lunes, 17 de marzo de 2014

DUDAS QUE ASOMBRAN, VERDADES QUE DUELEN

 Por: Jorge Reina Noriega


Mi gran e indiscutido amigo el Dr. Rudecindo Vega Carreazo en un artículo que lo he leído en el internet afirma “Amar Amazonas es también no callar ante las injusticias”, tremenda conclusión que debe ser analizada en su contexto y particularmente me ha llamado a reflexión, por sus aseveraciones que da origen a mi Pastillita, que la publico con la misma intención. Es cierto su reclamo de que no deben pasar impugnes los crímenes cometidos contra el vicepresidente regional y dos de nuestros alcaldes distritales, que habiendo pasado un buen tiempo, hasta ahora no hay nada definido, con relación a culpables materiales e intelectuales.
 
Mi aludido amigo afirma de delincuentes de cartera, saco y corbata y con ello engloba a un determinado número de personas, que por vestir en esa forma, deben de ocupar un puesto expectante en la sociedad y/o en la administración pública, dejando un poco de lado al maleante común y corriente que delinque por el simple afán de robar, por hacer daño, por venganza y o de repente hasta por necesidad, lo cual en ninguno de los casos está justificado la hechura del delito, más si es que compromete la vida de sus víctimas.
 
Pero, considerando que una forma de Amar a Amazonas, es denunciando las injusticias que a diario se producen en nuestro pueblo, en una y otra forma, es un reto dirigido a nuestras conciencias para alzar nuestra voz de protesta y reclamar por los derechos de los que menos tienen y más necesitan. En estas circunstancias, debemos hacer recordar a todas las autoridades elegidas por el pueblo y nombradas a desempeñar un cargo público, que su sueldo sale de los que pagamos nuestros impuestos y por lo tanto todos ellos, sin excepción, vienen a ser dependientes de nosotros, desde el más rico hasta el más pobre, desde el mas encapotado al más humilde.
 
Por eso es que no debemos permitir, que muchos señoritos y damitas, tengan la desfachatez de tratar en forma descortés a los que llegan a las oficinas a solicitar un servicio y un derecho. No está bien  que el uniformado, que por el simple hecho de vestir un uniforme, portar un arma o que la Ley lo ampara, tenga que dar mal trato a los ciudadanos y que algunos jefes crean que sus oficinas son sus fortines y al que por desgracia cayó en sus redes, lo ofenden, lo estigmatizan, y lo humillen, más si no tiene padrino. Situación que también se da en el Poder Judicial.
 
El tratar de hacer cumplir la Ley o los Reglamentos o la Constitución, no le da derecho a nadie de cometer abusos o atropellos. Mal está que la autoridad judicial, trate como zapatilla vieja a los sospechosos y aun a los reos. Que el personal de salud se consideren la quinta esencia, y no vean en el enfermo al paciente lleno de dudas, de dolores y complicaciones. Desconociendo que el fin supremo de la sociedad es el ser humano. Tampoco está bien que las altas autoridades hagan caso omiso a la función por la cual han sido elegidas, que cambien su comportamiento y se conviertan en intocables, autoridades sobre valoradas, que trabajan a escondidas y no les gusta ser fiscalizadas y a la primera crítica amenazan con denuncias o represalias.
 
Sin embargo, es una gran realidad que los únicos culpables de que se produzcan injusticias y que haya corrupción, somos la gente decente, pero, no los que alzamos nuestra  “voz enérgica” detrás de bambalinas o en medio de la euforia de un vaso de licor o con auditorios mediocres, no los que tenemos miedo del qué dirán, o los conformistas engañados que creemos que en algún momento nuestro pueblo va a cambiar y que no debemos preocuparnos mientras no se metan con nosotros o con nuestras familias, en fin, señores los únicos culpables somos los cobardes que nunca nos atrevimos a tomar el toro por las astas, y nos asustamos de lanzarnos a la política, arguyendo que es cochina, que daña a la gente, que nadie reconoce lo que haces y que siempre te van a criticar, hagas o no hagas.
 
Pero, teniendo en cuenta que la Política es el arte de gobernar y servir a la gente, hago mi salvedad que muchos hicimos nuestro lote de trabajo en la trinchera que nos tocó desempeñarnos, sin aspavientos y en forma silenciosa, ayudando a la gente que nos permitió servir y sin servirnos de ellos. Por lo tanto, no  perdamos la Fe en los hombres de buena voluntad y busquemos autoridades, tal vez sin saco ni corbata o quizás con poncho y ojotas, pero honestas y de corazón valiente, verdaderos adalides de nuestros pueblos, que se rompan por el bienestar y el desarrollo de nuestra Región Amazonas, un emporio de riqueza llamada a convertirse, en muy poco tiempo en la primera Región del Perú por su potencial hidroeléctrico, agrícola y ganadero, por su fauna y su flora, por su diversidad de microclimas, por todas las bellezas con los que Dios nos ha bendecido y por nuestra ingente riqueza turística, a lo que se suma la bondad y calidad de sus habitantes.
 
Ahora a la edad que tengo, no me da miedo recetar esta Pastillita, ni tampoco tengo necesidad de pedir garantías o protección, por decir o bosquejar algo cierto, sin aludir a nadie en especial,  solo mi intención es poner en el tapete mi sentencia de que HAY DUDAS QUE ASOMBRAN Y VERDADES QUE DUELEN, para que algunos en el camino lo analicen y me adelanto en decir, lo siento si es que a alguno le toca el guante.

*AYÚDAME A AYUDAR*

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