LA SALUD Y LA MEDICINA TRADICIONAL EN
EL PERÚ
Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro
En nuestro
país pluricultural, las sociedades rurales asocian de manera directa su cultura
y cosmovisión, con la salud y las enfermedades. El puente que los enlaza es la
medicina tradicional o folklórica. Por ello el dialogo intercultural con estas
poblaciones es indispensable, cuando se quiere implementar políticas o
programas sociales, económicos o de salud. En nuestras comunidades andinas y
amazónicas el cuerpo (sus órganos y fluidos) de las personas está encapsulado
dentro de cosmovisiones (la visión del mundo) e historias que le da una
importancia preponderante por generaciones.
Entonces
las políticas de salud tienen que construirse e implementarse a partir del
entendimiento de los conocimientos y racionalidades de la ruralidad. Esto
evitaría conflictos sociales, agresiones y hasta muertes de los servidores
médicos. Esto por ejemplo ocurrió hace algunos años en una comunidad Awajun,
donde médicos murieron a manos de comuneros, debido a que “rompieron las reglas
comunales”, al hacer tocamientos a sus mujeres para detectar algunos males o
aplicarles inyecciones; actividades normales para los médicos occidentales,
que a los ojos de los Awajun son negativos, porque no se puede tocar a sus
mujeres sin el permiso de los hombres y menos aplicar inyecciones porque según
sus creencias se está introduciendo “cosas malignas” al cuerpo. La importancia
del cuerpo en nuestras comunidades.
A parte de
que previamente se tiene que entrar en un diálogo intercultural, se debería
implementar en los centros médicos y hospitalarios, áreas de medicina
alternativa, donde la medicina tradicional de las localidades rurales sea
puesta en valor y permita la afluencia de las personas rurales a los centros
hospitalarios. Un problema de la salud en las zonas rurales es justamente la
poca y limitada afluencia de las personas a los centros médicos, esto se debe a
múltiples factores (económicos y culturales principalmente).
Desde el
lado cultural, las cosmovisiones juegan un rol importante en el manejo de la
salud. Los “curanderos” o “chamanes” son los médicos en las poblaciones
rurales, las poblaciones confían en ellos o ellas, más que en los médicos
occidentales. La importancia y buena salud del cuerpo recae en personajes que
culturalmente y socialmente son aceptados e institucionalizados dentro de la
organización, los médicos occidentales quedan en segundo plano o cuando la
enfermedad es muy grave.
Entonces
en las comunidades, la importancia del cuerpo y sus fluidos, reviste vital
importancia en la adquisición de un poder; de un poder de curar, de un poder de
“mover las maquinas” (el cuerpo); o de un poder de dar continuidad a la vida,
como lo expresan culturalmente nuestras comunidades rurales.
Lamentablemente
la formación de los médicos occidentales y profesionales de la salud en el país,
todavía está limitada al conocimiento cultural de los pueblos; sabiendo que
estos profesionales realizan sus actividades de Serum en poblaciones rurales,
donde la salud tiene un concomitante cultural. La interculturalidad tiene que
ser parte de la formación de estos profesionales, para poder llegar a estas
poblaciones sin crear conflictos que afecten a los actores involucrados.
Existen
diversos seres sobrenaturales personificados que son “actores” cosmovisionarios
o culturales de las múltiples facetas que caracterizan el aspecto de la salud
en nuestras comunidades indígenas amerindias. Quizás para la sociedad
occidental, la cultura occidental; la temática de esta lectura, el asocio de la
cultura con la medicina en las sociedades rurales; sean consideradas como
manifestaciones folklóricas y sin un sustento científico y por tanto no son
dignas de tomarse en cuenta al momento de hablar de una política de salud.
Esta forma
de pensar de “nosotros”, difiere totalmente de la racionalidad de esos “otros”
excluidos. Conlleva a comprender las realidades desde la imposición
etnocéntrica, que considera que la cultura o sociedad occidental es superior a
estas sociedades rurales; por tanto no ver de manera intercultural las
realidades, deviene en conflictos no solamente relacionados con la salud, sino
también relacionado con la minería por ejemplo, que cada día nos manifiestan
los medios de comunicación.
Si aplicaríamos e intervendríamos teniendo en cuenta
los procesos interculturales de nuestro país pluricultural, solucionaríamos
muchos de los problemas que devienen de este choque de culturas, racionalidades
o civilizaciones. Por tanto el tema de la salud, no es inherente a un análisis multidisciplinario al momento de
implementar o crear políticas, programas o proyectos. Comprender la salud en
los pueblos rurales, es comprender la real importancia que tiene el cuerpo
humano "culturalmente construido", dentro de los procesos organizacionales y funcionales de nuestras
comunidades campesinas y nativas.
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