos con las raciones alimentarías entregadas por el programa.
 
*   Fortalecer la articulación de los programas existentes, incluso cuando éstos tengan  logros hasta el nivel de productos. Existen diversos programas que interviene a veces en los mismos lugares duplicando acciones u operando independientemente uno de otro. Esto conlleva a gastos innecesarios y a problemas de gestión superpuestas.
 
*   Otro punto a solucionar en los programas sociales es su fragmentación territorial, tal que en un distrito con altos índices de pobreza, opera por ejemplo un programa de agua y saneamiento, pero no el de asistencia alimentaria, o los de aprestamiento temprano. La confluencia articulada de componentes sobre una población en pobreza, podría constituirse en una estrategia adecuada para obtener efectos e impactos en estos programas sociales.
 
*   En un país tan diverso geográficamente y heterogéneo culturalmente como el nuestro, es necesario que los programas sociales adopten los criterios de territorialidad, basados en un enfoque de desarrollo territorial, entendiendo siempre que el territorio es una construcción social. Si fortalecemos este enfoque contribuiremos a que los programas sociales alivien y superen sus problemas de fragmentación sectorial y focalización. Si pensamos en territorialidad de los programas, fortaleceremos su monitoreo y evaluación a través información relacionada con el acceso a activos básicos, potencialidades y características de la población beneficiaria de espacios específicos con mayores índices de pobreza y exclusión.
 
*  Un concepto clave de los programas sociales debería ser la interculturalidad, incorporando la dimensión cultural en sus diferentes procesos. En un país multicultural, y en donde muchos de los bolsones de pobreza y pobreza extrema, pertenecen justamente a comunidades campesinas y nativas donde, creencias diversas, particulares cosmovisiones, hábitos alimentarios y manejo de la salud diversos, conceptos propios del desarrollo, etc; los programas sociales tienen que responder estratégicamente y de manera eficiente a partir de espacios donde se implemente un “diálogo intercultural” con sus pobladores. Es necesario realizar “diagnósticos de entrada” previos a la implementación de un programa social, para conocer las realidades donde se va a gestionar los mismos.
 
*   Teniendo en cuenta el punto anterior, la tarea de los programas sociales en la lucha contra la pobreza y la inclusión social, es buscar los vasos comunicantes entre las diversas racionalidades o culturas que habitan el espectro social de nuestro país. Saber escuchar los que piensan los otros, en un espacio de dialogo horizontal, no solamente harán efectivas la intervención de las políticas públicas; sino también, contribuirá a fortalecer la gobernabilidad y el orden democrático del país.
 
*   Los objetivos de los programas sociales son reducir la vulnerabilidad y acceso a derechos básicos, por lo tanto éstos tienen que fortalecerse como espacios que activan las condiciones adecuadas de alimentación y salud de las personas para enganchar con programas que desarrollan las capacidades y oportunidades económicas, justamente de las personas más vulnerables. Esto no significa que estos programas se conviertan en asistencialistas o “institucionalicen la pobreza” como mencione anteriormente, sino que con una gradual y adecuada focalización a nivel distrital, se evitará los problemas de infiltración y subcobertura.
 
En el caso del programa de Comedores Populares y otros programas alimentarios, es necesario hacer una reestructuración en sus niveles dirigenciales. La renovación de los dirigentes (muchos(as) de ellos se encuentran por varios años) que manejan los comedores permitiría romper los vínculos sociales, familiares, políticos, etc. que limitan la focalización adecuada de los beneficiarios y la buena gestión de los programas, y por el contrario conlleva a un beneficio del dirigente. El crecimiento de la subcobertura y la permanencia de infiltración también está en razón de estos vínculos construidos. Hay dirigentes y beneficiarios construidos por lazos consanguíneos y compadrazgos que no están en la línea de pobreza, cuentan con medios económicos suficientes; y así reciben los beneficios de los programas.
 
