miércoles, 14 de abril de 2010

EL CAPITAL NATURAL EN AMAZONAS. UNA REALIDAD IGNORADA


Por: Mirbel Epiquién Rivera


En mi último viaje a la localidad de Santa María de Nieva, en la provincia de Condorcanqui, no pudimos llegar a nuestro destino, y tuvimos que regresar de la mitad de camino. Esta vez no fue por un levantamiento indígena o un paro de agricultores, si no por la negativa de los cerros y las quebradas.

Las alteradas condiciones climáticas por esos días hicieron que se deslizaran los cerros y que aumentaran los caudales en el agua de las pequeños riachuelos, esto impidió que podamos avanzar hasta nuestro destino, demostrándome una vez más como es que la naturaleza puede afectar nuestras actividades humanas, ya sea pequeñas, como un sencillo viaje, hasta las grandes cuestiones comerciales, políticas o sociales en una determinada región.

Es por tal motivo que no podemos prescindir de la naturaleza cuando hablemos de crecimiento o desarrollo, sean estos de carácter económico, social o lo que fuere. ¿Pero como integrar el aspecto de la naturaleza o el ambiente a los modelos económicos y estructuras sociales imperantes?, pues sencillo no es, pero tampoco imposible. Este aspecto es actualmente desarrollado por diversos economistas con diversos enfoques no necesariamente coincidentes, ya sea desde el flanco de la economía neoclásica (representada en el neoliberalismo) o desde la economía ecológica, que es una nueva propuesta, muy diferente a la economía ambiental o de recursos naturales, que viene poniéndose casi de moda por estos tiempos.

En términos económicos, a los elementos de la naturaleza o el ambiente se le denomina capital natural, y a la vez el capital natural se define como todo "stock" que genera un flujo de bienes y servicios útiles o renta natural a lo largo del tiempo, se deduce que si tal stock se agota o desaparece, los bienes y servicios útiles que nos da la naturaleza también desaparecen. Teniendo en cuenta que estos bienes y servicios son tan diversos como el agua, el aire limpio, la biodiversidad, los minerales, la madera, los suelos, etc, que da sostenimiento a todo tipo de economía y orden social, solo podemos concluir que el capital natural es quizá el tipo de capital más básico en el constructo de desarrollo.

Para nuestro caso, en Amazonas: ¿cómo es nuestro capital natural?, ¿Sabemos qué tenemos y en qué cantidad ("stock") está?, ¿Hay planes para manejar adecuadamente nuestro capital natural?, ¿Nuestros tomadores de decisión reconocen la importancia del capital natural?, ¿estamos gestionando adecuadamente nuestro capital natural?. Muchas interrogantes que debemos responder antes de querer empezar una travesía hacia una propuesta de desarrollo. Debemos mencionar sin embargo, que Amazonas posee un alto nivel de capital natural, estimaciones hechas en año 2009 demuestran que el departamento posee el 53% de todas la aves registradas para Perú, el 36% de los mamíferos, el 20% de los anfibios y reptiles y un 16 % de la flora endémica. Por otro lado, el departamento aún posee alrededor de 3 millones de hectáreas cubiertos por bosques, de los cuales se encuentran conservadas a través de 4 áreas naturales por el Estado y otras de carácter privado que suman un aproximado de 200 000 hectáreas.
El "stock" de los recursos hídricos es impresionante, con 9 cuencas en el territorio, Amazonas es la fuente de agua que discurre hacia los departamentos de San Martín y Loreto, y cuyas aguas llegan luego al vecino país de Brasil. Su posición muy cercana a la línea ecuatorial hace que confluyan los vientos alisios en gran parte del territorio amazonense, generando grandes masas de vapor de agua que luego se transforma en lluvias, que a la vez continúan con el ciclo hidrológico. No podemos dejar de mencionar que por formar parte de la cordillera de los andes, y con una historial geológico diverso, el departamento contiene vetas minerales de importante valor comercial, que también forma parte de ese capital natural que muchas veces creemos equivocadamente que será eterno.

Premios Nóbel en economía, como el caso de Amartya Sen, plantearon ya la importancia de los otros capitales en los procesos de desarrollo integral, llámese capital humano, capital social, capital financiero, capital físico (infraestructura), estos deben ser interdependientes con el capital natural si es que realmente queremos formar generaciones y sociedades sostenibles en el tiempo, ya que el desbalance de uno o varios de ellos nos dará como resultado una sociedad desigual, contaminada, corrupta, y amargada. Debemos evaluar nuestras potencialidades de capital y generar las estrategias necesarias para su gestión, es indudable que el capital natural de Amazonas es inmenso, y hacia allí debería apuntar nuestros esfuerzos, a generar propuestas de manejo de flora, fauna, agricultura ecológica, compensación por servicios ambientales, generación de energías limpias, ecoturismo, biocomercio, etc.

No dejemos pues que nos sigan haciendo creer que somos pobres y que nada tenemos, somos uno de los departamentos con mayor riqueza de capital natural del país y solo necesitamos capacitarnos un poco más (capital humano) para darle a esta realidad el valor necesario mejorando así las condiciones de vida de muchos paisanos nuestros, y posicionándonos como el departamento verde que realmente somos.