lunes, 30 de junio de 2014

TU CARTA ESTÁ SEGURA
 
                                                 Por: Rosa María Palacios

 
Conozco a Rudecindo Vega bien. Hicimos toda la ca­rrera juntos. Callado, dis­creto, brillante, Rudy siempre fue el primero de la cla­se en la Facultad de Derecho de la PUCP. Pudo haber ido al mejor es­tudio de abogados del país y hacer­se muy rico. Pero lo encontré, años después de egresados, en Transpa­rencia, luchando por el retorno a la democracia. Recuerdo el día en que me contó cómo el SIN se había me­tido a su casa. Solo le robaron su computadora. Pero le dejaron una advertencia: le destrozaron, úni­camente, la habitación de su bebe. Para que le quede claro. No se ami­lanó. Se ocupó personalmente, ese año 2000, del famoso conteo rápido de Transparencia.
 
Después, su camino profesional si­guió en el Estado. Llegó a ser minis­tro y embajador. Hoy recibo de él una carta larga, a la antigua, en pa­pel, donde me cuenta que renuncia a todo para regresar a su amada tierra, Amazonas, por la que tanto ha bata­llado. Postula a la presidencia regio­nal con un conjunto de agrupacio­nes locales. Me cuenta, y lo sé, que el vicepresidente regional fue asesina­do. Me dice que uno de los involucra­dos como autor intelectual es funcio­nario, hermano de un congresista y se encuentra libre. Me dice que ade­más han matado a dos alcaldes y a otros funcionarios. Amazonas es el primer productor de opio del país y uno de sus contrincantes –con cam­paña envidiable para candidato lime­ño– tiene una docena de denuncias por narcotráfico, todas archivadas, por supuesto.

“!Ay Rudy, te van a matar!”, pien­so mientras leo. Pero él me acla­ra que no va de mártir ni de suici­da. Lo hace porque es la “opción de vida segura y digna”. ¿Cómo lo di­suado entonces, frente a ese argu­mento? Imposible, lo conozco y no se retirará.

Me cuenta que no confía en los “pseudoperiodistas” locales que ya “han cerrado con otros candidatos”. Pero no me escribe para algo tan in­digno como pedirme hacer campa­ña por él. Me escribe porque “si algo pasara, solo si algo pasara” ya sabré dónde enfocar las investigaciones. Y claro, él me avisa dónde. Por eso les cuento esta historia. Para que estén todos advertidos que yo sé dónde mi­rar. Si le pasa algo, claro.

Tu carta está segura, Rudy.

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Fuente: Diario Exitosa
 

jueves, 19 de junio de 2014

ENFOQUES PARA EL DESARROLLO DE AMAZONAS
 
Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro
 
 
La nueva era del conocimiento en este mundo globalizado, está dando mucha importancia a la tecnología, tal es así que a nuestro espacio y tiempo presente se lo ha denominado la “era de la información”. Nuestro mundo cada vez se hace más pequeño y accesible, y la información de todos los rincones y países pasan diariamente por nuestras visiones; haciendo que la información y el conocimiento se vuelva “despersonalizada”.
 
Esta “despersonalización” hace que el hombre se individualice y deje de lado esa condición natural de relacionarse y socializarse con los otros, cayendo muchas veces en la dependencia deshumanizante del egocentrismo. Esta acción involucra condicionar a que el desarrollo humano sea un desarrollo sin relaciones directas y permanentes entre personas; es decir, una “relación sin relación” que va cayendo en la “deshumanización del hombre por el hombre”.
 
En este análisis rescato la importancia de la socialización entre los hombres; es decir, “reflotar” el contacto directo y permanente entre los hombres ante el absolvedor proceso de globalización que ha hecho de las relaciones humanas, un espacio vago y “despersonalizado”, que conduce a los hombres a “deshumanizarse” perdiendo el interés solidario hacia los otros desposeídos, vulnerables y excluidos.
 
Cuando hablo de “deshumanización”, me estoy refiriendo a esa ausencia o perdida de relaciones humanas, tal como sucede actualmente en las grandes ciudades. Por ejemplo, el contacto entre las personas muchas veces se centraliza a través del Internet, dejando de lado la socialización entre las personas “frente a frente”.
 