*   Los programas sociales no solamente necesitan de la refocalización, sino también de una reformulación teórica y de enfoques sobre la pobreza en nuestro país. Los programas sociales no pueden seguir interviniendo bajo un enfoque univoco de la pobreza tal como lo conocemos. Las pobrezas en el Perú son diversas y diferentes entre sí. Los pobladores pobres de zonas rurales de la selva, ande o asentamientos humanos urbanos tienen dinámicas heterogéneas en torno al desarrollo de sus pobrezas; por lo tanto, es necesario reconceptualizar y/o reformular la forma de intervención y gestión de los programas sociales.

Los programas sociales en el Perú requieren de ajustes estratégicos y adecuados para poder convertir el gasto en una “inversión social” sostenible. Es necesario hacer del asistencialismo o la “institucionalización de la pobreza”; la “institucionalización” de nuestras oportunidades y capacidades. Los programas sociales son claves en países en vías de desarrollo como el nuestro, pero se tienen que construir bajo paradigmas que respondan las necesidades y realidades de sus beneficiarios y no a respuestas de coyunturas políticas o electoreras.
Lamentablemente esto último es la historia del apoyo social institucionalizado en nuestro país. Necesitamos de nuevos enfoques y “nuevas reglas” al  momento de referirnos a los programas; pero también de una nueva clase de gestores políticos y técnicos que puedan hacer de los programas sociales una herramienta que permita mejorar la calidad de vida de las poblaciones más pobre y vulnerables. Una ardua tarea que requiere el compromiso de tod@s los peruanos. 

jueves, 22 de agosto de 2013

AMAZONAS EN EL 2021 ¿UN MITO O UNA REALIDAD?
 
Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro
 


A un año aproximadamente de concurrir nuevamente a las urnas para elegir los destinos de nuestras regiones y municipalidades, estamos observando que las cúpulas políticas empiezan a moverse para tratar de convencer al pueblo  a través de sus clásicos discursos y sus poses de “caricaturistas de barrio”, una nueva oportunidad para gobernarnos. Los "politiqueros", con la misma temática y atino politiquero, salen de sus aposentos para tocar las manos de los pobres de nuestro país, porque saben que de esas manos callosas y maltratadas depende el futuro de su vida, de su entorno familiar y amical.
 
Otra vez entramos a este juego histórico de los ofrecimientos y las soluciones a los problemas de nuestro país; y nosotros, pueblo, como siempre a soportar las promesas de los candidatos. Seguro que nos hablaran que habrá mas trabajo, que se mejorará la salud y la educación, que habrá alimentos para todos, que se construirán carreteras, etc. Eso lo escuchamos desde que tenemos uso de razón, pero miremos analíticamente a nuestro país y veamos como está. Los peores en América Latina en educación, uno de los bolsones de pobreza mas grandes en el mundo, la mayor cantidad de personas subempleadas en América, corrupción y violencia social por todos lados, y muchas otras problemáticas demás.
 
Claro el problema del Perú no es de hace 15 años o 50 años, ni tampoco de una o un grupo de personas. El problema de nuestro país es desde que nos truncaron nuestra evolución independiente y autóctona con esta  invasión de los europeos en 1492, desde esa época hasta ahora, nosotros entramos a formar parte del problema nacional. Pero claro, de ese pasado nosotros nunca pudimos aprender las cosas buenas y malas que sucedieron para afrontar nuestro futuro. Nuestro Amazonas actual, por ejemplo, fue una zona estratégica en tiempos pasados, en términos de intercambio comercial y desarrollo humano. Los Luya y Chillaos, los Chachapoya, los Ucllis, los Baguan, etc., fueron grupos humanos que supieron idear y ejecutar un desarrollo sostenible de su región; ¿acaso nosotros hemos aprendido o estamos aprendiendo de ellos?
 
