domingo, 9 de octubre de 2011

“SOBRE MAÍZ, PAPA, YUCA Y COSMOVISIONES”. ENTENDIENDO LA NUTRICIÓN DESDE LA INTERCULTURALIDAD EN NUESTRO PAÍS


Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro


Introducción

El rostro de la pobreza[1] en el Perú se materializa en la mala alimentación que tiene gran parte de nuestras sociedades rurales (ande y amazonía) y asentamientos humanos de la urbe. A pesar de los esfuerzos que se están haciendo por parte de entidades estatales y entes cooperantes, todavía se mantiene ese rasgo de la inseguridad alimentaria en nuestro país. Ante esta situación cabe preguntarnos entonces, ¿porque siendo nosotros un país rico en alimentos con altos contenidos de proteínas y carbohidratos y buenas prácticas alimentarias, vivimos todavía sumergidos en esta situación de pobreza? Bien sabemos el alto potencial que poseemos con nuestra cultura alimentaria: ¿porque no aprovechamos los recursos existentes para aliviar el hambre y la mala nutrición que nos aqueja?

Nuestro país en el marco del cumplimiento del Plan Nacional de Superación de la Pobreza, ha elaborado la Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria[2] (ENSA) con el fin de reducir los niveles de inseguridad alimentaria a nivel local, regional y nacional; especialmente en la poblaciones vulnerables (mujeres, niños, discapacitados y en comunidades campesinas y nativas). Pero muchas de estas estrategias programáticas, no conciben ciertos elementos básicos para tener éxito en sus procesos y acciones; y un punto clave, es entender las realidades sobre las cuales intervienen estos programas sociales.

Marco Teórico para una Nutrición Intercultural

La nutrición en nuestro país muchas veces ha sido concebida desde la perspectiva de un modelo convencional, desde la cual los modelos y paradigmas de alimentación, partían desde un ente centralizador, excluyente y discriminatorio; para nuestro caso, desde las ciudades como entes de la racionalidad occidental. Este accionar, ha conllevado a muchos errores como por ejemplo el desconocimiento del lugar donde se realizará la educación nutricional, ignorando su cultura alimentaria o considerándolo no adecuada para la buena nutrición. Es decir, políticas programáticas que desconocen las costumbres, comportamientos y el valor de los alimentos dentro de las relaciones sociales rurales.

En este tipo de educación nutricional, se tiene la idea preconcebida de que la población objetivo es “ignorante”, entendido esto como la causa principal de la malnutrición; es decir, se cuenta con un insuficiente análisis de las causas, lo que conlleva a una deficiente formulación de los objetivos de los programas y políticas alimentarias. Por lo tanto, propongo mediante esta pequeña reflexión, concebir una política programática nutricional basada en una Educación Nutricional Intercultural[3].

Esta Educación Nutricional Intercultural consiste en capacitar y asistir técnicamente a grupos sociales vulnerables mediante un esfuerzo colectivo educador, para observar en las realidades diferentes, los problemas y sus causas en torno a la mala alimentación e inseguridad alimentaria. El objetivo es construir políticas y programas nutricionales que se basen en una realidad social y étnica determinada, respetando la identidad y la cultura alimentaria autóctona, fortaleciendo las identidades y dando el valor agregado a las buenas prácticas alimentarias, tratando de resarcir las malas prácticas con una adecuada y aceptada inserción de prácticas alimentarias contemporáneas.

La nutrición en nuestro país muchas veces ha sido concebida desde la perspectiva de un modelo convencional, desde la cual los modelos y paradigmas de alimentación, partían desde un ente centralizador, excluyente y discriminatorio

Los programas alimentarios convencionales, en muchas ocasiones han insertado en sus grupos focalizados nuevos hábitos alimentarios, en ausencia total del conocimiento racional local o autóctono. Los medios de comunicación, la moda, el presupuesto familiar, han influido de sobremanera para que una persona adquiera un producto aunque no sea benéfico para su salud y aun contando con la información necesaria, no debe suponerse que el individuo modificará su conducta alimentaria.

Tradicionalmente la educación en nutrición no ha partido de las necesidades de aprendizaje de la población, sino de las visiones de los educadores y de los contenidos teóricos de la bibliografía que se revisa para la elaboración de programas educativos en nutrición para las comunidades.