En el mundo actual el hombre ha entrado en un proceso de anonimización, atomización, "mercaderización", degradación moral, cosificación, etc. La característica más saltante de esta “deshumanización” es la pérdida de responsabilidad y la solidaridad (debido a la atomización de los individuos y la obsesión por las cosas materiales). Todo esto ha conducido a la degradación moral del hombre, dado que no hay sentido moral sin sentido de responsabilidad y solidaridad.
 
Ante esta realidad, el hombre necesita regirse por enfoques solidarios e integradores. En nuestra Región Amazonas los enfoques orientadores deben buscar que las personas y autoridades se desempeñen adecuadamente en los roles que se les asignan. De ahí la importancia, que a través de la capacitación, hagamos que el perfil de las personas y autoridades se adecúe al perfil de conocimientos, habilidades y actitudes requerido para un determinado cargo, rol o función que desempeñaran.
 
El desarrollo en Amazonas, deben ser impulsadas por las autoridades locales y regionales basándose en un conjunto de enfoques que canalicen y dimensionen la intervención de sus instituciones en las diversas realidades de la región. Claro que esto también implica que las autoridades aprendan y estén preparadas para afrontar los problemas prioritarios de la región. Algunos enfoques a impulsarse en Amazonas son:
 
·      Enfoque de Desarrollo Humano: Nuestro eje en la región debe ser las personas, donde la producción y el crecimiento debe realizarse para el desarrollo de las personas. Por lo tanto las personas deben de desarrollar sus capacidades y ampliar sus opciones efectivas de desempeño. Es necesario en la región, poner en práctica las libertades humanas para la creación de oportunidades.
 
·      Enfoque de Igualdad de Oportunidades: Desde las instituciones regionales se debe intervenir para regular, prevenir o equilibrar las inequidades existentes, por medio de medidas de acción positiva que busquen condiciones de igualdad entre las personas, donde tengan acceso a un conjunto de bienes, servicios y beneficios que las instituciones locales y regionales puedan proveer.
 
·      Enfoque de Desarrollo Territorial: En Amazonas se debe tener una visión articulada del territorio bajo la lupa de un conjunto de relaciones sociales que den origen y expresan una identidad colectiva entre los diversos pueblos. Desechar los actuales divisionismos locales, e integrar a la región, dejando de lado las ambiciones territoriales, institucionales o personales.
 
·      Enfoque de Desarrollo de Capacidades con Dimensión Intercultural: En Amazonas se debe buscar un espacio en la cual los actores sociales, culturalmente diversos, busquen impulsar sus formas de pensar y actuar, con relación a sus realidades y espacios de acción. La intención es buscar “vasos comunicantes” entre las diversas racionalidades de la región, que conlleven al “diálogo intercultural” entre los aguarunas, huambisas, jíbaros, campesinos rurales y personas de la ciudad, bajo una identidad regional homogénea y articulada.
 
·      Enfoque de Equidad de Género: El desarrollo en Amazonas debe partir del planteamiento que tanto los varones y mujeres de la región deben poseer las mismas oportunidades para su desarrollo pleno. La equidad de género es entendida entonces como un elemento primordial para definir canales de acceso, uso y control del poder en los diferentes espacios de toma de decisiones.
 
·      Enfoque de la Sostenibilidad Ambiental: Amazonas es el segundo departamento más deforestado pero a la vez tiene un alto potencial ecológico. El medio ambiente tiene que ser un factor primordial para el desarrollo sostenible en la región, conservando y explotando calculadamente los recursos naturales; sin causar daños irremediables de los mismos que afecten la convivencia de futuras generaciones.
 
·     Enfoque de Mercado y Competitividad: El dinamismo de los mercados constituye el principal eje del desarrollo económico. En nuestra región se debe promover una mayor rentabilidad de la actividad productiva, los emprendimientos de productores organizados, aliento a las MYPES, así como el desarrollo de infraestructura para la conectividad. 
 