Bueno contar la historia de esta región me tomaría mucho tiempo, pero ver el futuro de Amazonas para el 2021 desde el presente, me resulta mas fácil. Yo preguntaría: ¿los candidatos (regionales y municipales) tendrán un plan de trabajo con visión de futuro para sus pueblos, para el 2016 en adelante? Mejor pregunto: ¿Tendrán los candidatos una idea clara de la problemática regional, en sus diferentes ámbitos? Esperamos como Amazonenses que para el 2021, con un trabajo de todos, nuestra región sea:
 
  • El principal centro nororiental exportador de productos agropecuarios (café, arroz, ganado, papa, etc), no solamente al mercado nacional, sino también una economía insertada con el mercado internacional.
  • El mayor destino turístico del norte y nororiente del Perú, para ello nuestras autoridades y la población tienen que plantearse una plataforma de actividades para resguardar, restaurar y poner en valor la riqueza arqueológica, ecológica y la cultura viva. Señores tenemos un potencial inmenso en arqueología, ecología y cultura viva; ¿porque nos dormimos, y esperamos que otros (ajenos a nuestro entorno regional) den la iniciativa?, ¿acaso existe falta capacidad y creatividad en nuestra región? La verdad no lo creo.
  • Fortalecer la educación regional, teniendo como punto de avanzada el conocimiento de nuestra realidad social, económica y cultural de nuestros pueblos. ¿Estarán nuestras autoridades políticas y las instituciones educativas coordinando planes educativos donde se reformule el nuevo conocimiento que debe tener el niño y joven amazonense?, ¿Los institutos y la universidad estarán interviniendo en crear nuevos conocimientos, desde una perspectiva local y regional o seguirán aplicando métodos teoréticos que provienen de fuera?, ¿Se estarán enseñando en las instituciones educativas de nuestra región, lo que fue esta gran cultura nororiental hace milenios de años?, ¿conocerán nuestros alumnos algo sobre los Luya y Chillaos, los Ucllis,  los Xumbia, los Chachapoyas y otras poderosas macro etnias de nuestra región?. En suma ¿existe identificación cultural de nuestros alumnos y población en general con nuestra historia pasada, los restos arqueológicos heredados, las costumbres y el entorno ecológico? Son preguntas claves en cuanto al nivel educativo de nuestra región que debemos hacernos, para ver si tenemos el respaldo en cuanto a conocimientos y capacidades humanas, que nos permitan afrontar el futuro de la mejor manera.
  • Una región activa en el desarrollo del país, donde sus pueblos (excluidos actualmente), estén insertados en la sociedad nacional; participando de sus problemas y poniendo bases para construir los pilares del desarrollo.
  • Una región unida donde todas las provincias y distritos, busquen conjuntamente el desarrollo, dejando de lado ese actual divisionismo regionalista que no conlleva  a nada. En este punto, dejemos de lado ese divisionismo de que “tal ciudad es mejor”, que “tal pueblo es más comercial que el otro”, y otros términos que históricamente nos han sumergido a un atraso moral, económico y humano. Señores autoridades, aúnense con sus pueblos y formemos un solo bloque regional, iniciemos un dialogo regional donde participemos tod@s, y demos cada uno de nosotros, aportes para atacar en bloque las problemáticas de nuestra región. Espero que en un futuro próximo, todas estas rencillas, resentimientos y odios internos se borren totalmente; ustedes señores autoridades y candidatos tienen que dar el ejemplo.
Creo, como Amazonense, que hay muchas cosas que decir y plantear sobre nuestra región, como diría el científico italiano Raimondi “Somos un país sentado en un banco de oro”; yo diría que somos unos mendigos que caminamos cargando en un costal, nuestras potencialidades y nuestro futuro mismo, sin saber que hacer con ellos. Creo que la oportunidad está en nuestras manos como región; ah pero eso si necesitamos dirigentes capaces, con una visión de futuro promisoria, que no se duerma en sus “aposentos” formales y trate de buscar por todas la vías el apoyo necesario para iniciar el despegue de nuestra región.
 
Necesitamos una población preparada y capacitada, que quiera y practique sus costumbres, que preserve sus monumentos arqueológicos y que conserve su ecología. Necesitamos una juventud que no este pensando en la diversión del fin de semana, y que esté analizando constantemente su problemática regional y trate de darles soluciones. Necesitamos formadores educativos idóneos que puedan guiar a nuestra niñez y juventud con sus concejos y conocimientos hacia el camino del éxito, y no (como es costumbre en nuestra región) al fracaso personal, que suma en demasía a la problemática regional.
 
