lunes, 3 de febrero de 2014

CRÓNICA DE UN ANÁLISIS COYUNTURAL DE LA POLÍTICA AMAZONENSE
 
Por: Mirbel Epiquien Rivera
 
Bastaron tres semanas recorriendo 4 de las 7 provincias de Amazonas para poder llegar a una conclusión; no hay candidato seguro o favorito para ser el próximo Presidente de la región Amazonas. La campaña política, hasta fines del mes de enero del presente, es como una noche de verano en el cerro Shubet, es decir, más fría que raspadilla. A pesar de algunas poco estratégicas formas de “derrochar” dinero por parte de algunos desesperados candidatos, el panorama electoral en la región debe ser de las menos alentadoras del país. Pasemos a analizar esta coyuntura.
Los Candidatos
Hasta ahora los podemos clasificar en dos grupos, los que están delante del telón y los que aún no salen a las tablas. Las características, en general, de la oferta política podrían resumirse de la siguiente manera:
Oscar Altamirano; ex presidente regional que quiere repetir el plato. Tiene denuncias por corrupción que se vienen ventilando en la fiscalía y el poder judicial. Posee cierta popularidad por el recuerdo de su reciente gestión y dicen que por un “campechano” acercamiento con la gente. Aunque en el norte del departamento también se lo recuerda por su apoyo a García en el denominado “Baguazo”. Aún tiene colaboradores leales en algunos puestos del gobierno y una guerra de adjetivos con el actual presidente regional.
José Maslucán; viene haciendo un trabajo silencioso y al parecer sistemático, un estilo que le hizo ganar las elecciones congresales del año 2006. He visto su propaganda (calendarios) en manos de vendedores callejeros y bodegas en varias provincias. Aunque ya no forma parte del partido de gobierno, aún mantiene contactos provinciales y distritales, muchos de estos con cargos de confianza.
Emigdio Arteaga; agricultor y empresario de la zona de Bagua y que representa al UDA, brazo electoral de Patria Roja en Amazonas. Las pintas de su apellido en las paredes se pueden observar en distintos puntos de las vías desde Leimebamba hasta Bagua y en la cuenca del Marañón. Su nombre es poco conocido en el sur del departamento.
Gilmer Horna; empresario de diversos rubros y uno de los que más dinero está gastando en este proceso, a tal punto que la gente  especula sobre el origen de su dinero en vez de su propuesta política. Algunos precandidatos han desmentido su participación en su movimiento luego de hacerse pública una lista extraoficial, ello aunado a un conjunto de procesos judiciales en el que se habla de lavado de activos y también denuncias hacia ex trabajadores de una de sus empresas por casos de transporte de narcóticos.
Carlos Ruiz; viene por la revancha luego de su derrota en segunda vuelta con el actual presidente regional. Los rumores sobre su estado de salud sería la explicación sobre sus pausas en la dirección de su movimiento, sin embargo mantiene activos a los candidatos y colaboradores de su campaña pasada. Su apertura política y experiencia en la última campaña estarían orientadas a generar alianzas con otros movimientos regionales.
Entre los que aún se encuentran detrás del telón y esperando las condiciones apropiadas para iniciar la carrera se encontrarían Rudecindo Vega, líder de Amemos Amazonas, político y tecnócrata experimentado y cuya estrategia estaría orientada a la generación de un bloque político en vez de una atomización de candidaturas. Los otros candidatos expectantes y aún sin nombres confirmados están relacionados a partidos nacionales, es decir el fujimorismo, el APRA, Alianza para el Progreso, Perú Posible, Solidaridad Nacional, el Partido Nacionalista y Acción Popular. Las fuentes dicen que al menos 4 de estos 7 partidos vienen consolidando un candidato, con lo que tendríamos al menos 10 candidatos para una población electoral de aproximadamente 226,000 votantes. De los partidos nacionales, a decir de algunos serios analistas, el que posee más chance de llegar a segunda vuelta es el candidato fujimorista, recordemos los altos porcentajes que siempre le viene dando nuestra región al encarcelado ex presidente peruano.
El número de candidatos se podría elevar si se confirma un rumor cada vez más grande que menciona que el actual presidente regional, José Arista, estaría siendo tentado para ir a una reelección. Los banners en puentes y otras obras de infraestructura con el texto; “promesa cumplida” o las grandes pintas con su nombre y frases alusivas a una gestión exitosa se han visto en varios puntos del departamento y no serían en vano.
Los Electores