·     Enfoque de la Gestión Social de Riesgos: La pobreza tiene relación con la vulnerabilidad, ya que los pobres están habitualmente más expuestos a riesgos. Por ello en Amazonas, las intervenciones, deben considerar acciones preventivas, de control, de mitigación y superación de eventos adversos que reduzcan la vulnerabilidad. Existen diferentes tipos de riesgos como naturales o sociales.
 
·      Enfoque de Gerencia Social: La gestión social de las políticas regionales y locales debe de ser participativa, con criterios de eficiencia, sostenibilidad y equidad para mejorar las condiciones de vida de las personas de la región.
 
 
Los enfoques son importantes para concebir una estrategia social articuladora capaz de operar sobre los múltiples factores que permitan el desarrollo. Amazonas debe ser una región que se oriente primordialmente por enfoques, sus potencialidades son vastas que es de suma necesidad tener líneas orientadoras que permitan el verdadero desarrollo de sus pueblos y mejore la calidad de vida de las personas más vulnerables. Presento aquí estos enfoques como una forma de reestructurar la visión del desarrollo de nuestro Amazonas. Es mi compromiso como amazonense.
 

jueves, 12 de junio de 2014

LA LEY DE MECANISMOS DE RETRIBUCIÓN POR SERVICIOS ECOSISTÉMICOS. MÁS ALLÁ DEL FACEBOOK

Por: Mirbel Epiquién Rivera

Hace exactamente 5 años, no recuerdo cómo y porqué, estuve  sentado en una sala del Congreso de la Republica en medio de un debate para la propuesta de ley de servicios ambientales o ecosistémicos (que es lo mismo según la ley). Recuerdo la participación de un representante de los concesionarios de reforestación de  Madre de Dios y su férrea defensa a la idea de que el Estado debería  financiarlos porque, según él, sus patrocinados (era abogado) estaban contribuyendo con los servicios ambientales. También había representantes del sector minero e hidrocarburos, así como otros destacados especialistas en el tema. Lo que quedó en mi memoria fueron dos cosas; por un lado la diversidad de enfoques sobre lo que debería contener la ley y por el otro, los intereses sectoriales en que una ley de este tipo no debería ser un “dolor de cabeza” más para la inversión, se entiende a la inversión extractiva.
Este 5 de junio se aprobó la Ley de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos, ese mismo día para muchos se celebró el día mundial del ambiente, y para otros un aniversario más de los terribles acontecimientos de Bagua, allá por el año 2009 durante el gobierno aprista de Alan García, paradójicamente un conflicto relacionado con la defensa de bienes y servicios ambientales.
La aprobación de esta ley es un tremendo mérito de las distintas organizaciones, especialistas, congresistas y otros actores nacionales que siempre estuvieron impulsándola, si bien es cierto que su cobertura mediática apenas se pudo sentir, no deja de marcar un hito en cuanto a la gestión del territorio y de nuestra biodiversidad, aunque se pudo esperar algunas cosas más objetivas y estructurales, como por ejemplo la creación de un fondo fideicomiso o algún instrumento fiscal para incentivar mecanismos de retribución por servicios ecosistémicos (RSE), pero tal como mencioné en antes, la presión política de los diversos sectores productivos para que la ley tenga enunciados básicos y voluntariosos ha surtido efecto. Con ello no pretendo restar el mérito de la misma porque estoy seguro que el trabajo apenas empieza, y con ese mismo espíritu me permito emitir algunas reflexiones que espero puedan tomarse en cuenta en la necesaria elaboración de su reglamento.
Que la ley diga que los servicios ecosistémicos constituyen el patrimonio de la nación no es poca cosa, con dicho enunciado estamos oficializando que al menos 24 servicios ecosistémicos (según el informe de Evaluación de los Ecosistemas del Milenio) que la naturaleza nos ofrece formarán parte de los intereses nacionales y por las que el Estado Peruano deberá responder si estos son vulnerados, desde la calidad de agua hasta aspectos mágico-religiosos y estéticos. Es decir, por ejemplo, si de pronto se está dañando progresivamente la fertilidad del suelo por exceso de fertilizantes, entonces se está alterando el servicio ecosistémico de sustento de producción de suelos y por ende se está vulnerando un patrimonio de la Nación, por la que el Estado deberá responder  a través de sus mecanismos de control, caso contrario puedo demandar al sector competente por omisión de funciones. Puedo generar un sin número de casos con los 24 servicios ecosistémicos y tendré una larga lista de responsabilidades. Ello no está mal, pero es una primera reflexión tomando en cuenta  otras leyes “buena onda”  o voluntariosas generadas en el país como la Ley sobre la Conservación y Aprovechamiento Sostenible de le Diversidad  Biológica o la Ley Orgánica para el Aprovechamiento Sostenible de los Recursos Naturales que casi nadie toma en cuenta a la hora de ejecutar políticas.
