lunes, 8 de febrero de 2010

DE AGUARUNAS (AENTS), HUAMBISAS (SHUAR) Y ESOS MONTES
Por: Mirbel Epiquién Rivera

Los que no conocen la provincia de Condorcanqui, en el departamento de Amazonas, y menos han visitado alguna comunidad nativa, sea esta de los pueblos Awajún o Wampis (ahora autodenominados Aents y Shuar de Perú, respectivamente), no podrán tener una idea cabal del significado del territorio para estos pueblos indígenas, y por el cual vienen luchando valerosamente día a día, como lo hicieron desde siempre en su larga historia.

Para entender el valor de la lucha de los indígenas amazonenses debemos conocer brevemente sus condiciones de vida dentro de su medio natural: Gran parte de Condorcanqui esta formado por un conjunto de colinas y montañas (salvo la cuenca del Santiago) en donde las condiciones geográficas y climáticas son muy difíciles, tanto para los hombres y animales que habitan allí. En ecología es bien sabido que en zonas de montañas hay riqueza en el número de especies (animales y vegetales), pero pobreza en la cantidad de la mismas. Es decir, a manera de ejemplo: En las montañas puede haber 10 especies de animales silvestres, pero cada especie tiene solo un centenar de individuos, en cambio, en las zonas bajas (selva baja) o llanuras como las sabanas, hay solo 5 especies pero cada una de estas tiene miles de individuos. ¿A qué conlleva esta realidad ecológica?: A que los animales disponibles (oferta) para la casa en las montañas de Condorcanqui sea mucho mas baja que en la llanura amazónica (de allí el hecho que en los mercados de Iquitos o Pucallpa haya muchísima mas “carne de monte” que en Nieva). Esta condición, agregado al gran tamaño de la población Awajun y Wampis hace posible la existencia de un frágil equilibrio (si es que aún existe) entre la disponibilidad de alimentos y tierras para cultivar versus número de comunidades y gente en la provincia (recordemos que estos pueblos son eminentemente cazadores). Como si fuera poco, la cordillera de Campanquis y el pongo de Manseriche son barreras geográficas para otros animales y sobre todo para los peces, que no pueden ascender por el pongo desde la selva baja hacia Condorcanqui a depositar sus huevos. Esta es otra razón natural de la escasez de peces para consumo en Condorcanqui versus otras partes de la amazonía. A pesar de todas estas condiciones, los Awajun y Wampis han logrado sobrevivir por miles de años en estas tierras.

Trato de pensar como un hermano indígena y obtengo el siguiente razonamiento: Debo sobrevivir en una condición ecológica adversa, donde el estado peruano ha tenido muy poca presencia (en educación, salud, medios de comunicación), mi despensa natural es el “monte”, mis abuelos fueron explotados por los caucheros, mis padres fueron enajenados culturalmente por los colonos, y ahora debo retirarme de mis tierras porque allí hay oro y petróleo que les servirá a una cultura occidental del cual nunca forme parte importante.¿ No es razón suficiente para reclamar un poco sensatez a este país y sus gobernantes?. Ese es el kit del asunto, nada de “antidesarrollo”, “salvajismo”, u otros términos que lanzan los yupis citadinos.

En mi última visita (hace 10 días) a la zona me enteré de algo preocupante, que puede ser real o no, pero de ser así voy entendiendo por donde se dirige el asunto. Y es que en un cuartel militar fronterizo se denuncio la extracción de armamento de guerra por parte de los indígenas (bien “monse” el oficial aquel para dejarse robar), y se esta corriendo el rumor, que grupos extremistas (entiéndase terroristas), están ingresando a las cuencas a preparar un levantamiento general. Teniendo en cuenta dos cosas: a) Que durante la época de terrorismo en el país, estos indígenas no permitieron el ingreso de estos grupos a sus tierras, ¿por qué tendría que pasar ahora?, y b) Conociendo la clásica política del miedo y psicosociales dirigidos a la opinión pública sobre estos temas, no podemos dejar de pensar que es una maniobra más para declarar a esta provincia como zona roja, y en el futuro se pierdan los derechos fundamentales de las personas, dejando camino libre para los que desean “aprovechar sus recursos”, y encima protegidos por las fuerzas armadas (como lo acaba de mencionar un oficial del ejercito que labora en esta zona).

No pretendo decir con esto que absolutamente todos los indígenas sean una muestra de la integridad humana (y vaya que gran parte lo son), algunas de sus organizaciones vienen consolidándose en medio de problemas internos similares a la cultura occidental, incluso existen rumores sobre actividades al margen de la ley en algunas zonas de este territorio. Pero no olvidemos que hasta las malas costumbres se copian, y la cultura occidental tiene muchísimas para muestrario, por lo que la situación en la provincia va más allá de un Estudio de Impacto Ambiental o mesas de diálogo. Se necesita entendimientos, tolerancia, reconciliación, respeto, planificación y trabajo conjunto, y eso no se hace en un mes, un año ó 5 años. Eso se hace todos los días, durante toda la vida.
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Los términos Aents y Shuar significan Ser Humano.

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