SALUDO A MI
TIERRA, MI INOLVIDABLE CHACHAPOYAS
Por:
Jorge Reina Noriega
Vuelvo nuevamente a tus prados, mi querida Chachapoyas,
vuelvo a gozar de tu paz, de tu tranquilidad eterna, vuelvo a revolcarme en mis recuerdos para añorar
los tiempos idos y gozar de tus callecitas rectas, con sus casitas pintadas de
blanco y sus balcones regios, donde ayer entre cortinas de encajes y
terciopelos, se escondían las bellezas
angelicales de mi pueblo querido. Regreso a verte transformada, con más
movimiento comercial, con todos los signos del
modernismo en tus jirones y avenidas, en tus Asentamientos Humanos, en tus
Institutos y Universidades, en tus locales comerciales, en tus discotecas,
bares y restaurantes, pero, me doy cuenta que sigues guardando en tus entrañas el señorío y el abolengo de tus años
mozos.
Vengo con la II
Misión Médica Internacional 2014, vengo a tu Fiesta de la Mama Asunta, para
agradecer al cielo, por lo mucho que recibo y es tan poco lo que hago. Vengo a
ver a mi hermano, en su lucha interminable y a veces incomprendida, para
aquellos a los cuales la Misión va dirigida, vengo en busca de mi poca familia,
que aún me queda, de mis compadres y amigos, que han ido desapareciendo y me
esperan allá en el Oriente donde brilla la Luz Eterna.
Sin embargo, ya no miro a la ciudad limpia, con sus
veredas, que antes las barríamos con escobas de retama y de chishka, recogíamos la basura y la botábamos en el
huayco detrás del mercado, ahora convertido en unos jirones llenos de comercio
próspero y con cientos de ambulantes. Ahora hay carro recolector y por la radio
escucho: “No seas cochino o cochina, no
botes la basura, espera el carro recolector”. Es cierto que hay gente
foránea y gente migrante venida del interior y son a ellos, erróneamente y de
mala fe, a los que se les culpa de tener una ciudad sucia, pero, parece que
nosotros hemos olvidado que la mejor
virtud que tiene el ser humano, es la limpieza, porque la prosperidad y el
desarrollo empieza por el aseo, poseer una casa limpia habla bien del que la
habita, tener una buena salud significa tener buenos hábitos de limpieza, ser amable
y honesto es tener una conciencia limpia y sin culpa.
Ahora por todos los lados abundan las cantinas y los
bares, las discotecas y los “chichodromos”, los hostales y aún los burdeles, que ahora tienen
nombres exquisitos y antes disimuladamente los decíamos la Casa de la Cultura.
Por todos los lados se escucha música estridente, hay casas de juego y
tragamonedas. Restaurantes y locales de comida rápida, con cocinas a kerosene o
gas licuado, ya se olvidaron de la
chamiza y de la leña de tayango o de guarango. Pocos locales venden
shirumbe, chipchemuro o chochoca con caransho, cecina majada y purtumute. Ahora
hay pollo a la brasa, filet miñón, bisté a lo pobre, cebiche y trucha dorada. Ya no hay tucsiches ni cartscachos, menos
caldo de pichuchos. Los cocineros se llaman chefs y las que sirven se
llaman anfitrionas, que te dicen: ¿que
desea servirse caballero? y no como antes “que
quereste comer”.
Hay locales de internet en los que hay niños sentados
chateando o viendo actividades morbosas, ante la vista y paciencia de aquellos
que llenan sus bolsillos con las monedas, muchas veces sustraídas y que privan
de alimentos a sus personas queridas. Los muchachos ya no leen los clásicos
como Los tres Mosqueteros, El Conde Montecristo, La Dama de las Comedias, María
de Jorge Isaac o Coplas a la Muerte de mi Padre y del Quijote de la Mancha, no
saben si se despintó con lejía o taxana o con agua de choloque.
Que como ha
cambiado el tiempo, antes una mentada de madre, era un chócale para la
salida y no terminaba hasta sacarle chocolate de la singa al desgraciado…,
ahora los muchachos y hasta las niñas hablan frases subidas de tono y hay besos
y caricias a flor del día y una que otra criatura sin reparo alguno sabe que la
“virginidad produce cáncer” y por eso se vacunan muy temprano.
Nuestros días pasan inmisericordes. El Pumaurco permanece enhiesto, claro ya no tupido de bosque como
era antes, sin sus ermitas, limoneros y los romeros, pero muchas veces sigue
cubierto de nubes, como si tendría vergüenza de lo que hay abajo en la ciudad.