Una segunda reflexión tiene que ver con los elementos para el diseño de mecanismos de RSE. Es conocido que de la larga lista de servicios ecosistémicos lo más complicado es la caracterización del servicio (fuente, funcionalidad, condición actual) y el cálculo de sus costos reales en el mercado. Hoy en día se conocen algunas herramientas científicas para medir stock y flujos de carbono, volúmenes de agua, o demandas en el turismo de naturaleza, pero más allá de eso aún no se perfeccionan o estandarizan las herramientas para medir y valorar servicios como la polinización, ciclos biogeoquímicos, regulación climática o las cuestiones culturales, por ejemplo. Es decir, el reglamento deberá priorizar aquellos servicios en donde se cuenta con instrumentos objetivos y científicamente estandarizados y eso implica definir los intereses nacionales en la larga lista de estos servicios, al menos hasta que tengamos más luces al respecto.
Una tercera reflexión también tiene que ver con el diseño de los mecanismos de RSE, específicamente con el monitoreo de acuerdos y la supervisión de transparencia en la retribución, a través de la plataforma pública y privada que promueve la ley. Ello implica crear estructuras institucionales con cierta capacidad fiscalizadora y basada en una fluida información científica sobre el comportamiento del servicio y los impactos ecológicos y sociales de los acuerdos. De allí que la idea de aglutinar toda la responsabilidad en el Ministerio del Ambiente no sé si sea una buena opción, ya que los modelos en el mundo nos muestran una diversidad de opciones, actualmente hay tres tipos generales de mecanismos; en las que se incluyen retribuciones estatales como el caso de eco-compensación directa del gobierno chino para asegurar el recurso hídrico, los fondos especiales de retribución en varios países de Latinoamérica  y que tienen diversas fuentes de financiamiento, y los acuerdos entre privados (sin necesidad de regulación estatal). Es decir, los mecanismos de RSE son tan diversos y pueden ser tan innovadores que esperar a que sean avaluadas y aprobadas por el MINAM, como dice la ley, puede generar una carga burocrática incalculada para el ministerio. Ello no quiere decir que el MINAM no deba promover los mecanismos y llevar el registro único de mecanismos de RSE, como se plantea, pero de allí a regularlos y supervisarlos sería una tarea monumental.
Sí es importante e interesante que el Estado pueda fomentar el desarrollo e implementación de mecanismos de RSE en las áreas naturales protegidas (ANP), teniendo en cuenta que el 17% del territorio nacional son ANP. Por lo que el enfoque del reglamento debería ir por priorizar la implementación de mecanismos de RSE en ANP por parte del Estado y generar condiciones para la creación de “mercados” de RSE o acuerdos libres entre privados.
Una cuarta reflexión tiene que ver con el papel de los gobiernos regionales y los gobiernos locales en el marco de esta ley. Se evidencia la poca significancia estratégica que se le da a estos niveles de gobierno en cuanto a la implementación de mecanismos de RSE, teniendo en cuenta la cercanía de estos con las fuentes de los servicios ecosistémicos. A los Gobiernos regionales y locales se les incluyen en el papel de contribuyentes o retribuyentes y para el financiamiento de acciones de conservación, restauración y uso de recursos, es decir, se les ve como agentes económicos mas no como agentes políticos en el diseño  y creación de programas regionales de RSE.
Una última reflexión está ligada al concepto de recuperación de servicios ecosistémicos, que se enfatiza a lo largo de la ley, esto es interesante en cuanto que, de lo que se trata no es otra cosa que de restauración ecológica. Si los que diseñaron la ley pensaron en ello pues estaríamos dando los primeros pasos para poder entrar a lo que Edward O. Wilson (el padre la biodiversidad) denominó como la tarea del futuro. Teniendo en cuenta los procesos de degradación de hábitats, los miles de pasivos ambientales y las necesidades de inversión en áreas sin “interés” biológico. El reglamento de esta ley no deberá descuidar dicho concepto y aterrizarlo en mecanismos legales concretos destinados a la restauración.
Finalmente, solo se espera que el reglamento de la ley llegue en los 120 días mencionados y que esta  no pase a ser parte de las leyes “buena onda”, porque leyendo unos de los artículos de la misma, que dice: “La aplicación de la presente ley se financia con cargo al presupuesto institucional de las entidades involucradas. Sin demandar recursos adicionales al tesoro público”, no augura muchos compromisos políticos posteriores. Espero equivocarme.

