miércoles, 21 de noviembre de 2012

LA PROBLEMÁTICA DEL MEDIOAMBIENTE EN EL PERÚ
 
Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro

 
Analizar la problemática medioambiental del país es tener en cuenta tres grupos de posiciones y actitudes, según el analista en estos temas, Nicolo Gligo: las Tradicionales, Coyunturales y Futuras; donde se concentran diversas categorías para su mejor entendimiento. Hay que partir del hecho de que en nuestro país el tema medioambiental, no es parte de una agenda nacional, si se quiere hablar en términos de institucionalidad, como tema transversal en nuestras organizaciones públicas y privadas. Estas organizaciones, solo responden a través del “discurso” cuando se aborda la problemática; clara muestra de que no existe una política medioambiental que trascienda el ámbito de los grupos de ecologistas o las ONGs medioambientalistas. Entonces partimos en la mayoría de casos, de “discursos” medioambientalistas desde nuestro Estado.
Veamos en primera instancia las posiciones y actitudes TRADICIONALES. La problemática del medioambiente en nuestro país, débilmente ha formado parte del debate político; más aun, la temática del medioambiente ha sido “mal utilizada” por los políticos para “aprovecharse” de un beneficio personal que posteriormente les traiga réditos políticos. El medioambiente, como un arma para procesos políticos y electoreros. La política en el país, no aborda el tema medioambiental para solucionar sus problemas.
En el país la economía es el fin y no el medio, por tanto marchamos bien, si es que tenemos cifras azules en nuestra economía. Somos un país “economicocentristas”, que busca el desarrollo económico a expensas de un desarrollo social o medioambiental. Nos medimos en torno a los análisis costos-beneficios, convirtiendo a nuestros recursos medioambientales (depredación y explotación de los mismos) como instrumentos para alcanzar el crecimiento económico que ahora tenemos. La economía peruana prescinde del conocimiento medioambiental, y en ello basa su crecimiento a expensas de la explotación irracional y la no sostenibilidad de sus recursos. En lo que respecta a las tecnologías, no son necesariamente confiables si se quiere solucionar el problema medioambiental. En las actividades mineras por ejemplo, a pesar de su alta tecnología, siempre conllevan a procesos de contaminación, a si sea en su mínima expresión, que a lo largo de los años suman. Pero en el actual momento las tecnologías se hacen imprescindibles en algunos casos para la conservación ecológica.
Si bien es cierto, nuestras comunidades rurales son los actores claves para la conservación del medioambiente, no hay que caer en la conclusión que siempre será así. En una economía de lucro globalizante y arrolladora, hace que las comunidades sean “empujadas” a este tipo de economía, conllevando a que busquen la sobrevivencia, aunque ésta involucre la explotación y depredación de sus bosques para un beneficio economicista. Esto tampoco nos debe direccionar a “anidarse” en las posturas ecologistas, porque el desarrollo social y humano (queramos o no) siempre acarreará costos medioambientales; por lo tanto a la ecología y sus recursos bióticos y abióticos, no hay que encapsularlos en conservacionismos radicales que impidan el desarrollo.