Mucho de los puntos de esta política convencional nutricional como la pedagogía, la capacitación o el aprendizaje han sido utilizados de manera descendente, imponiendo el punto de vista del educador o capacitador, no interactuando muchas veces con los educandos, no preguntando sobre sus puntos de vista, siendo autoritarios y logrando que las comunidades rurales se vuelvan dependientes de la ayuda externa o del asistencialismo. Estos programas, muchas veces no apoyan a las comunidades para responsabilizarse de sus propios problemas de alimentación o nutrición.

Con mucha frecuencia los educadores o capacitadores en nutrición no toman en cuenta las culturas, hábitos, costumbres, experiencias de aprendizaje de las comunidades y tampoco a sus líderes naturales para realizar una comunicación social desde la propia cultura de las poblaciones, lo que genera procesos aculturizadores y dependencias alimentarias externas.

Este tipo de educación nutricional convencional se ha transformado muchas veces en un freno para el desarrollo social local, ya que existen situaciones en donde la educación en nutrición se integra a la serie de actividades presentadas como educativas, pero que son formas de manipulación política de las poblaciones a favor del poder establecido[4]. Por tanto, este tipo de educación llega a ser un modelo implícito de frenar los procesos sociales y aminorar la concientización que permitiría poner fin a las injusticias y exclusiones.

jueves, 30 de junio de 2011

EL JUEGO DEL PODER SIMBÓLICO DE ALAN GARCÍA EN KUELAP


Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro


En la gestión del poder que representa la política desde el punto de vista teórico, existen diversas maneras y formas de hacer resaltar el poder político que la democracia participativa a través del voto popular, delega a nuestras autoridades nacionales, regionales y locales. La última visita del Presidente Alan García a Kuelap (incluida sesión de ministros descentralizado) es una forma de gestionar el poder desde el punto de vista simbólico, es una manera de hacer política simbólica “aprovechándose”, en este caso, de un recurso cultural, como representa nuestra Fortaleza de Kuelap.

El Presidente Alan García en estos últimos meses se ha volcado a inaugurar “obras emblemáticas” y participar de eventos primordiales, en espacios y lugares cargados de alta “representación simbólica”. La política al que está jugando Alan García, la “política a través del poder simbólico” tiene un fin: dejar una huella marcada en el subconsciente y memoria de los peruanos de que Alan García es “primordial” y “necesario” para un futuro gobierno.

El Presidente Alan García está haciendo uso de su poder actual para construir el camino para un nuevo gobierno en los próximos 10 años, claro liderado por su persona. Alan García es un “político” añejo que entiende que la política es gestionar el poder y para ello hay que hacer uso de todos los medios necesarios, hoy lo está realizando a través de la “política simbólica”.

Esta inaugurando obras simbólicas como el Cristo frente al mar en Lima; va a reinaugurar el símbolo deportivo del país, nuestro Estadio Nacional; dejará construido y habilitado el tren eléctrico o metro de Lima, obra monumental para el ojo de los limeños; ha inaugurado la carretera interoceánica Perú-Brasil; está rehabilitando colegios emblemáticos a nivel nacional, etc. Si nos fijamos todas estas obras son “influyentes” para los ojos de los peruanos, obras que marcaran el subconsciente de aquellos y aquellas (la gran mayoría) que piensan que el desarrollo significa fierro y cemento. Este es el juego de la “política simbólica” que Alan García ha iniciado estos últimos meses, haciendo uso de su poder que todavía posee.

Ahora, el Presidente Alan García, estuvo en Kuelap, con una “careta” del Consejo de Ministros Descentralizado. Hace mucho tiempo, años diría, que el Presidente no realiza este tipo de reuniones descentralizadas, menos que sepa visitó Kuelap ¿qué le paso a Alan García para hacerlo y todavía en Kuelap, nuestro ícono cultural amazonense? Mi respuesta es que el Presidente está haciendo uso de su poder, gestionando el poder que lo dimos, para llevar a cabo su estrategia de la “política simbólica”.

Macchupichu como Kuelap, son espacios simbólicos de nuestro pasado, presente y futuro; y tienen todo un potencial cultural y ecológico que si lo activamos puede convertirse en un “poder simbólico” para aquellas personas que entienden que la política también es simbólica. Eso lo entiende Alan García.

Ha venido a Kuelap para aprovechar su potencial simbólico que tiene y hacer de la política un “juego” de influencias, una forma de aprovechar todos los recursos disponibles para gestionar el poder, para construir su camino hacia la presidencia en la presente década que se nos viene. Alan García entiende muy bien que para hacer política, hay que hacer uso de los simbolismos. En esta oportunidad “aprovechó” a nuestro Kuelap, monto todo un “teatro político” con la anuencia y consentimiento de nuestro poder e instituciones regionales para construir su camino político, nuevamente hacia la presidencia.

