viernes, 26 de febrero de 2010

LA LITERATURA POPULAR: DEL MITO A LA ESCUELA

Por: Roger García Clavo


La fuente para conocer el espíritu de un alumno o de un hombre, ha ido transformándose desde sus raíces, desde la educación por medio de la oralidad fantasiosa de generaciones, hasta la tradición o costumbre que ha formado un folklore, una cultura influenciada por la sabiduría y la invasión constante que nuestros pueblos en su historia han sufrido. Nuestro departamento de Amazonas no es la excepción, embargado por el olvido y la poca voluntad cultural que sus autoridades han tenido durante esta etapa republicana.

En nuestro departamento hay una riqueza, de tradiciones, de cuentos, de leyendas, de mitos, etc.; que es su fortaleza de esperanza en esta etapa de su historia.

Esta diversidad de creencias que imperan en el modo de ser de una persona es importante para el maestro de escuela, que hoy en día en Amazonas no se toman en cuenta, a excepción de algunos como de Cuentos y Leyendas de Amazonas, editado por el Gobierno Regional de Amazonas el 2005 y los Cuentos del Tío Puri de Napoleón Culqui Valdez editados también el 2005. EL resto está para el olvido.

A parte de la metodología, la manera de enseñanza – aprendizaje se debe dar también a partir de lo que piensa el alumno de su mundo que lo rodea; es por ello que la literatura popular no sólo es aquella que se encuentra en volúmenes de textos, sino la que existe en la comunidad, para así lograr el entendimiento, el valor, la moral, el progreso y la educación integral moderna. Los pueblos viven en su mito cosmogónico por el progreso, que resulta muchas veces exterminada, acomodada o simplemente exótica, por el trabajo de dominación, tanto de la realidad globalizada y la modernidad (no quiere decir que sea absurda, sino que se hace innecesaria cuando es impuesta).

Citamos a Arguedas dice: “El folklore no puede servir de manera quizá mejor que ninguna otra fuente, mejor que ningún otro instrumento del ser humano, para llegar a la intimidad de los niños, y de los padres de familia y del pueblo en el cual el maestro debe ser un educador, un modelo para la conducta de todos, grandes y chicos.” El maestro de escuela es el indicado más cercano para hacer valorar: cuentos, mitos, leyendas, charadas, etc., en los jóvenes, por más influencia que hayan recibido por la actualidad, medios audiovisuales y la competencia mediática. El hombre, con sus cuentos y mitos es libre porque responde a la tradición de su pueblo, a la sabiduría de lo antiguo y a todo que se ha asimilado a lo largo del tiempo, que va variando de pensamientos y va facilitando de manera directa y asequible el aprendizaje de los niños y adultos, a una cultura que han ido invirtiéndose a través de un proceso de interpretación, social, biológica, histórica y dominación económica.

Todo pueblo (¿en nuestro departamento?) tiene su escuela de formación, su religión y sus tradiciones, que durante las dominaciones han ido tratando de borrar de su memoria, la manera de imaginar su mundo y su identidad, es por ello que el maestro tiene en sus manos la obligación de recuperar esa libertad cultural. En Amazonas se debe hacer un programa de recuperación cultural a partir de la tradición de los pueblos.

Casi la mayoría de pueblos amazonenses, que tienen como única lengua el castellano, ha perdido la sabiduría, el conocimiento de lo antiguo y está olvidando el valor didáctico de los mitos, cuentos y leyendas (alterados con lo externo). La literatura popular con fines de alfabetización “debe valer más a través de la modernidad”, debe ser más dinámica en la escuela por formar una cultura hacia la nueva unidad de los pueblos y de la realización del hombre, con raíz, forma, espíritu y con vínculos de hegemonía social.

Nuestro país herido de gravedad por las invasiones que sigue sufriendo hasta en la tensión más extrema de la oralidad, ha ido nutriendo nuestra literatura, y la escuela no es una excusa para arrinconar hechos que advierten la acción de un pueblo; sino dialécticamente es un proceso social que los pueblos y maestros, en contra de la presión misionera irán contrarrestando al sistema. La escuela debe de ser un lugar de limpieza moral de un pueblo, debe ser la realización del hombre por valorar el arte, y como causa de su unidad valorar la cultura de la libertad, verdad y justicia.

Rodrigo Montoya dice “un reencuentro de una sociedad con la danza, con la poesía, con el derecho de la gente a tener sus propios dioses, sus propios ritos, a bailar lo que le gusta bailar”, a contar sus relatos, a imaginar la igualdad de condiciones, por medio de relatos que han ido adaptando y asemejando con limpieza y unidad de surgimiento necesario para el borrador de un Perú socialista, dejando de lado o sirviendo de aliento las historias de héroes vencidos, de dolor y pena inculcado por sinvergüenzas, extirpadores, etnocidas, culturicidas, todo lo que se pueda imaginar para hacer el cambio a su modo sin ninguna propuesta de sensibilidad y aliento. Esto no quiere decir que la escuela debe ser continuista del acontecimiento, no debe ser un mendigo sentado en una silla de oro; sino, debe ser un lugar de arte y de ciencia al servicio de la comunidad: por la sensibilización, frescura y encanto del hermano con múltiples perspectivas por contemplarlo realizado a través de su cultura

“Por nuestra literatura que depende íntegramente de la conciencia humana y del lenguaje oral”, es momento de dar a conocer el valor necesario de la literatura popular y oral de nuestros pueblos de Amazonas para que nuestros niños y jóvenes salgan de la rudez cultural ( creado por encomenderos y por nacionalistas equivocados) hacia el porvenir, el contenido estético y a la producción del arte; por un país más adelantado y con más profunda personalidad artística; con alma y sensibilidad que perdure en su memoria, de acuerdo a la circunstancia e interpretación de la historia y de la sociedad.

La literatura popular, del mito a la escuela, es el carácter democrático que puede tener el arte por la enseñanza y aprendizaje de niños y jóvenes de nuestros pueblos; y así distanciarnos de la ignorancia moderna.

Nuestro departamento de Amazonas, esta pasando un momento de revalorización de nuestros pueblos indígenas motivados por su identidad con la tierra y los ríos. Este manejo de espíritus está ligado a sus tradiciones y su a carácter de libertad y justicia.

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