sábado, 15 de noviembre de 2014

LA NATURALEZA DE LOS BIENES: DE LO COMÚN, LO PRIVADO Y LO PÚBLICO

Por: Mirbel Epiquien Rivera

 Elinor Ostrom (1933-2012), politóloga, economista, activista y la primera mujer en recibir el premio Nobel de economía (2009) dedicó su vida a estudiar la gobernanza de los recursos compartidos o bienes comunes. De hecho fue una de las más notables críticas a la idea que los recursos naturales estaban destinados a desaparecer si es que no se privatizaban o se les otorgaba un precio en el mercado, como se postulaba desde fines de los años 60 del siglo pasado a partir del famoso artículo escrito por Garrett Hardin (1968), “la tragedia de los comunes”.
Ostrom demostró,  estudiando casos en el mundo, que los recursos naturales o bienes comunes podían ser eficientemente usados por la propia gente bajo criterios de auto-regulación, sin necesidad de la existencia de un administrador externo (Estado o privado), y  que estos mecanismos de auto-regulación podían ser sostenibles en el tiempo, incluso a través de siglos. Pero ¿qué es un bien común?
Un bien común es un recurso de la naturaleza que puede ser usado por cualquier persona pero presenta un fenómeno de escasez, es decir, su uso por parte de un individuo disminuye la posibilidad de uso por parte de otra persona,  de allí la importancia de la auto-regulación por parte de la misma gente. Los bienes comunes engloban a todos los recursos naturales que hacen uso las comunidades, por ejemplo; peces, madera, pastos o animales silvestres pero también puede darse el caso de otros recursos aparentemente abundantes como el agua o algunos minerales.
No es raro que los bienes comunes sean confundidos como bienes públicos, incluso por la legislación nacional, es por ello que es importante hacer la diferencia; un bien público también es un recurso de libre acceso pero es ilimitado, es decir que su uso por una persona no limita ni excluye su uso por otros interesados. Son bienes públicos la defensa nacional, la seguridad ciudadana, la salud, la educación o la protección ambiental pero también obras de infraestructura del que hacemos uso todos como las carreteras, los puentes u otros bienes administrados por el Estado.
Finalmente, un bien privado será todo aquel recurso administrado por una persona o grupo de personas con fines de generación de riqueza y rentabilidad económica. Hay que decir que hasta el padre del capitalismo, Sir Adam Smith, no estaba de acuerdo en que todos los recursos sean privados o que el mercado sea el único regulador de los bienes, más bien defendía la idea de la participación del Estado en aquellos sectores clave como salud y la educación, por ejemplo.
Es importante saber que los bienes comunes, públicos y privados conviven en nuestro país, ninguno es mejor o peor que el otro y poseen objetivos diferenciados, siempre con la idea de generar desarrollo y bienestar a la gente. Sin embargo algunos fanáticos del mercado pretenden hacernos creer que el Estado es un pésimo administrador y que la gente, sobre todo en las comunidades, son analfabetos sin capacidades para poder manejar sus recursos y es por ello que quieren privatizarlo todo, si por ellos fuese, las nubes y las lluvias tendrían un precio. Aunque existen propuestas de ese tipo, pero de eso hablaremos en otro post.

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