¿Habrán entendido nuestras autoridades regionales y locales la verdadera intención del aun Presidente Alan García?, ¿entenderán nuestras autoridades de lo que es el “poder simbólico” y el juego que tiene Alan García al hacer uso de la “política simbólica”? Estas preguntas les dejo a su criterio poder responderlos. Pero lo que sí puedo decirles mis paisanos amazonenses es que en la política peruana todo vale, y eso lo conoce muy bien nuestro político añejo Alan García.

En esta oportunidad, tal cual francotirador, apuntó su mira a nuestro Kuelap, a nuestro símbolo amazonense construido por nuestros Luya y Chillaos, el Presidente “utilizó” políticamente a Kuelap para acentuar un poder simbólico en la “memoria colectiva” de los peruanos y así construir su camino hacia la presidencia en la década que se nos viene. Nuestras autoridades regionales y locales entendieron eso, CREO QUE NO.

Por último, Alan García está jugando a la política del simbolismo, gestionando su poder ha expensas del poder simbólico que tienen sus obras y espacios sagrados como Kuelap o Macchupichu, pero todavía no se han resuelto diversos problemas que está dejando su gobierno como el “Baguazo”, las pobrezas en nuestras comunidades rurales andinas y amazónicas, los altos índices de corrupción, las manifestaciones sociales en todo el país, problemas de violencia y delincuencia, la exclusión de los pueblos y otros muchos problemas.

Amazonas, sus pobrezas y exclusión con las que conviven sus pobladores, no necesita de “espacios teatrales” para gestionar el poder simbólico de la política como ocurrió recientemente en Kuelap. Kuelap y demás potenciales culturales y ecológicos, no son espacios para montar teatros o juegos políticos; merecen respeto y sobretodo valorarlos y conservarlos. Amazonas necesita de toda una política y estrategias de desarrollo para permitir su crecimiento económico y desarrollo social, acabando con sus altos índices de pobreza, analfabetismo, desnutrición, exclusión. Espero que eso entiendan nuestras nuevas autoridades nacionales, regionales y locales.

miércoles, 25 de mayo de 2011

VOTO DE DESCONFIANZA

Por: Rudecindo Vega Carreazo



Creo que Keyko y Ollanta (KyO), cualquiera que gane las elecciones, realizarán gobiernos democráticos. Creo que KyO, continuaran el modelo económico. Creo que KyO serán una continuidad de Toledo y García. Ojala sean mejores. Pero no tengo la menor duda que será un gobierno similar. Ya ambos, han suscrito y asumido el Acuerdo Nacional.

KyO se han corrido al centro, una desde la derecha y el otro desde la izquierda. Han redefinido tanto sus propuestas de campaña, que a estas alturas ambos proponen prácticamente lo mismo. En términos programáticos, si nos llevamos por sus discursos, propuestas y compromisos; palabras más, palabras menos; las diferencias son mínimas. Ambos continuarán y quizá mejorarán lo que hoy tenemos como modelo económico. K es mas continuidad y O tiene algún margen para ajustes. Quizás los diferencie su enfoque social: K pone énfasis en lo asistencial y O en lo redistributivo.

KyO han jurado, rejurado y abjurado públicamente cosas que antes eran impensables; han suscrito compromisos de respeto a la institucionalidad democrática, los derechos humanos, lucha contra la corrupción, libertad de prensa, a la no reelección, etc. Por cualquier lado que se los mire, ambos, harán, contra sus propias vocaciones y su gente, un gobierno democrático. El Perú no es Venezuela, Bolivia, Ecuador o Nicaragua. Hemos salido de una dictadura hace poco y los peruanos no dejaremos volver al pasado fácilmente. Imagínense al futuro Gobierno, con minoría en el congreso, tratando de retroceder; teniendo al frente a su oponente de la segunda vuelta, a Toledo y García trabajando sus futuras candidaturas, además de un posible espíritu creciente de alerta de la sociedad civil y la ciudadanía. Es decir, ambos serán Gobiernos Democráticos contra su voluntad.

