ESCUCHANDO LAS PALABRAS DEL BIKUT*
Por: Mirbel Epiquien Rivera
Se acaba de
oficializar el día de la diversidad cultural y lingüística, que de acuerdo al
ministerio de Cultura, se celebrará cada 21 de mayo, en ese día se pretende revalorar la importancia
de una condición natural de nuestro país, su
diversidad étnica. Tres días después,
el 24 de mayo, desde las montañas del Sureste Mexicano, en Chiapas, el
mítico Subcomandante Marcos emitió su último discurso para dejar de existir
como tal en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), a partir de
ahora el Subcomandante sólo será un
símbolo de la insurgencia zapatista.
El EZLN se creó
en 1994 en el estado de Chiapas con el fin de defender los derechos de la
población indígena. Miles de kilómetros al sur, el pueblo indígena untsuru
chuara, tal como se denominan los
jíbaros en su lengua autóctona, también tienen mucho que contarnos sobre su
lucha reivindicativa.
La familia
Jíbaro comprende cinco pueblos originarios de la Amazonia que comparten una
misma tradición lingüística y cultural; el pueblo achual, awajun, kandozi,
wampis y shiwiar. De acuerdo a Pedro Mayor y Richard Bodmer (2009), es la única
nación indígena de América que conserva casi intactas su costumbre y
libertad. Este pueblo impidió la expansión territorial Inca sobre sus
tierras, primero con Tupac Yupanqui y luego con Huayna Capac. Derrotaron a los
conquistadores españoles, pero no impidieron la creación de asentamientos
misioneros en Jaén de Bracamoros (1549) y luego en Santa María de Nieva, sin
embargo, poco después cuando los
españoles empezaron a esclavizarlos se produjo
la gran rebelión jíbara en 1599, logrando retomar el control de sus
territorios durante muchos años. Luego hubo muchos intentos de reconquista
española, y fueron los Jesuitas los que más avanzaron, pero como en 1704 la
corona prohibió el trabajo misionero de la orden, los jíbaros quedaron sin contacto hasta mediados del siglo XX.
A inicios del
siglo XX la relación entre los jíbaros y hombres blancos y mestizos era de
mucha hostilidad, sobre todo por los intentos de esclavitud de parte de los
caucheros, con quienes estos negociaban pero siempre a la pérdida y en favor de
los rapaces mercaderes de la shiringa (caucho). El año 1947 el Instituto
Lingüístico de Verano envío un grupo de
lingüistas a territorio awajun, y en 1949, la
orden Jesuita estableció su misión en Chiriaco, parte de esos escenarios de
la época son contados exquisitamente por Vargas Llosa en su novela “La Casa
Verde”.
A partir de 1960
el pueblo jíbaro, sobre todo los awajun y wampis, permiten la colonización de sus tierras, pero el proceso fue un
fracaso y estos se vieron desposeídos de sus territorios y en medio de grandes
injusticias por parte de los apach,
el nombre que se da a los que viene de fuera (mestizos). Esto desencadeno en la
creación de organizaciones indígenas como el Consejo Aguaruna – Huambisa, que
logró frenar la colonización y asegurar la tenencia de los territorios
comunales.
Hoy en día el
pueblo jíbaro sigue luchando: la llegada
de colonos, la pérdida de sus territorios, la sobre extracción de sus recursos,
los nuevos patrones de crecimiento poblacional (son la segunda nación indígena
amazónica más grande del país después de los Ashaninkas), las nuevas
enfermedades, la adopción de malas costumbres foráneas, la contaminación de sus
ríos, la interrelación en desventaja con la cultura occidental, entre otras
cosas, han hecho que los pueblos awajun y wampis se encuentren con altos
niveles de miseria y desnutrición. No es justo para un pueblo de carácter
libertario y de gran riqueza espiritual.
El Debate
Estoy seguro que
la palabra “desarrollo” siempre fue
escuchada por los pueblos jíbaros, desde hace siglos, pero al final siempre se ha querido despojarles de todo,
hasta hubo un presidente que los llamó ciudadanos de segunda categoría, por el
solo hecho de defender sus recursos. Y ese es el principal punto del debate,
cómo garantizar que los pueblos awajun y wampis puedan mantener sus derechos
sobre sus recursos y su territorio.
Antes debemos
definir nuestros concepto de desarrollo, si pensamos bajo el esquema liberal de
mercado basado en PBI o renta estaremos detrás de impulsar ideas de expansión
agrícola, ganadera, de extracción de madera, extracción de oro, venta de
mercancías manufacturadas, explotación de mano de obra barata y otras
“lucideces” que nos quieren hacer creer
algunos portavoces de actual modelo económico, la pregunta es ¿eso
es lo quieren los Amazonenses jíbaros de Bagua y Condorcanqui?
Personalmente
comparto las ideas de economista Amartya
Sen sobre el desarrollo basado en la LIBERTAD,
esa libertad que los pueblos awajun y wampis siempre han buscado. Amartya Sen,
premio nobel en economía el año 1998, argumenta que para alcanzar el desarrollo
debemos centrarnos en cinco tipos de libertades: 1) las libertades políticas,
es decir la posibilidad de participar,
decidir, expresarse, criticar; 2) las oportunidades sociales, es decir los
servicios públicos al que se puede
acceder, de tal manera que todos puedan tener las mismas oportunidades de
crecimiento personal; 3) libertades económicas, vale decir los derechos que
tienen las personas en acceder a
mercados y en poder disfrutar de la redistribución
de riquezas; 4) Las garantías de transparencia, entendida como los niveles de confianza entre los miembros
y estructuras sociales, esto se refleja en el compartimiento de información,
reducción o desaparición de la corrupción y el cumplimiento de las normas; y 5)
la seguridad protectora, para ayudar a los más desfavorecidos en lograr su sobrevivencia y crecimiento personal,
esto va desde buenos servicios de salud, alimentación y otros subsidios que
ayuden a poblaciones desfavorecidas.
¿Cuánto de estas
libertades se ha logrado alcanzar en los pueblos indígenas de Amazonas?, ¿cuánta
participación política indígena tenemos ahora?, ¿qué tanto se ha avanzado en
darles oportunidades de crecimiento personal a los niños y jóvenes en las
comunidades de Bagua y Condorcanqui?, ¿cuánto ejemplo estamos dando a los
pueblos indígenas en el manejo transparente de las cuentas?, ¿cuánto hemos
avanzado en brindar servicios básicos de protección a las comunidades?, ¿cuánto
de los derechos autóctonos de defensa territorial han sido avaladas por el
resto de la sociedad?, son sólo algunas preguntas que también debemos empezar a debatir, y debemos hacerlo
nosotros, porque por estas tierras no
tenemos un Subcomandante Marcos que lleve la voz indígena hacia donde deba
ser escuchada.
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*Bikut: El
Bikut es el filósofo awajun, un ser que se transforma en toe y que se mezcla
con el ayahuasca para conectarse con otros mundos.
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