El segundo grupo de posiciones y actitudes COYUNTURALES, están actualmente implementándose en torno al medioambiente. A nivel institucional en el país, se han creado diversas organizaciones medioambientales estatales y no gubernamentales, que se consagró con un Ministerio del Ambiente. Este Ministerio ha conglomerado a todas las instituciones públicas en el tema, y se ha convertido en el sector clave en torno a la política medioambiental, a pesar que todavía no tiene un monto presupuestal adecuado y se haya convertido en un sector burocrático que limitadamente da solución a los problemas y conflictos socioambientales. Por otro lado, la problemática medioambiental se agudiza debido a la pléyade de normas, reglas y leyes que existen; tanto así, que se han convertido en ineficaces e ineficientes, ya que duermen en el “sueño de los justos” al momento de una problemática ambiental.
Otro causal que ha agravado esta problemática, es la privatización masiva o las continuas concesiones de tierras con fines economicistas, conllevando a que los empresarios o concesionarios hagan uso de los recursos naturales de manera depredacioncita, produciendo conflictos sociales y ambientales. Esto es lo que está viviendo actualmente nuestro país. A setiembre de este año la Defensoría del Pueblo reporta 167 conflictos activos y 71 conflictos latentes, la gran mayoría de ellos tienen su génesis en problemas socioambientales. Si no se redirecciona y reestructura los fines que persiguen estas privatizaciones, seguiremos confrontándonos en procesos conflictivos socioambientales, que desembocan en acciones perjudiciales para el Estado y sus ciudadanos.
El último grupo de posiciones y discusiones (las FUTURAS), esta conllevando que a mediano y largo plazo la problemática medioambiental se convierta en un debate a nivel mundial, pero lamentablemente los países desarrollados no son conscientes de esta problemática; más aun, no suscriben convenios multinacionales a favor del medioambiente, porque sus intereses se fundan en acciones cortoplacistas. En el Perú tenemos diversas problemáticas ambientales que ponen en riesgo ecosistemas “únicos” y variados, pero esto no reviste interés en países desarrollados que desconocen conocimientos y buscan el desarrollo a expensas de la explotación y depredación. A pesar de que el riesgo ecosistémico en nuestro país tiene su origen principal fuera de sus fronteras; con este cambio climático, debido al calentamiento global producido principalmente por la alta contaminación que emiten “países desarrollados”.
Por otro lado, la problemática medioambiental ha sido empoderada por ONGs, debido a la inactividad o limitado compromiso de nuestras instituciones públicas y académicas. Esto permitió y permitirá que las ONGs muchas veces se sigan “lucrando” por los altos financiamientos que provienen del exterior y otras veces se comporten como “actores políticos” que manejan el escenario de las relaciones entre Estado – Empresa – Comunidades; escenario que a luz de los hechos cotidianos, son negativos, perjudiciales y conflictivos.
Como país, con ecosistemas frágiles, se debería ser más estricto en el tema medioambiental, cuando implementamos relaciones comerciales con otros países. Deberíamos sobreproteger nuestros RRNN en los intercambios de productos que sustentan económicamente estas relaciones bilaterales o multilaterales. Esto podría reflejarse con el intercambio de productos alimenticios orgánicos y no orgánicos que se da entre el Perú con los países que comercializan productos transgénicos, que ponen en riesgo nuestra producción orgánica.
El tema medioambiental es transversal a las diversas problemáticas estructurales del país; así hay que concientizarlo y empoderarlo a nivel institucional y de la ciudadanía. Cuando logremos hacerlo, podremos confluir en un desarrollo sostenible y articulado a nivel social, económico, cultural; y sobre todo a nivel ecológico. Es una tarea pendiente de un Estado fuertemente institucionalizado y de las personas comprometidas, dentro de un equilibrio horizontal entre el hombre y su ecología.