Hay tanto cambio y ajuste en esta segunda vuelta, eso es bueno, que KyO han sacrificado incluso a sus voceros que no asumieron el cambio de mensaje. Aún así, la falta de credibilidad, la desconfianza, que ambos proyectan es su común denominador. Levitsky ha dicho que tiene dudas de O pero de K tiene certezas. Rospigliosi ha dicho exactamente lo contrario. Por mi lado, humildemente y con honda preocupación, tengo dudas y certezas de KyO.

Mi búsqueda de confianza, mi visión de futuro, mi afán de votar por lo que proponen y no por el pasado de KyO, trato de visualizarlo, ya no en ellos sino en sus Equipos de Gobierno. Busco la confianza, ya no en los candidatos sino en quienes los ayudaran a gobernar. El Equipo de K me da temor, miedo y honda preocupación; son los mismos que los de Alberto Fujimori y cuando les dejan hablar expresan, con su agravante de amenaza, el pensamiento de los 90. El Equipo de O me sorprende, hay un poco de todo, tampoco me da seguridades.

Así las cosas, el voto del 5 de junio es un acto de fe. No por quien tiene las mejores propuestas ni quien es el mejor, sino por quien puede engañarnos menos. Como acto de fe, la gente puede votar por quien quiera, pero que no digan que es mejor que el otro. Hoy tomaré mi decisión mirando los entornos, los equipos. Sabiendo quienes serán los que aconsejen al futuro gobernante. Pensando en que no sean un puñado de chicheñores. Entre un Equipo y otro, rogando para que mi fe no me engañe, hoy por hoy, creo más en el de O.

Ojalá, esta vez, votemos asumiendo el compromiso de estar alertas para exigir el cumplimiento de las promesas y propuestas. Que no habrá cheque en blanco. Que no habrá borrón y cuenta nueva. Ojalá votemos comprometiéndonos a no dejar que nuestros gobernantes hagan lo que se les da la gana. Seamos menos tolerantes y pasivos, seamos más peruanos. Y que eso lo sepan KyO. Votemos pensando y sintiendo al Perú.
EL "PACORRUNTO" Y EL CULTO AL AGUA, UNA INMINENTE DESTRUCCIÓN


Por: Mirbel Epiquién Rivera



En la vía Chachapoyas – Leimebamba, en la zona denominada “Pumachaca”, y a un metro y medio de distancia de la carretera, podemos encontrar al menos una tonelada de roca de origen volcánico que tiene algo particular y que le hace distinta a las demás. Una parte de la roca presenta una imagen tallada en alto relieve, de unos 180 cm. de largo. A decir de algunos entendidos se trataría de la imagen del “pacorrunto” o mono choro de cola amarilla. Aunque como menciona Mariella Leo, de la ONG APECO, y pionera en el estudio de esta especie emblemática, la iconografía es una cuestión de interpretación personal. Por ello quizá el hecho de que muchos vean a un puma envés de un mono.

Lo curioso de esta historia es que dicha roca está al costado de la carretera, y es diariamente vista por todos los que transitan en ella. Al estar totalmente expuesta ha sido objeto de numerosos actos de destrucción, uno de los brazos de la imagen está destruido y se nota claramente que fue hecho con una roca o alguna herramienta dura.

Las primeras impresiones cuando descendemos del auto fue preguntarnos ¿qué está haciendo acá?, ¿por qué hasta hoy no lo han rescatado y llevado a algún lugar seguro?, ¿Cómo es que una pieza arqueológica de tamaña importancia haya sido “olvidada a su suerte”?. Una sensación de admiración e indignación se apodera de todos, y luego de la sesión fotográfica de rigor empezamos a plantearnos propuestas para rescatarla y llevarla a un lugar seguro.

Un par de días después, un amigo Chachapoyano, Francisco Merino, me comenta que alguna vez, con la Municipalidad de Chachapoyas, quisieron mover la roca y llevárselo a otro lugar para protegerlo, sin embargo les explicaron que dicha roca formaba parte de una estructura mayor, cuyas evidencias se encontrarían tapadas por la vegetación, el complejo en general se trataría de lugar en donde se rendía culto al agua. Este hecho le brinda muchísima más importancia, no sólo a la roca sino a todo el lugar.

Como el presente artículo no es de carácter arqueológico, sino más bien de reflexión sobre el estado actual de un resto arqueológico en particular, deslizo por lo tanto algunas ideas de cómo abordar uno de los tantos casos de descuido de nuestra riqueza cultural en Amazonas.