lunes, 9 de junio de 2014

MI VOZ: REMEMBRANZAS DE UN BLASVALERINO

Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro

 
“Hijo levántate ya, tu papá te espera para que vayan al Blas Valera”, me decía mi madre en los años 90. Yo vivía en Luya y tenía que caminar hasta Lamud para estudiar en el glorioso Colegio Blas Valera. Mi padre Marino Torrejón, profesor de Historia del Perú y Geopolítica del colegio, ya me esperaba con su bicicleta y sus libros para recorrer juntos el inolvidable trayecto hacia el colegio; rodeado de chacras, arboles y pencas, junto al río Jucusbamba y al compás del sonido de las aves.
Me acuerdo mucho de mis amig@s luyanos, caminando bajo un intenso sol o una torrencial lluvia; pero cumpliendo nuestro deber de estudiantes. Íbamos a veces jugando y otras veces leyendo y repasando el cuaderno porque teníamos examen de matemática con el profesor Víctor Ampuero, un gran docente de las fórmulas y números. Llegábamos al colegio, alegres y ansiosos porque era todo un orgullo entrar al colegio, ver el busto de nuestro padre blasvalerino y el patio de honor rodeado de sus salones. Qué lindo y sentimental era observar a las hermosas alumnas del Blas Valera, nuestro corazón palpitaba a mil.
Son las 8 de la mañana y nos formábamos en fila, encabezaba la formación de mi salón, era el más pequeño, aunque meses después fui brigadier de un grado. Silencio total después de cantar el himno nacional, el director del colegio, el profesor Hermógenes Montenegro (el DIRECTOR que extrañamos porque dejo historia educativa) nos daba una cátedra en el patio ceremonial, sobre qué es ser blasvalerino. ¡Qué orgullo!, se hinchaba mi pecho escuchar al director y en cada formación, sentía a mi colegio dentro de mi corazón.
Ingresamos a los salones y lunes me tocaba Literatura con el profesor Antenor Chuquizuta, me enseñó a conocer a todos los autores de la literatura nacional y mundial, no importaba si salía a dictar su clase desde el pasadizo de uno de los pabellones. ¡Qué personalidad! Miércoles por la tarde, curso de Historia Universal con el recordado profesor Alejandro Chávez Paredes -“Chepe”, una eminencia que nos dio a conocer la historia del mundo; con él aprendí que más allá de Lamud o Luya, existían culturas diversas de nuestro pasado.
Viernes, cerrando semana, tenía Educación Cívica y la profesora Lira Mori me enseño el respeto a nuestra patria, a los derechos y deberes de las personas. Mi padre, Marino Torrejón, me enseñaba Historia del Perú los jueves. Más allá de su rol de padre, lo admiré y respeté siempre como docente. Lo dicen sus ex alumnos: “Fue un gran profesor”. Mi padre me enseñó a vivir y conocer al Perú. Mi profesión actual de antropólogo y analista de la realidad social, se lo debo a él, como padre y docente.
Vienen a mi memoria, docentes ilustres del Blas Valera como Teresa Cisneros, Patrocinio Santillán, el padre Pablo Ventura, Napoleón Rojas Pisco, la profesora Adela Valdivia, Laura Chuquizuta, Miguel Villarreal, Idelso Carrión, Lucho Castro, Marino Gupioc, Celso Gallac y muchos otros profesores que marcaron la huella blasvalerina, disculpen de todo corazón si no les menciono; pero les recuerdo con nostalgia a todos y todas. Muchos blasvalerinos exitosos estamos eternamente agradecido de ustedes.
