LOS PÁRAMOS DE AMAZONAS
Por:
Mirbel Epiquién
El proyecto “Conservación de
la Diversidad en los Páramos de los Andes del Norte y Centrales” también
denominado Proyecto Páramo Andino es una iniciativa
regional de diversas organizaciones civiles (ONGs) de Venezuela, Colombia,
Ecuador y Perú para trabajar por la conservación
y el uso sostenible de los Páramos Andinos. Este proyecto ha generado bastante
información científica que ayudan a reconocer los valores ambientales y sociales
de estos gélidos lugares. Además, el proyecto trabajó puntualmente en 14 zonas piloto de los 4 países para generar
mejores prácticas de convivencia entre los recursos del páramo y las
poblaciones humanas asentadas en ella. El Páramo es una
definición, en grandes términos, para las zonas sobre los 3500 msnm en los
Andes del Norte, vale decir desde el norte de Perú hasta Venezuela. Aunque
también se extiende un poco hasta Costa Rica pero las mayores superficies se
encuentran en Ecuador, Colombia y Venezuela.
Un ambiente de Páramo no es
lo mismo que un ambiente de Puna (parte central y sur del Perú), se diferencian
básicamente por condiciones climáticas y biogeográficas. En los páramos la
humedad es mucho mayor que en la Puna y la diversidad de plantas y animales
entre ambos ecosistemas también guardan diferencias sustanciales a medida que
estas se alejan entre sí.
La importancia de los
páramos ha sido y sigue siendo materia de debate en los últimos meses. Conga y
su repercusión mundial ha puesto en la agenda política al recurso más valioso
que nos ofrecen estos ecosistemas, el agua.
Los páramos poseen una
característica estructural y funcional vital en el ciclo hidrológico de esta
parte del planeta. Y es que el origen volcánico de sus suelos y la prescindible
presencia de árboles o vegetación de gran altura no es producto de las
circunstancias. Los suelos volcánicos tienen la particularidad de retener las
moléculas de agua y a medida que aumenta la saturación de esta pueden ir desprendiéndola
lentamente hasta que llegan a las quebradas que se originan precisamente en
estas alturas. Otro factor es la vegetación, muy por el contrario a lo que
manifiestan muchos forestales o entusiastas “desarrollistas”, la ausencia de
árboles en el páramo y la reducción del tamaño de las plantas silvestres a pequeñas
formas de penachos o almohadillas al ras de suelo tiene un sentido ecológico
importante. Un árbol consumiría muchísima más agua subterránea para poder
crecer y vivir, en cambio, un grupo de hierbas amontonadas soportan mejor el
frío, la radiación y son mucho más eficientes (en términos de ahorro de energía
y agua) para poder sobrevivir en estos ambientes extremos.
Este artículo empezó con
una alusión a un proyecto internacional sobre los páramos. En dicho proyecto se considera que en Perú el Páramo se
extiende sólo hasta los departamentos de Piura, Cajamarca y La Libertad. Ello
no deja de ser cierto hasta cierto punto pero hay una omisión que merece ser
rectificada. El departamento de Amazonas posee aproximadamente 139,000 hectáreas
de Páramos (4 % de la superficie departamental). Si bien es cierto que muchos
autores definen a esta zona con el nombre de Jalca y que sería un espacio de
transición entre la Puna y el Páramo de Ecuador, las funciones de regulación
hídrica y las características biológicas y climáticas son bien parecidas al de
los páramos oficiales.
Al margen de las
definiciones técnicas, la pregunta que nos tendríamos que hacer es: ¿cuál es la
situación actual de los páramos de Amazonas?. La provincia con mayor cantidad
de páramos es Chachapoyas, casi todos sus distritos lo poseen, con excepción de
Balsas, Huancas y Sonche. Luego encontramos páramos en la provincia de Luya,
exactamente en Santo Tomas, María, Lónguita, Colcamar, Lonya Chico, Luya,
Conila y Santa Catalina. Si vamos más hacia el norte encontraremos ya poca
extensión en Bongará y Bagua. En Bagua
se encuentra dentro de los límites del Santuario Nacional Cordillera de Colán.
Actualmente entre un 40 a
60% de los páramos de Amazonas están protegidos o en vías de ser protegidos a
través de áreas de conservación como Tilacancha, Huiquilla, Colcamar-Huaylla
Belén, Cordillera de Colán y la futura área de conservación de Gocta. Sin
embargo el reto no sólo es protegerlos legalmente sino revalorarlos como uno de
los lugares más importantes para la generación de vida, y esta categórica
afirmación pasa por entender el rol de los páramos en la captación, regulación
y distribución del agua en las diversas cuencas de las cuales forman parte.
La ciudad de Chachapoyas depende
de las aguas generadas en el Páramo de Tilacancha, los cultivos de café en Luya
dependen de los Páramos de Condorpuna, los arrozales de Bagua y Bagua Grande
dependen de los páramos y bosques de la Cordillera de Colán, las aguas de las
cataratas de Yumbilla, Chinata y Gocta dependen de un Páramo, en suma, los
páramos son la fuente de vida y la base del proceso económico en gran parte del
departamento.
No es casualidad o
ignorancia el hecho de que los pueblos de Celendín, Bambamarca y en general la
región de Cajamarca, cuya fama no precisamente es la de ser ecologistas, se
atrincheren en la defensa de una causa que tiene que ver con la vida misma, el
agua de sus páramos. Es importante que iniciemos una cruzada general por darle
el reconocimiento debido a estos ecosistemas, protegiéndolos, recuperándolos,
invirtiendo en su buena gestión. No creamos que son tierra improductiva o sin
valor, eso es lo que algunos quieren que creamos para luego aterrizar con sus
excavadoras y sus casquitos color naranja.
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