1. De acuerdo a la versión de Francisco, cuyas fuentes son fidedignas y serias, la roca es sólo una parte de un complejo grande. De ser así, la carretera, y su posible ampliación se convertirían en una amenaza para la intangibilidad del lugar. Ello conlleva a rediseñar el trazo de la carretera en dicho sector, de tal forma que no se afecte las estructuras o evidencias de dichas estructuras. Obviamente que es importantísimo hacer una evaluación arqueológica previo a todo, y sería óptimo revalorizar el lugar.

2. De darse el caso que no se pueda rediseñar el trazo de la carretera (que sería un argumento perverso, porque siempre se puede hacer), lo que se tendría que realizar es un rescate de todo lo que sea posible, incluyendo la roca. Para ello se tendría que tener en cuenta todas las recomendaciones técnicas del caso, y claro el presupuesto para la operación tiene que estar asegurado, así como el lugar en donde se depositarán las piezas. Creo personalmente que nunca deberíamos llegar a esta segunda posibilidad.

3. Actualmente, y como nunca había pasado, se están destinando cientos de millones de soles para fortalecer la actividad turística en el sur de Amazonas, me estoy refiriendo a los fondos de la Agencia de Cooperación Internacional Japonesa (JICA), y al MINCETUR, que a través del Plan COPESCO, están empezando a intervenir en varios distritos de la cuenca alta del Utcubamba. Sería prudente y estaríamos a tiempo de incluir (si es que aún no se ha hecho), este caso especial en lo programado por ambos entes, asegurando así los recursos que se puedan necesitar para su protección.

4. Finalmente, como ciudadanos y descendientes de la cultura Chachapoyas, una de las culturas más ingeniosas, valientes y misteriosas del país, nos toca involucrarnos de una vez por todas con nuestra innegable identidad y cultura. Sólo cuando nos sintamos parte funcional de algo más allá de lo tangible podremos ser defensores, promotores y articuladores de un verdadero proceso de desarrollo local.

Al tomar el auto de regreso a Chachapoyas, un poco acongojados, pensamos en cuantas rocas, construcciones, tumbas y otros restos se encuentran por allí desparramados, al asecho de huaqueros, vándalos o simplemente desconocedores de su significado. ¿Será este comportamiento cruel para con nuestra riqueza cultural que nos convierte en víctimas de ignominia ante el mundo?, o peor aún, ¿será que al ir matando nuestra identidad y cultura nos convertimos en seres vacuos y serviles?, yo creo que sí.

jueves, 5 de mayo de 2011

LAS POBREZAS DE LOS "IGNORADOS" Y EL DESARROLLO LOCAL EN EL PERÚ

Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro


Nuestro país es pluricultural, biodiverso y también con varios tipos de pobrezas entre los "ignorados" y excluidos, por eso es importante entender el desarrollo local dentro de los planes nacionales de desarrollo económico-social, ya que a partir de esta última se podrá dimensionar y superar los diversos tipos de pobrezas del país. Para hacer frente a estas pobrezas las estrategias de intervención por parte del Estado y la sociedad civil, deben apuntalar a medidas "centro-objetivo" como la generación y potenciación de capacidades y habilidades en las familias pobres para su inserción al aspecto productivo, acceso horizontal a servicios como salud, educación, vivienda, justicia y otros; y respeto a los derechos como igualdad de oportunidades, género, identidad, participación democrática, etc.

Si articulamos estas estrategias de intervención entre todos los sectores, el desarrollo local[1] se constituirá en instrumento fundamental con características orientadoras y conductoras para las soluciones propuestas en torno a la superación de las pobrezas en el Perú. En definitiva, la ARTICULACIÓN constituye un compromiso entre los diferentes sectores públicos y privados con las comunidades, para llevar acabo el ansiado desarrollo local. Desde esta perspectiva, el desarrollo local no solamente implica resolver carencias o resolver los diferentes problemas; sino también, reforzar las potencialidades de una localidad, estimulando las cualidades y capacidades de los pobladores de una comunidad en pobreza y extrema pobreza.

En el Perú no se puede hablar solamente de una pobreza, sino de varios tipos y dimensiones de pobrezas, que están relacionadas de acuerdo al tipo de espacio sociocultural y geográfico donde se desarrollan. La pobreza que existe en un asentamiento humano de Lima es muy diferente a la pobreza de una comunidad campesina del ande o comunidad nativa de selva. Todas ellas tienen una particularidad de evolución muy diferentes entre si. Una lógica o racionalidad propia y diferentes entre si.