Este 6 de junio nuestro colegio cumple 57 años de convivencia institucional y educativa con su pueblo de Lamud y la provincia de Luya. En este aniversario recordamos que Blas Valera fue uno de los colegios más insignes a nivel regional y macro regional. Ocupaba siempre los primeros puestos en los concursos de ciencias y letras, en proyectos educativos, en juegos deportivos, en arte y cultura. Nuestro colegio siempre se distinguió por su disciplina, formación ética y su gallardía en los desfiles; pero lo valorábamos más por su enseñanza y calidad educativa, reconocida siempre en Amazonas.
Inclusive, personalmente participé en un concurso de Literatura a nivel regional con una veintena de colegios, que orgullo sentía en ese momento ser blasvalerino. El colegio marcó una época en la historia de Amazonas, hoy los ex alumnos y amazonenses que conocimos esta historia, y formamos parte de ella; lo recordamos con mucha nostalgia.
Hoy en este su aniversario, los exblasvalerinos también sufrimos y lloramos porque ese colegio que rememoramos, ya no es el mismo de antes. Su reconocida calidad educativa se debilitó y hasta desapareció, su disciplina y formación ética hoy solo es un recuerdo grato; y sus aulas, patio y pabellones; bueno su infraestructura, solo son ruinas que hacen caer una lagrima a cada blasvalerino que observa su aposento educativo de antaño.
En esta remembranza, no quiero culpar a nadie en particular por la actual situación del Colegio Blas Valera. Solo sé que las causas de este contexto son estructurales que van desde las autoridades nacionales, regionales y locales; pasando por las autoridades educativas y terminando en nosotros, como blasvalerinos, lamudinos y luyanos. Somos también parte del problema.
Esperemos que en los próximos meses se haga realidad la construcción del colegio. Pero ambicionemos más. Por encima de la construcción de una mole de infraestructura, bonita y bien pintada, con piscina y canchas deportivas; necesitamos reconstruir y posicionar la CALIDAD EDUCATIVA y FORMACIÓN ÉTICA de nuestro colegio Blas Valera, como lo tuvo hace muchos años atrás.
Los recuerdos y la historia de nuestro colegio, que sirvan como paradigmas en la construcción de un Blas Valera ideal, tal como los lamudinos y luyanos lo queremos, tal como los amazonenses lo ansiamos. Retomemos la estirpe intelectual, responsabilidad educativa y calidad humana de sus docentes, retomemos el deber educativo y moral de sus ex alumnos, retomemos el trabajo con ahínco de sus administrativos.
Como blavalerino, esta es mi voz y debo mucho lo que soy a mi colegio. La tarde caía en el Blas Valera, recuerdo que antes estudiábamos mañana y tarde. Mi padre me esperaba para regresar a Luya, le decía: “Papá yo voy caminando con mis amig@s, ve tranquilo”. Me contestaba: “Elmer, mañana tenemos examen, te apuras para estudiar el cuaderno y los libros de historia”. Dejábamos al colegio bajo el manto de la intelectualidad, por la carretera íbamos comentando nuestras clases y ocurrencias de alumnos, el ruido de los grillos y el revoloteo de luciérnagas nos indicaban que ya llegó la noche; al día siguiente el Blas Valera nos esperaba nuevamente entre su seno, para educarnos y enseñarnos sobre la vida.
¡Feliz 57 Aniversario Colegio Blas Valera!