Señores, el futuro depende de nosotros, no hay que esperar que otros piensen y hagan por nosotros; o actuamos mancomunadamente e iniciamos nuestro desarrollo regional para salir de nuestro letargo histórico de olvido, exclusión, atraso e indiferencia; o nos quedamos en añoranzas, engañándonos de que somos mejor que otras regiones, y seguir siendo los eternamente contemplativos de la realidad que nos pasa por encima. ¡SEPAMOS ELEGIR AMAZONENSES!. 
 
“Abramos nuestro costal, que como mendigos lo cargamos, y descubramos que hay dentro, y empecemos desde ese descubrimiento a dejar de ser los mendigos de siempre de este país”

jueves, 1 de agosto de 2013

LA SALUD Y LA MEDICINA TRADICIONAL EN EL PERÚ
 
Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro
 
 
En nuestro país pluricultural, las sociedades rurales asocian de manera directa su cultura y cosmovisión, con la salud y las enfermedades. El puente que los enlaza es la medicina tradicional o folklórica. Por ello el dialogo intercultural con estas poblaciones es indispensable, cuando se quiere implementar políticas o programas sociales, económicos o de salud. En nuestras comunidades andinas y amazónicas el cuerpo (sus órganos y fluidos) de las personas está encapsulado dentro de cosmovisiones (la visión del mundo)  e historias que le da una importancia preponderante por generaciones.
 
Entonces las políticas de salud tienen que construirse e implementarse a partir del entendimiento de los conocimientos y racionalidades de la ruralidad. Esto evitaría conflictos sociales, agresiones y hasta muertes de los servidores médicos. Esto por ejemplo ocurrió hace algunos años en una comunidad Awajun, donde médicos murieron a manos de comuneros, debido a que “rompieron las reglas comunales”, al hacer tocamientos a sus mujeres para detectar algunos males o aplicarles inyecciones; actividades normales para los médicos occidentales, que a los ojos de los Awajun son negativos, porque no se puede tocar a sus mujeres sin el permiso de los hombres y menos aplicar inyecciones porque según sus creencias se está introduciendo “cosas malignas” al cuerpo. La importancia del cuerpo en nuestras comunidades.
 
A parte de que previamente se tiene que entrar en un diálogo intercultural, se debería implementar en los centros médicos y hospitalarios, áreas de medicina alternativa, donde la medicina tradicional de las localidades rurales sea puesta en valor y permita la afluencia de las personas rurales a los centros hospitalarios. Un problema de la salud en las zonas rurales es justamente la poca y limitada afluencia de las personas a los centros médicos, esto se debe a múltiples factores (económicos y culturales principalmente).
 
Desde el lado cultural, las cosmovisiones juegan un rol importante en el manejo de la salud. Los “curanderos” o “chamanes” son los médicos en las poblaciones rurales, las poblaciones confían en ellos o ellas, más que en los médicos occidentales. La importancia y buena salud del cuerpo recae en personajes que culturalmente y socialmente son aceptados e institucionalizados dentro de la organización, los médicos occidentales quedan en segundo plano o cuando la enfermedad es muy grave.
 
Entonces en las comunidades, la importancia del cuerpo y sus fluidos, reviste vital importancia en la adquisición de un poder; de un poder de curar, de un poder de “mover las maquinas” (el cuerpo); o de un poder de dar continuidad a la vida, como lo expresan culturalmente nuestras comunidades rurales.
 
Lamentablemente la formación de los médicos occidentales y profesionales de la salud en el país, todavía está limitada al conocimiento cultural de los pueblos; sabiendo que estos profesionales realizan sus actividades de Serum en poblaciones rurales, donde la salud tiene un concomitante cultural. La interculturalidad tiene que ser parte de la formación de estos profesionales, para poder llegar a estas poblaciones sin crear conflictos que afecten a los actores involucrados.
 
Existen diversos seres sobrenaturales personificados que son “actores” cosmovisionarios o culturales de las múltiples facetas que caracterizan el aspecto de la salud en nuestras comunidades indígenas amerindias. Quizás para la sociedad occidental, la cultura occidental; la temática de esta lectura, el asocio de la cultura con la medicina en las sociedades rurales; sean consideradas como manifestaciones folklóricas y sin un sustento científico y por tanto no son dignas de tomarse en cuenta al momento de hablar de una política de salud.
 