Esto implica que se debería entender, conceptuar y analizar las pobrezas de nuestro país desde diversos enfoques, de acuerdo a nuestras realidades, y no desde una visión univoca, centralista, occidentalista o "urbanizada". Si tomáramos esta actitud de conocer nuestras pobrezas, los programas sociales serían más efectivos y dinámicos a la hora de intervenir para la superación de las mismas en el Perú.

Es clave que el desarrollo comunal involucre la participación de sus actores para que puedan entender sus propias pobrezas y logren identificarse con ellas para definir las soluciones en torno a sus diversas realidades; para ello es necesario atender, apoyar y estimular el desarrollo de estos actores en sus diferentes niveles. Por ejemplo, a nivel productivo el desarrollo no solamente es aumentar los ingresos o aumentar la producción para disminuir el empleo; sino también, constituir y reforzar “sujetos colectivos” que diagnostiquen las fortalezas y debilidades comparativas del territorio, seleccionen y preparen los recursos disponibles de los espacios potenciales que permitan el desarrollo local.

Para desarrollar los espacios, mecanismos y actores que permitan el desarrollo local se deben de priorizar aspectos como el desarrollo y aprovechamiento de las oportunidades y potencialidades locales a nivel económico, social, cultural y ecológico; también innovar en la mejora de las capacidades para alentar la competitividad de los actores locales; y por último, apoyar con financiamiento para la inversión en emprendimientos locales. Estos aspectos, previamente tienen que estar interiorizados a través de un aprendizaje colectivo de los actores productivos de la localidad. La intención es buscar cooperaciones entre estos actores productivos territoriales para construir redes entre los diversos espacios productivos y así desarrollar un mercado en base a las potencialidades y oportunidades de las localidades.


CONTINUA EN: http://elmertorrejonpizarro.blogspot.com/2009/01/como-entender-las-pobrezas-y-el.html

viernes, 8 de abril de 2011

¿QUÉ RAYOS ES LA DEMOCRACIA, ¿ESO SE COME?


Por: Mirbel Epiquién Rivera


Hace unos días, en plena estampida de ataques a uno de los candidatos favoritos a la Presidencia de la Republica (al menos en primera vuelta), y el silencio mediático con una candidata de ascendencia oriental, tuve una breve conversación, en distintos momentos, con dos personas a las que conozco algún tiempo, el primero de ellos aún es joven, profesional y provinciano, el segundo tiene unos 46 años, profesional, y representante de lo que se denominaría la clase media limeña. Cuando les hice saber mi grave preocupación personal por la posibilidad de que la heredera de uno de los regímenes más corruptos, autoritarios y criminales de nuestra historia republicana sea premiada con la banda presidencial tuve dos respuestas que hasta ahora me siguen dando vueltas en la cabeza. El primero, mostrando su disposición a votar por dicha candidata, me dijo: “prefiero perder mis derechos a que me quiten la comida de mi familia”, y el segundo me dijo: “debemos ser uno de los países más miserables que hay para volver a elegir siempre a aquellos que nos han quitado la dignidad”.

Ambas respuestas se cruzan de alguna manera, pero son también un reflejo de lo que seguimos siendo. A pesar de los casi 200 años de independencia, aún no hemos logrado entender y menos interiorizar el valor de la libertad y la democracia. Al igual que nuestra época colonial o caudillista aún creemos que el mejor tipo de gobierno para solucionar nuestros problemas es el autoritarismo (llámese dictadura). De acuerdo al “Latinobarómetro”, estudio realizado en 18 países de América Latina, el 52% de la población peruana apoyaría un gobierno autoritario; somos el cuarto país después de Guatemala, Paraguay y Honduras que no tenemos ningún reparo en aceptarlo, es decir, un poco más de la mitad del país no tendría problemas en vivir en un país sin democracia. No es de extrañar entonces que no haya miedo de perder derechos a cambio de un trabajo o repartición de alimentos, casi como un esclavo.

Sin embargo, ¿cuál es la causa, o causas, más profundas de este tipo de reacción nacional?, ¿es acaso que sí somos un pueblo miserable que repite sus nefastas experiencias históricas de cuando en cuando?. Me atrevo a dar unas breves respuestas. Creo que nunca hemos conocido una democracia auténtica, en donde haya control ciudadano sobre sus representantes, en donde se actúe baja un real estado de derecho (gobierno de las leyes), con igualdad de justicia y oportunidad para cualquier ciudadano (sea este un San Isidrino limeño o un awajún de la comunidad de Tunin en la cuenca del Cenepa), con servicios de salud y educación universal (para todos por igual), con respeto por la opinión de los pueblos (sobre todo en actividades extractivas). Es decir, ¿si nunca hemos tenido una democracia, como pensar en que la gente lo pueda reconocer?.