Para poder entender la realidad sociopolítica del departamento hay que hacer un ejercicio de división, para ello debemos seccionarlo en tres partes, el sector sur con las provincias de Rodríguez de Mendoza, Chachapoyas, y parte de Luya y Bongará, el sector centro con otra parte de Luya y Bongará, y las provincias de Utcubamba y Bagua, y el sector norte con la provincia de Condorcanqui y un sector de Bagua.
El sector sur está caracterizado por tener una población en su mayoría campesina y con una identidad cultural arraigada en siglos de asentamiento desde la época colonial. Esto hace que los términos guayachos, chachapoyas y chillaos tengan un contexto no sólo territorial sino temporal. Esto contrasta con el sector centro, que son poblaciones campesinas y comerciantes pero cuyas raíces nos llevan a un proceso de colonización reciente de décadas, a lo mucho de un siglo y con diversos orígenes fuera de la región. Esto a la vez contrasta con el sector norte, eminentemente indígena, de inmemorial tiempo de asentamiento en la zona premontana y de selva baja de la región.
Es evidente que los tres sectores tienen patrones de pensamiento y conducta distinta, y eso también se notará en un proceso electoral. Por ejemplo, en el sector sur hay menos pragmatismo que en el centro, y en cambio, el norte hay que lograr entender el sistema sociocultural y de reivindicaciones en sus decisiones de bloque si se quiere obtener réditos políticos. Es por ello que siempre se dice que la estrategia de campaña para el caso de Amazonas deberá tener tres frentes.
A estas alturas del partido la gente en Amazonas está decepcionada y poco entusiasta con este proceso, las esperanzas de cambio en el manejo de compadrazgos y la sensación de corrupción en la actual gestión, que prometía mejores capacidades y cuadros nuevos, ha logrado que haya una atmósfera pesimista hacia todos los candidatos. Es de esperar que la gente empiece a reaccionar y decidir en los dos últimos meses de la campaña, es decir a partir de setiembre. Cuando se vive en un país sin cultura partidaria, con ideologías ralas o ausentes y con una historia democrática entrecortada es de esperar este panorama.
Una cosa si es cierta, Amazonas tiene una población ligada a los populismos, sean estas de izquierda o derecha, he allí la muestra del apoyo masivo a propuestas como el nacionalismo (el de la primera vuelta) y el fujimorismo en las últimas campañas nacionales. Los estrategas políticos deberán pensar en esta característica cuando preparen los discursos de sus candidatos.
Las Propuestas
Debemos decir, con mucha pena, que las propuestas son casi inexistentes en esta campaña. Los movimientos que tienen algunos cuadros técnicos no tienen los recursos suficientes para difundir su agenda programática, y los movimientos que sí tienen recursos económicos no poseen los cuadros técnicos suficientes para prepararles una propuesta. Esta suerte de paradoja hace que no haya una agenda de debate sobre los principales temas de desarrollo regional, todo el debate se limita a cuantas denuncias tienen los candidatos, cómo se les puede bajar la llanta o con quienes se están juntando. Todo esto hace que las candidaturas se limiten estrictamente al plano carismático, y en el peor de los casos a gastar todo el dinero posible, si es que no hay carisma.
Hay que decir también que de existir programas estas no tendrían lineamientos ideológicos definidos, salvo el UDA, que tiene un discurso reivindicativo social de izquierda, y el fujimorismo y el APRA que hoy en día están en la misma orilla de la derecha radical. Al resto de movimientos y partidos les une un pragmatismo de escala regional y cuyas diferencias se encontrarían en las formas de ejecución, algunas ávidas por meter la uña en el presupuesto público y otras con la voluntad de realizar una gestión limpia y ordenada.
Las Tendencias
Como todos saben, en política cualquier cosa puede pasar, y especialmente en Amazonas en estos momentos no sabemos por dónde está girando la ruleta, dependerá mucho de la próxima reestructuración de los caudillismos regionales. Hay dos cosas claves, lo primero son las alianzas para la foto final y lo segundo es cómo se enfocará la estrategia de campaña para “vender” la candidatura a un electorado decepcionado, con más libertad de decisión que hace 10 ó 20 años, eminentemente rural y al mismo tiempo muy heterogéneo.
Una última reflexión; causa mucha pena que las candidaturas femeninas sean inexistentes, ello también refleja una característica de la política regional, marcada por un nivel de machismo que ojalá vaya reduciéndose en los próximos comicios. 

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