LA NATURALEZA DE LOS BIENES: DE LO COMÚN, LO PRIVADO Y
LO PÚBLICO
Por: Mirbel Epiquien Rivera
Elinor Ostrom
(1933-2012), politóloga, economista, activista y la primera mujer en recibir el
premio Nobel de economía (2009) dedicó su vida a estudiar la gobernanza de los recursos compartidos o bienes comunes.
De hecho fue una de las más notables críticas a la idea que los recursos
naturales estaban destinados a desaparecer si es que no se privatizaban o se
les otorgaba un precio en el mercado, como se postulaba desde fines de los años
60 del siglo pasado a partir del famoso artículo escrito por Garrett Hardin
(1968), “la tragedia de los comunes”.
Ostrom demostró,
estudiando casos en el mundo, que los recursos naturales o bienes comunes
podían ser eficientemente usados por la propia gente bajo criterios de
auto-regulación, sin necesidad de la existencia de un administrador externo
(Estado o privado), y que estos
mecanismos de auto-regulación podían ser sostenibles en el tiempo, incluso a
través de siglos. Pero ¿qué es un bien
común?
Un bien común es
un recurso de la naturaleza que puede
ser usado por cualquier persona pero presenta un fenómeno de escasez, es decir, su uso por parte de
un individuo disminuye la posibilidad de uso por parte de otra persona, de allí la importancia de la auto-regulación
por parte de la misma gente. Los bienes comunes engloban a todos los recursos naturales que hacen uso las
comunidades, por ejemplo; peces, madera, pastos o animales silvestres pero
también puede darse el caso de otros recursos aparentemente abundantes como el agua o algunos minerales.
No es raro que
los bienes comunes sean confundidos como bienes
públicos, incluso por la legislación nacional, es por ello que es
importante hacer la diferencia; un bien público también es un recurso de libre
acceso pero es ilimitado, es decir
que su uso por una persona no limita ni excluye su uso por otros interesados. Son bienes públicos la defensa nacional, la
seguridad ciudadana, la salud, la educación o la protección ambiental pero
también obras de infraestructura del que hacemos uso todos como las carreteras,
los puentes u otros bienes administrados por el Estado.
Finalmente, un bien privado será todo aquel recurso
administrado por una persona o grupo de personas con fines de generación de riqueza y rentabilidad
económica. Hay que decir que hasta el padre del capitalismo, Sir Adam
Smith, no estaba de acuerdo en que todos los recursos sean privados o que el
mercado sea el único regulador de los bienes, más bien defendía la idea de la participación del Estado en aquellos
sectores clave como salud y la educación, por ejemplo.
Es importante
saber que los bienes comunes, públicos y privados conviven en nuestro país, ninguno es mejor o peor que el otro y
poseen objetivos diferenciados, siempre con la idea de generar desarrollo y
bienestar a la gente. Sin embargo algunos
fanáticos del mercado pretenden hacernos creer que el Estado es un pésimo
administrador y que la gente, sobre todo en las comunidades, son analfabetos
sin capacidades para poder manejar sus recursos y es por ello que quieren
privatizarlo todo, si por ellos fuese, las nubes y las lluvias tendrían un
precio. Aunque existen propuestas de ese tipo, pero de eso
hablaremos en otro post.
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