Otro aspecto, muy común en nuestros tiempos, es el lamentable nivel de individualismo y egoísmo que impera en nuestra sociedad postmoderna, de economía neoliberal y globalizada. Se han perdido valores elementales de cooperativismo, altruismo y sensibilidad social. Hoy en día tienes que “machetear”, “pisotear”, “serruchar” y “sobonear” para que puedas tener cierto estatus social, sobre todo económico, sino no serás “exitoso”. Este proceso de pérdida de valores de convivencia social, hace que la gente piense en su beneficio personal y punto, poco importa quién sea el presidente con tal que se pueda ganar alguito.

Creo entonces que no se trata de ser miserables, sino de tener la oportunidad de ser parte de un proceso libertario, y eso no se logra con promesas electorales o con 5 años de gobierno, se logrará con el tiempo, con esperanza y optimismo, dando pequeños saltos de éxitos. Ver indígenas en el congreso, un ex presidente criminal en la cárcel, debatir los derechos de minorías, un creciente interés por los planes de gobierno en vez de payasadas, entre otras cosas que han venido sucediendo en estos años hace que aún no perdamos la esperanza de un país realmente democrático, y debemos seguir creyendo ello. La democracia es una construcción cultural, no una promesa electoral.

Es por eso, al igual que hace 12 años, volvería mil veces a la calle a repudiar a los sátrapas de esa banda delincuencial y autoritaria que ahora quiere regresar al gobierno. Ese es mi compromiso personal, no se tú.

viernes, 25 de marzo de 2011

AGENDA PERU BICENTENARIO: DESARROLLO DE LA AMAZONIA PERUANA

Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro

Situación Actual de la Amazonia Peruana

En la actualidad, nuestra amazonia peruana es un espacio ecológico, humano y social donde convergen no solamente una inmensa variedad de recursos ecológicos; sino también, se asientan especiales y diversos grupos étnicos, con una variada manifestación cultural que se están redescubriendo para el mundo moderno. La amazonia peruana es mucho más que los territorios asentados junto a los ríos Amazonas o Ucayali, ya que su espacio comprende desde las tierras bajas hasta las laderas orientales de los andes peruanos.

Esta región, significa pues un vasto territorio nacional donde se estructura y configura el concepto de diversidad, y donde el hombre ha vivido históricamente en un estrecho equilibrio con su medio ambiente.

Esta región se encuentra en un proceso lento de inclusión a la nación peruana. El Estado en los últimos años, ha “entrado” con una estrategia de intervención absolutamente contraria a lo que el mundo amazónico (espacio humano y ecológico) requiere. En la amazonia actual se están produciendo importantes cambios en todos los aspectos, influenciados principalmente por la intromisión de la racionalidad occidental; que muchas veces, rompe con los equilibrios sociales y ecológicos, construidos en base a un aprendizaje de muchos siglos entre el hombre y su naturaleza.

La situación actual de la amazonia debe ser entendida desde los conceptos y racionalidades de los pueblos y etnias que lo han habitado durante siglos. Desde estos conocimientos, debemos construir políticamente, una nueva estrategia de intervención para aprovechar calculadamente sus recursos naturales y conservar los pocos grupos étnicos que aun sobreviven.

En suma, en el actual contexto, nuestra amazonia peruana está fragmentada. Algunas zonas de esta región, están directamente ligadas a la imperante globalización, proveyendo recursos naturales en un mercado plagado de desigualdades; mientras que otras zonas extensas, se mantienen al margen de los procesos en curso, basándose en relaciones locales o regionales.

De esta manera, la actual situación de la amazonia peruana, es la de una vasta región periférica, donde se intercalan algunas “islas” que son eslabones primarios de cadenas productivas globales, mientras que en las fronteras con Colombia, Brasil o Ecuador el desarrollo del hombre amazónico solo se circunscribe a su sobrevivencia.