Esta forma de pensar de “nosotros”, difiere totalmente de la racionalidad de esos “otros” excluidos. Conlleva a comprender las realidades desde la imposición etnocéntrica, que considera que la cultura o sociedad occidental es superior a estas sociedades rurales; por tanto no ver de manera intercultural las realidades, deviene en conflictos no solamente relacionados con la salud, sino también relacionado con la minería por ejemplo, que cada día nos manifiestan los medios de comunicación.
 
Si aplicaríamos e intervendríamos teniendo en cuenta los procesos interculturales de nuestro país pluricultural, solucionaríamos muchos de los problemas que devienen de este choque de culturas, racionalidades o civilizaciones. Por tanto el tema de la salud, no es inherente a un análisis multidisciplinario al momento de implementar o crear políticas, programas o proyectos. Comprender la salud en los pueblos rurales, es comprender la real importancia que tiene el cuerpo humano "culturalmente construido", dentro de los procesos organizacionales y funcionales de nuestras comunidades campesinas y nativas.

viernes, 19 de julio de 2013

NOSOTROS SOMOS CULPABLES DE NUESTRAS AUTORIDADES
 
Por: Jorge Reina Noriega
 
El tiempo pasa inmisericorde. Ayer elegíamos con mucho optimismo a las autoridades regionales y locales que ahora nos representan. Lo hicimos con mucho entusiasmo, basados en sus antecedentes de ocupar cargos públicos de mucha importancia y de los pergaminos que exhibían. Creímos y estábamos seguros, que no podíamos equivocarnos, a pesar de que en cierta ocasión, fuimos tratados en forma despectiva, ante un requerimiento de la conclusión de la carretera de Pedro Ruiz a Chachapoyas, sin embargo, nada hizo cambiar nuestra actitud, porque primero estaba el bienestar y el progreso de nuestros pueblos.
 
Ahora se aproximan nuevos eventos eleccionarios y ya se encuentran en el partidor muchos personajes, que van a postular, posiblemente con muy buenas intenciones o enmascaradas pretensiones, que a lo largo de su mandato, si son elegidos, empezarán a aparecer.
 
La Política, ciencia, doctrina u opinión, es una actividad donde deben ser protagonistas solo gente decente, valiente, profesionalmente capaz y sin ningún apetito de poder, que pueda caer en actos denigrantes de corrupción. Cansados estamos de los juicios por malversación, incapacidad gerencial y por corrupción que se abren a las personas que terminan en los cargos en que fueron elegidos.
 
En la prensa televisiva, hablada y escrita, aparecen con grandes titulares que fulano o mengano están siendo procesados o investigados por corruptos, pero, yo me pregunto, ¿Quiénes son los culpables?… Y todos concluimos, que es el pueblo que los eligió y se dejó engañar, por los “encantadores de culebras” o los que venden cebo de macanche, o agua florida con lagartijas, o por los múltiples pícaros que no aparecen en la estampita y son los verdaderos beneficiados con los puestos y contratos que consiguen…, sin olvidarnos, de esa sarta de ineptos, claro, con contadas excepciones, que se cuelgan de las listas de los candidatos y de la noche a la mañana se convierten en consejeros, – ¿consejeros de qué, qué es lo que aconsejan o qué cosa fiscalizan? – , o regidores, – ¿regidores de qué, qué dirigen, qué gobiernan, qué guían?, lamentablemente esa es nuestra realidad, el señorcito que ayer era un don nadie, no tenía donde caerse muerto, ni llevarse un pan a la boca,…o la damita, que era una simple secretaria, funcionaria de último nivel, o una pésima ama de casa, por arte de magia se transforman en autoridades petulantes, que se lucen en los desfiles, en las ceremonias y plazas…, autoridades, con “hache”, pretensiosas y obsecuentes, malcriadas y prepotentes, que desconocen que el sueldo que los pagan, pertenece a todos los peruanos, que es el fruto de nuestros impuestos, de nuestro deber de aportar, como ciudadanos y que el lugar que ocupan, es con la finalidad de ponerse al servicio…, óiganlo bien…, “al servicio” de la comunidad, o dicho de otro modo, no en forma peyorativa, sino más bien didáctica, para que se entienda…, en “sirvientes” de la sociedad y no en gerentes, jefes, ni mandamases, patrones o verdugos.
 