viernes, 2 de noviembre de 2012

HACIENDO DE AMAZONAS EL PARAÍSO TURÍSTICO DEL PERÚ Y EL MUNDO

Por: Mirbel Epiquién Rivera

 
Hay tres cosas por las que cualquier persona del mundo no puede dejar de visitar Amazonas, aquel departamento del Perú en el Nororiente de los Andes: 1) Por su pasado, con una civilización milenaria que se desarrolló paralelamente a la cultura Inca, dominando uno de los territorios más agrestes y difíciles del mundo;  2) Por su presente, con poblaciones indígenas Jíbaras que aún dominan gran parte del territorio, con un complejo de caídas de agua que se encuentran entre las más grandes del mundo, y con un riqueza biológica aún poco valorada, y  3) Por su futuro, como un prometedor polo de crecimiento nacional a través del desarrollo turístico.
Es cierto que los expertos en el tema dirán que no hay que diversificar la oferta turística, que debemos enfocarnos en un solo atractivo y desde allí conectarse a otros satélites de interés, vale decir, enfocarnos en la llacta de Kuelap y vender lo que se encuentra alrededor suyo (Leimebamba, Karajía, Chachapoyas, Gocta). Sin embargo, planteo algunos alcances sobre otros aspectos que podrían mejorar las estrategias actuales de promoción turística en nuestra región:
Cultura Inca en Amazonas.
Algunos Amazonenses desconocen que los Incas, en su afán de conquista del Norte Peruano, establecieron dos centros políticos administrativos, el primero se encuentra en la localidad de Aypate, en Ayabaca, Piura. Desde allí se controlaba el ingreso y salida de recursos y gente de los Andes del actual Ecuador hacia la costa, el segundo se ubica en la localidad de Cochabamba, en el distrito de Chuquibamba, al sur de la provincia de Chachapoyas, desde allí se controlaba el ingreso y salida hacia la selva baja. Bien, si uno visita Cochabamba se encontrará con evidencias físicas de la arquitectura Inca. La Dra. Inge Schejellerup, en sus varias publicaciones sobre esta parte del departamento, manifiesta que existe un gran complejo Inca enterrado bajo el actual pueblo de Cochabamba.
Ahora, el sur de Chachapoyas, es decir Chuquibamba y Leymebamba, tienen una de las mejores rutas de tracking de la región (y porque no del país). Tuve la suerte de viajar muchas veces por esta ruta y recuerdo el camino al borde del río Utcubamba en su parte más alta, con prados, bosques y riachuelos. El paisaje contrasta con los diversos restos arqueológicos que uno encuentra en el camino; los complejos funerarios de La Petaca y Diablo Wasi en el sector de Tajopampa, los andenes circulares en forma de cono invertido de Bóveda, quizá los únicos en el norte peruano y de características similares al de Moray en Cusco. La Joya, Atuén y el encanto del páramo Chuquibambino, hacen de este viaje uno de los más inolvidables que se pueda tener.
Biodiversidad.
Ted Parker III, el más grande ornitólogo que tuvo del mundo, dijo alguna vez:  “…El Perú ofrece, para los aficionados en aves, más que cualquier país en el mundo,…. estar aquí es como cuando uno niño está en una tienda de juguetes nuevos y fascinantes” . Perú tiene alrededor de 1804 especies de aves, y junto con Colombia somos los países con mayor cantidad de aves del mundo. Sin embargo lo que pocos saben es que el departamento de Amazonas tiene registrado un poco más de la mitad de aves del Perú, el 53% de aves del Perú (aproximadamente 900) lo podemos encontrar en Amazonas. Teniendo en cuenta que los observadores de aves o birdwatching son el segmento más numeroso de turistas que hay en el mundo, pues tenemos que ir actuando sobre el tema.
Amazonas también posee una diversidad de ecosistemas en buen estado de conservación para la oferta del turismo de naturaleza, tenemos páramos, bosques de montaña, bosques secos, bosques de palmeras, bosques de llanura aluvial y valles sobre los cuales se puede establecer albergues, refugios y todo tipo de atractivos para los que gustan de ambientes silvestres.
Aventura.
Alguna vez un gran amigo, buen conocedor  del territorio nacional, me dijo que hay dos regiones en el Perú en el que aún se pueden descubrir ciudadelas perdidas, el Urubamba en Cusco y las montañas de Amazonas. Esto no deja de ser cierto con los recurrentes descubrimientos que se vienen dando en nuestra región, pero la aventura en Amazonas va más allá de ciudadelas perdidas. La existencia de yacimientos geológicos del Triásico en Bagua y Bagua Grande hacen de Amazonas la región con mayor cantidad de restos paleontológicos del país, que junto con algunas partes de Puno y Argentina son los únicos lugares de Sudamerica en donde se puede encontrar restos de dinosaurios.
