¿FELIZ DIA DEL TRABAJO? MEJOR UN DIA PARA REPENSAR.
Por: Rudecindo Vega Carreazo
Hoy no es un día
cualquiera, en todo el mundo se celebra el “Día Internacional del Trabajo” y,
sin embargo, me asaltan tantas dudas para su celebración. Más, cuando tuve la
oportunidad, gracias al Presidente Ollanta Humala de ser Ministro de Trabajo y
Promoción del Empleo. Más que celebrar debería ser un día de asunción de
compromisos.
Deberíamos pedir
perdón porque hay tantos niños y adolescentes trabajando y, a quienes, además,
por compromisos internacionales se les rehúye su condición de trabajadores;
deberíamos pedir perdón a las mujeres que por no tener oportunidades laborales
destinan su cuerpo a la mas antigua profesión del mundo; deberíamos pedir
perdón a los millones de personas que trabajan en condiciones indecentes y sin
derechos bajo el eufemismo de la “informalidad”, deberíamos pedir perdón a los
miles de empleados públicos que carecen de derechos laborales a pesar de
trabajar para el Estado; deberíamos pedir perdón a los jóvenes por no darles
las oportunidades de desarrollo personal y profesional a través de un trabajo
decente; deberíamos pedir perdón por la falta de políticas para mejorar la
capacitación, certificación, empleabilidad que mejore la productividad de
nuestros trabajadores formales e informales;
deberíamos pedir perdón a los millones de jubilados que después de
tantos años de trabajo no se les brinda una digna vejez, deberíamos pedir perdón
a los miles de desempleados por carecer de un medio de realización humana como
es el trabajo; deberíamos pedir perdón por poner tanta traba burocrática,
financiera, laboral que no permite a nuestros empresarios crear más y mejor
empleo decente. Por eso, en primera persona, pido perdón, porque solo avanzamos
poco.
Deberíamos pedir
perdón por considerar que el Día del Trabajo propio sólo de los trabajadores.
Que ilusos. El Día del Trabajo debería ser celebrado también por los
empresarios y empleadores en general. También por el Estado claro esta. El
trabajo decente, muchas veces lo dije, siendo un medio de realización humana,
donde la persona es persona, es el encuentro natural del empresario, el
trabajador y el Estado. Todavía nos falta visionarnos de manera conjunta y
concertada. Que los trabajadores sientan que su celebración es también
celebración empresarial y del Estado. Que los empresarios sientan que este día
es una oportunidad para comprometerse a mejorar las condiciones del trabajo y
crear más empleo. Que el estado visione este día como espacio de impulso de
políticas estatales de institucionalización labor del trabajo decente. Es
concebir el trabajo como mecanismo natural de concertar, nada más que eso. No
es perder derechos, no es ceder y arrear banderas. Es asumir al trabajo como
compromiso de desarrollo personal y nacional.
El trabajo, si
el trabajo, en países como el nuestro es el soporte del crecimiento económico.
Nuestra mano de obra, nuestra inventiva e inteligencia vinculada al trabajo, nuestra
vocación laboral y trabajadora, reconocidas a los peruanos en todo lado, explican también el crecimiento económico del
país durante los últimos 11 años. La expansión de puestos de trabajo, decentes
y no decentes, claro esta, explican también el crecimiento económico del país y
consolida el bienestar de nuestros empresarios. El trabajo genera riqueza para
los empresarios y el país y esta riqueza da nuevas oportunidades laborales.
Deberíamos pedir perdón, porque ese, crecimiento económico no llega como
debería llegar a los trabajadores para mejorar sus condiciones y a los
desempleados para que tengan trabajo.
El trabajo, si
el trabajo, también es, creo, el principal instrumento de inclusión social.
Nada, más digo que darle a la gente una oportunidad laboral decente para que se
realice como ser humano. Nada mejor que enseñarle a la gente a pescar en lugar
de regalarle pescado. Nada mejor que cada quien se realice según su habilidad y
capacidad personal. Nada mejor que garantizarle a la gente un buen instrumento
para salir de la pobreza, integrarlo culturalmente, motivarlo en su capacidad
emprendedora, realizarse profesionalmente. Si el trabajo además de garantizar
crecimiento económico garantiza verdadera inclusión social. Deberíamos pedir
perdón, porque esos mecanismos de inclusión social, como son los 4 programas
creados durante los dos primeros meses de este gobierno todavía tienen un lento
y moderado avance.
Hoy veo que la
agenda diseñada lentamente se cumple. Felizmente todo. Lamentablemente lenta. Pido
perdón porque quizás, no pudimos imponerle la viada que deberían tener. Pero,
veo con mucho auspicio un compromiso gubernamental por mejorar el trabajo y las
condiciones laborales y de inversión en el país. Eso es auspicioso y motivador.
Sería más hermoso que ese sea el mismo compromiso de los trabajadores y
empleadores. Que todos vayamos por el rumbo de fortalecer el trabajo decente,
el crecimiento económico, la inversión, la inclusión social. Un acuerdo de ese
tipo nos haría renovar cada primero de mayo el verdadero día del trabajo.
Perdón si hice tan poco. Ojala que todos podamos comprometernos a mas, mucho
mas: los trabajadores y los desempleados, los que no deberían trabajar y los
que trabajan de mas, los empresarios y los emprendedores, el Estado y gobierno
y, el Perú, seguramente nos lo agradecerán.
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