Claro que fácil es decir, estamos en Democracia, somos autoridades elegidas por el pueblo y la voz del pueblo es la voz de D+os,… Definitivamente, parece como cierto, son los votos de todos los que les elegimos, pero… ¿cuántos de nosotros sabemos a quién elegimos… cuántos de nosotros tenemos la capacidad de elegir al mejor,… o, cuántos de nosotros estamos sujetos a obedecer órdenes y consignas, que son impuestas por los vividores de la inocencia del pueblo…, cuántos de nosotros sabemos que D+os, jamás se equivoca y que nadie está autorizado para usar, con el mayor desparpajo, su nombre, y decir cínicamente para engañar al pueblo, que es la voz de D+os?.
 
No señores, no es el pueblo, el culpable. Culpable, somos nosotros, toda esta recua de cobardes, que nos pintamos como honorables, dignos y decentes, que no tenemos el valor de asumir la dirección y la defensa de los intereses de nuestra Región. Los aristócratas, los señoritos, los así llamados encapotados personajes que nunca seremos corruptos, pero, permitimos que los “corruptos” nos dirijan, por no afrontar responsabilidades, por no mostrar lo que ponen las gallinas y vivir muchas veces cómodos, sin complicaciones, gozando de herencias o dineros mal habidos, como resultado de haber sido burócratas de escritorio o simples indiferentes e indolentes personajes de opereta, que no nos importa nada…, que nos da igual, si roban o se embolsican la plata, si hacen obras, construyen pistas o veredas, ven si falta agua, desagües y alcantarillados, construyen hospitales o postas sanitarias, escuelas o universidades, total que interesa, y con cinismo y desparpajo decimos: a mi no me va ni me viene…, que sufra el pueblo…, el cholo, el campesino, el desheredado,… yo vivo bien, y con lo que tengo, me sobra y me basta…, total…, tengo mi negocio…, mi chacrita, mis vaquitas,… soy respetable e influyente…, tengo dinero, de repente mal habido, pero, tengo,… poseo, mi seguro de salud y si tengo una enfermedad que se complica, me voy a una clínica en la capital y mis hijos…, estudian en Lima o en el extranjero, porque en las que hay por estos lares, que estudien los descamisados, los que desean ser profesionales del montón…, los que van a conseguir un puestito como favor de la autoridad de turno,… si señores esta es la gran verdad, que decimos y nos hace ser indiferentes, ante las necesidades de nuestros hermanos engañados y usados repetidamente, para intereses mezquinos.
 
Recapaciten amigos, somos nosotros, los culpables, de que nuestra tierra, no tenga buenos representantes, porque siendo honrados y respetados, nos hemos olvidado de que debemos preocuparnos por la tierra que nos vio nacer, que nos acogió en su seno, las que nos dio la oportunidad de ser lo que somos.
 
Nosotros debemos preocuparnos de que nuestras escuelas, colegios y Universidades saquen profesionales de primer nivel. Que la Educación esté asegurada, porque debe ser impartida por profesionales docentes y no improvisados, docentes que amen a esta tierra, que amen la actividad que desarrollan y sean orgullosos de la labor que desempeñan y no sean los que buscan sacar tajada de lo que administran ni menos usar sus cargos como trampolines para pretender ser políticos.
 
Debemos preocuparnos por sacar provecho de esta tierra bendita de la Región Amazonas, que es un emporio de riquezas en todas las formas, con microclimas variados, tierras productivas, con diversidad de fauna y flora, con ríos y quebradas capaces de dar energía eléctrica a todo el Perú y aún al extranjero, esta tierra que fue asiento de culturas que nos han legado grandes ruinas arqueológicas que deben ser conocidas dentro y fuera de nuestro territorio nacional, esta tierra que está esperando ser cuna de grandes industrias lácteas, agrícolas, pesqueras, madereras, mineras, etc,… con un gran potencial turístico, todavía no explotado a cabalidad y con una población maravillosa de gente buena y trabajadora, que espera buenos y honrados dirigentes y excelentes y probas autoridades.

miércoles, 5 de junio de 2013

AMAZONAS SE DESANGRA: ¿QUIÉNES SON LOS CULPABLES?

Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro
 

Publicado hace 4 años, el 08 de junio 2009 por los hechos del "Baguazo"; y la realidad actual simplemente no ha cambiado.
 
La peor manera de hacernos “visibles” o darnos a conocer que existimos como amazonenses, es quizás la violencia que hemos vivido todos nosotros, este “viernes negro” que paso. ¡Amazonas en guerra!, se “escuchaba” en todos los medios de comunicación nacionales y extranjeros, una región donde viven los “nativos”, los indígenas, los “salvajes” (mencionan los periódicos), los ciudadanos de última clase, las “gentes” si es que se les puede llamar gentes, etc.
 
El resultado de este “viernes negro” en Amazonas lo conocemos, decenas de muertos peruanos (los indígenas amazonenses también son peruanos) y familiares que sufren la ausencia de los mismos. Pero ¿quiénes son los culpables de estos hechos de violencia?, se preguntan todos y nadie da una respuesta clara.
 
Los Awajun y Wampis, son poblaciones que habitan nuestro territorio, ellos ya vivían en nuestro territorio antes que los incas comiencen a expandirse y consoliden el Tahuantinsuyo, ellos ya habitaban sus territorios antes que los españoles nos invadan bruscamente; ellos cazaban, pescaban, trabajaban la tierra y se reproducían antes que se funde la república peruana; en suma, ellos consolidaban sus vivencias, costumbres y su civilización, antes que nosotros los “occidentales”, ya asentados en sus territorios, supiéramos de su existencia.
 
El Perú, a lo largo de su historia, se desarrolla a espaldas de los verdaderos dueños de estos territorios: los indígenas costeños, andinos y amazónicos. La exclusión hacia estos verdaderos dueños, es históricamente la política del Estado peruano, Lima centralista está más cerca a Europa o EEUU que a nuestras poblaciones indígenas. En los últimos 100 años los ciudadanos amazónicos, ¡los peruanos de nuestra Amazonía!, han sufrido la intromisión abrupta del Estado para explotar sus recursos naturales. El caucho, la zarzaparrilla, la madera, el petróleo, el gas, etc han sido explotados (y siguen explotándose) sin tener respeto los territorios y fronteras místicas de los indígenas amazónicos. Inclusive se llegaba a matar a estos peruanos, si es que se resistían a trabajar como mano de obra barata en la época del caucho.
 
¿Cuál es la situación actual de nuestras poblaciones amazónicas?, simplemente siguen en la desidia, exclusión y pobreza extrema por parte de nuestro Estado. Refresquemos algunos datos con relación a los distritos de Condorcanqui y Bagua, de donde provienen los indígenas peruanos que han reclamado sus derechos en estos últimos meses:
 
* El Distrito de El Cenepa en la Provincia de Condorcanqui, se encuentra en pobreza extrema (Quintil 1), según el Mapa de la Pobreza 2006 (FONCODES). El 56% no cuenta con agua potable, el 97% no tiene luz eléctrica, el 63% sufre de desnutrición.
 
* En el Distrito de Río Santiago (Provincia de Condorcanqui) el 100% de pobladores no cuenta con agua potable, el 69% están sin desagüe, el 98% no cuenta con electricidad y el 63% sufre de desnutrición. Su situación es extrema pobreza.
 
* En el Distrito de Nieva (Condorcanqui) el 76% no cuenta con agua potable, el 90% sin electricidad y la desnutrición llega al 59%. Sus pobladores conviven con la pobreza extrema.
 
* En el Distrito de Imaza, Provincia de Bagua, el 79% no cuenta con agua potable, el 91% no cuenta con luz eléctrica y el 64% convive con la desnutrición; por lo tanto, sus pobladores viven en pobreza extrema.
 