Mi buen amigo “Perico” Heredia posee un terreno cerca al río Utcubamba, el lugar se llama Milpuc. Al igual que el distrito de Milpuc en la Provincia de Mendoza. Milpuc es una derivado de la lengua quechua que significa “tragadero”, y hace referencia a esas zonas en donde el agua de los ríos o puquios desaparece entre el suelo para volver a aparecer en otras partes cuenca abajo. Esto se debe a la naturaleza calcárea de esta parte de la región, con un material tipo caliza distribuido en gran parte del subsuelo de las provincias de Chachapoyas, Luya y Rodríguez de Mendoza, se han generado grandes cavernas que recién están siendo descubiertas para el mundo entero, según algunos entendidos, estas cavernas podrían estar entre las más grandes del mundo y son un gran atractivo para espeleólogos y gente aficionada a la aventura en cavernas.
Y bien, ¿cómo concretamos acciones destinadas a usar estos ricos recursos,  complementarios a la arquitectura Kuelapense?. Con un afán de generar debate y propuestas planteo las siguientes acciones:
a)      Carretera Balsas – Chuquibamba – Leymebamba.
Contra lo que digan muchos, la ruta de ingreso ampliada y mejorada desde Cajamarca hacia Amazonas debiera ser desde Balsas hacia Chuquibamba y luego hacia Leymebamba, para culminar finalmente en Chachapoyas. De tal manera que se integran poblaciones de los distritos de Balsas, Chuquibamba y Leymebamba, reduciendo los actuales tiempos de viaje, aprovechando los recursos turísticos de paisaje y aves del bosque seco del Marañón (desde Balsas hacia Pusac) y de los páramos de Chuquibamba. Haciendo que el flujo de visitantes pueda aprovechar mejor los recursos turísticos que ofrecería la ciudadela Inca de Cochabamba, antes de disfrutar la belleza que ofrecen los paisajes y cultura de Leymebamba. ¡¡¡ Y  por todos los santos!!!, evitando un viaje interminable y peligroso que es la actual ruta de ingreso desde Celendín.  
b)        Habilitación del aeropuerto de Rodríguez de Mendoza para vuelos comerciales.
En este sentido pienso como Amazonense, no como Chachapoyano, Baguino o Luyano, y en dicho sentido la integración regional sólo se dará si dejamos de lado chauvinismos y mezquindades locales. Es una realidad natural que las condiciones orográficas de Chachapoyas son distintas a las de Rodríguez de Mendoza, y es por ello que el aeropuerto de Rodríguez de Mendoza es mucho más amplio, y mejor aún, puede ampliarse más. Si a esto añadimos la riqueza turística de las cavernas de Mendoza y Soloco, o la riqueza natural de los bosques de palmera de Ocol, tendremos una mayor oferta para los visitantes, haciendo que los vuelos puedan llegar primero a Rodríguez de Mendoza y desde allí, con una carretera asfaltada, se podrá llegar en dos horas hacia Chachapoyas, no sin antes haber disfrutado de Rodríguez de Mendoza, Ocol, Molinopampa, Soloco. Claro, el aeropuerto de Chachapoyas siempre estará allí para los que no desean entrar por esta parte de la región. Ya!!, ¿pero si ni siquiera hay vuelos a Chachapoyas?, pues seamos ambiciosos y pidamos más, no sólo vuelos a Chachapoyas, sino también a Rodríguez de Mendoza.
c)       Rutas de las aves.
Si uno quisiera conocer la mayor cantidad de aves del Perú pero sin salirse de un solo departamento sería Amazonas. Podríamos empezar en los bosques secos de Marañón en Balsas, hasta la localidad de Pusac, para subir hacia Chuquibamba y Leymebamba observando aves altoandinas, continuar hasta Chachapoyas para recargar baterías y luego seguir la marcha hacia Luya, Huaylla Belén, Ocumal y Camporredondo para salir por Lonya Grande, en las que se observarán aves de montaña, bajar hacia el bosque seco del Marañón en el sector de Cumba hasta Bagua, en donde uno podría elegir ingresar a Condorcanqui para observar aves de bosque lluvioso o selva baja o proseguir la marcha hacia Bongará para continuar el viaje hacia San Martín. Para este caso también es necesario culminar con las carreteras ya trazadas y mejorar las condiciones de las mismas. Debemos resaltar también que la cuenca del Marañón, desde Ocumal hasta Corral Quemado, ofrece atractivos que van desde restos arqueológicos, complejos de pinturas rupestres (Camporredondo, Lonya Grande) y cultura del cultivo de café. Esta ruta culminaría en Bagua, en algún tipo de circuito de los dinosaurios, con algún museo, souvenirs, guiados especiales a los yacimientos paleontológicos. 
Finalmente estas ideas necesitan debatirse, si bien es cierto que no toda la región puede vivir del turismo, pero podemos lograr que más gente pueda beneficiarse de esta actividad. Se trata entonces de invertir pensando en integración, sostenibilidad ambiental  e igualdad de oportunidades. ¿Quién empieza?