Chachapoyas y todos los pueblos de nuestra Región tienen su belleza, sus personajes
ilustres y sus miles de vivencias que a veces se ahogan en las gargantas de los
hombres de la tercera edad que añoran nuestros tiempos y cuando de vez en vez
quieren dar a conocer la historia que
nos glorifica y enorgullece, nos tratan como gente desfasada y antigua y
que ya tenemos fallas en la mente.
Sin embargo que difícil es hacerles comprender, que la
vida es como la naturaleza. Que venimos a este mundo con nuestras estaciones
contadas. Muchos llegarán a sumar 80 o 90 estaciones, y serán felices, pero,
también se preguntarán, qué hicieron con
la primavera de sus vidas…, esos 20 años donde tenían que nutrirse con los
alimentos sanos para desarrollar un cuerpo físico, preguntarse, cuánta
instrucción y educación recibieron para crecer en sabiduría y en espíritu, y
como es que desarrollaron sus valores morales para tener una conciencia limpia,
sin mancha y sin culpa alguna que no les avergüence…. Fue nuestro verano, de los 20 a los 40, la época en que más
producimos, creando bienes materiales e intelectuales, dando felicidad y
seguridad a nuestras familias o llegó demasiado rápido nuestro otoño, de los 40 a los 60 donde el pelo se nos
tiñó con hilos de plata, a muchos se nos volvieron quebradizos, se cayeron,
juntamente con nuestros dientes, se doblaron nuestras columnas y llegaron los
reumas, los dolores musculares, aparecieron los síntomas de la presión alta y
empezaron a molestar los triglicéridos, el colesterol, la glucosa y la urea y
qué decir de la próstata y la menopausia y los prolapsos. Entonces nuestro
mísero sueldo de nuestra jubilación o cesantía, empezó a faltar, por eso, feliz
aquel que llegó al invierno de su vida, después de los 60 años con salud, con
alguien que le cuide por cariño y no por compromiso o por interés esperando que
se muera, para quedarse con la herencia o…, triste el final de aquel viejo
maltrecho, que no tiene quien lo cobije
y muere abandonado a su propio destino.
Todas estas cosas se aprecian en otras ciudades del Perú,
pero no en los pueblos de nuestra tierra, por eso tenemos el sagrado deber de conservar nuestra tradición y de transmitir
a nuestros hijos para que ellos cuiden el honor de ser amazonenses, de
pertenecer a una raza envidiable que jamás supo de rendiciones, que tuvo la
bendita suerte de que los que vinieron a vivir a nuestra tierra, se contagiaron
del amor a nuestro terruño y ellos también lo defienden con el mismo amor y
cariño porque aquí nacieron sus hijos, aquí hicieron sus fortunas, aquí está
metido en las fibras más intimas de su ser que la Libertad, es el clamor de los
Pueblos, que hubieron muchos amazonenses
propios y extraños que derramaron su sangre por defender nuestro territorio y
nuestra tradición y nuestra decencia, porque D+os siempre nos ha mirado con
ojos de piedad, porque sabemos extender nuestras manos al caído, sabemos
defender con pundonor lo que nos pertenece, jamás nos dejamos avasallar por el
abuso porque la semilla de amor y gratitud, que hemos sembrado en esta bendita
tierra fértil, nadie jamás podrá destruirla, ni el tiempo ni los suplicios de
la vida.
Mis queridos hermanos de mi inolvidable Chachapoyas y de
mi linda Región Amazonas, depende de nosotros seguir manteniendo grande nuestro territorio, porque recién está
despertando al Mundo un emporio de riqueza que la convertirá en la Región más
noble, más rica y hermosa de nuestra Patria. Pongamos el hombro los viejos que
ya nos vamos para no volver, los adultos en quiénes reposa nuestro prestigio y
en esa niñez y juventud maravillosa que será el verdadero motor de nuestro
desarrollo, por eso respetemos, honremos
y veneremos a nuestros MAESTROS PRIMARIOS que son los que ponen el cimiento
de las grandes naciones que marchan al desarrollo en bien general de todos o
hacen las desgracias de las mismas con ideas resentidas y equivocadas y
egoístas y son los responsables de lo bueno o malo que al final somos.
Pastillita para el Alma - *AYÚDEME A AYUDAR*
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Foto tomada de la página del Facebook: "Chachapoyas Histórica"
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