Como se observa estas poblaciones viven en extrema pobreza, en exclusión por parte del Estado. Los gobiernos centrales y ahora los gobiernos subnacionales (el gobierno regional y municipales), no han tenido políticas de desarrollo adecuadas y eficientes para el desarrollo de la Amazonía. Han intervenido para explotar los recursos primarios sin tener políticas complementarias para menguar la desnutrición, la carencia de servicios básicos, la exclusión, un dialogo intercultural para poder comprenderlos; en suma, sin políticas inclusivas para abordar la problemática estructural y tratar de mejorar la calidad de vida en esta región.
 
¿Cómo se puede hablar entonces de democracia cuando estas poblaciones conviven con la pobreza extrema?, ¿Cómo intervenir en sus territorios para explotar sus recursos cuando ellos no están enterados a pesar de que el Convenio 169 aboga por la participación indígena en las decisiones que les atañan?, más aún cuando los Awajun y Wampis poseen una relación inmemorial de respeto y veneración a su territorio, algo así como hijo a madre si es que queremos verlos desde la interculturalidad. Los indígenas nacen de los ríos, de los bosques, de la tierra y eso el Estado no llega a comprenderlo en su totalidad.
 
Estamos buscando un “Estado ideal”, pues empecemos por construir a partir de este “Estado real”, donde el gobierno central, gobierno regional y gobierno municipal comprendan que la pobreza y la exclusión no se termina con la aplicación de la “violencia institucionalizada”, sino a través de la voluntad política para aplicar proyectos de desarrollo para mejorar la calidad de vida de nuestras poblaciones indígenas, mestizas y citadinas de nuestra Amazonía. Ahora que el Gobierno Central y el Gobierno Regional de Amazonas cuentan con recursos presupuestarios suficientes, ¿porqué no conducen e implementan políticas de desarrollo para incluir y atender las demandas de estas comunidades, y no caer en el craso error de “devolver” el dinero al erario nacional, porque no se sabe que hacer con el dinero?
 
Lo ocurrido este viernes es una consecuencia de un largo proceso histórico de exclusión y no presencia del Estado en las comunidades de extrema pobreza. Amazonas y sus poblaciones, históricamente han sido y siguen siendo una de las regiones mas olvidadas y pobres de nuestro país. Las instituciones son muy débiles en nuestra región, los servicios de salud y educativos sufren de las carencias básicas que hacen insostenible el buen funcionamiento de las mismas, entonces como convivir en un áurea de “democracia palaciega” cuando no contamos con las herramientas necesarias para el desarrollo regional.
 
Los hechos de violencia han empañado a la Región Amazonas, la manera más infeliz de hacernos conocer. Entre peruanos nos estamos matando, policías mal pagados han derramado su sangre en defensa de un Estado desestructurado, excluyente y desordenado; y ciudadanos amazonenses (indígenas y no indígenas), han muerto por defender sus territorios y dar a conocer al Estado que ellos también son parte de este Perú.
 
La paradoja en el Perú es que nos mencionan que estamos creciendo a nivel económico, pero observamos que cada día estamos más divididos entre peruanos. La solución de este problema en nuestra región, y en general en toda la Amazonía, pasa por una solución política y no por el uso de la fuerza desmedida para matarnos entre peruanos. En nuestras manos (como Estado) esta la solución a los problemas de nuestra región y la Amazonía, es necesario construir un Estado autosuficiente e incluyente que impulse, no solamente el desarrollo de los más ricos, sino también el desarrollo de los más pobres y excluidos.
 
Amazonas se esta desangrado, sus “heridas históricas” de pobreza, exclusión, desnutrición, falta de servicios básicos, incomprensión cultural, mala gestión educativa y salud, ausencia de planes de desarrollo, etc; han sido abiertas. Sobre el río Utcubamba, no se esta esparciendo las ideas para el desarrollo y la mejora de calidad de vida, sino sobre sus aguas corre la sangre de los peruanos (policías, indígenas y no indígenas) y las balas que las causaron sus muertes. Después de esta reflexión, ustedes, lectores y amigos, sabrán inferir quienes son los culpables del río de sangre que corre en nuestra región.