Lamentablemente en el Perú no tenemos un planeamiento para el desarrollo de su amazonía, estamos respondiendo con obras como la interoceánica que responden los intereses mediatos y de largo plazo de la potencia sudamericana: Brasil. Ellos para su crecimiento necesitan el Océano Pacífico, y Perú es el puente natural para llegar a comercializar sus productos con los mercados del Asia (China, Japón, Rusia, Corea, etc). Brasil es el que esta visionando nuestra amazonía como potencial de desarrollo, nosotros no, ellos tienen un plan de desarrollo hacia el pacífico; y si no nos ponemos alertas ante este hecho, podemos convertirnos tan solo en un espacio de transito del comercio de la potencia brasileña; el Perú, como "un Estado más del Brasil"; usufructuando nuestro territorio, debido a las facilidades de nuestras leyes y debilidad de nuestras instituciones. No queremos eso obviamente, pero lamentablemente no está en la actual agenda electoral, no se propone nada sobre esta situación.

Importancia de la Amazonia para el Perú

En la campaña electoral actual no se observa una agenda para el desarrollo de esta región, todavía no es prioridad para los futuros gobiernos lamentablemente. Hablar de la importancia de la amazonia para con nuestro país, es remontarnos momentáneamente al pasado y explorar los inicios de los primeros hombres que habitaron esta región. Tal es así, que la postura del origen de la civilización peruana estaría en la amazonia, según los estudios del arqueólogo Julio C. Tello.

miércoles, 2 de febrero de 2011

LA "INVERSIÓN SOCIAL": UN DESAFÍO PARA EL DESARROLLO PERUANO EN EL 2011 HACIA EL BICENTENARIO[1]
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Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro

En los últimos años, el aspecto económico de nuestro país se ha caracterizado por la existencia de un mayor volumen de exportaciones y niveles de inflación controlados. Este acontecimiento, ha permitido una mejora (aun insuficiente) en la calidad de la "inversión social", la cual está marchando en beneficio de las personas más pobres de nuestro país.

La definición de la "inversión social" según la CEPAL[2], alude a tres conceptos fundamentales asociados en primer lugar a la educación y cultura, en segundo lugar a la protección y empleo; y en tercer lugar, a la vivienda y desarrollo humano. La "inversión social" en nuestro país está en 9% con relación al PBI. Es clave que los componentes de esta inversión en el Perú se centren con mayor fuerza en los aspectos de educación, salud y nutrición para este 2011.

Desarrollo de la "Inversión Social" y Aspectos Claves a Prizorizar

En nuestro país, la innovación de las políticas sociales y su reforzamiento efectivo, son tareas fundamentales y urgentes, debido a que muchos de nuestros pueblos subsisten en condición de pobreza, viviendo al margen de las ventajas de la globalización; sufriendo también, las consecuencias demoledoras que acarrea este proceso (desigualdades sociales, inequidades económicas, pésima distribución de recursos, destrucción del medioambiente, etc).

Una familia promedio de altos ingresos en el Perú, tiene 14 o 16 veces la capacidad de gasto de una familia en extrema pobreza; por lo tanto, el gasto público, no llega necesariamente a los grupos más vulnerables, teniendo alarmantes niveles de subcobertura y filtración; es decir, problemas de focalización.

Durante los últimos años han existido avances en materia de salud, educación y cobertura de los programas sociales; pero es de suma necesidad, implementar nuevos rumbos de estrategia para la modernización del sistema de producción y de las instituciones. El Estado tiene que hacer posible que los individuos que conforman un hogar de muy bajos ingresos, cuenten con los medios que les permitan generarse una fuente de ingreso permanente. El Estado debe dar prioridad a la provisión de aquellos medios que mejoren la calidad del capital humano: educación, salud, nutrición y debemos ir priorizando el tema del medioambiente como agenda política para el bicentenario.

Es responsabilidad de un Estado moderno y eficaz, asumir tareas sobre los niños y niñas con algún nivel de desnutrición, sobre las madres jefas de hogar, las madres adolescentes, los jóvenes desempleados, las poblaciones campesinas y nativas excluidas, las personas adultas mayores, la población discapacitada y otras poblaciones vulnerables. La idea, es que una buena política social, debe estar asociada con el crecimiento sostenido y la búsqueda constante del incremento de la productividad con "rostro humano".

El Estado debería por lo tanto, fortalecer el desarrollo de sus fuerzas productivas y promover una generación de ciudadanos capaces de canalizar sus energías hacia actividades productivas en el campo de la ciencia, tecnología, artes y humanidades. Es decir, herramientas que permitan el crecimiento económico y desarrollo humano de las personas y sus pueblos.
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