CRÓNICA DE UN ANÁLISIS COYUNTURAL DE LA POLÍTICA AMAZONENSE
Por: Mirbel Epiquien Rivera
Bastaron tres
semanas recorriendo 4 de las 7 provincias de Amazonas para poder llegar a una
conclusión; no hay candidato seguro o favorito para ser el próximo Presidente
de la región Amazonas. La campaña política, hasta fines del mes de enero del
presente, es como una noche de verano en el cerro Shubet, es decir, más fría
que raspadilla. A pesar de algunas poco estratégicas formas de “derrochar”
dinero por parte de algunos desesperados candidatos, el panorama electoral en
la región debe ser de las menos alentadoras del país. Pasemos a analizar esta
coyuntura.
Los Candidatos
Hasta ahora los
podemos clasificar en dos grupos, los que están delante del telón y los que aún
no salen a las tablas. Las características, en general, de la oferta política
podrían resumirse de la siguiente manera:
Oscar Altamirano; ex
presidente regional que quiere repetir el plato. Tiene denuncias por corrupción
que se vienen ventilando en la fiscalía y el poder judicial. Posee cierta
popularidad por el recuerdo de su reciente gestión y dicen que por un “campechano”
acercamiento con la gente. Aunque en el norte del departamento también se lo
recuerda por su apoyo a García en el denominado “Baguazo”. Aún tiene
colaboradores leales en algunos puestos del gobierno y una guerra de adjetivos
con el actual presidente regional.
José Maslucán; viene
haciendo un trabajo silencioso y al parecer sistemático, un estilo que le hizo
ganar las elecciones congresales del año 2006. He visto su propaganda
(calendarios) en manos de vendedores callejeros y bodegas en varias provincias.
Aunque ya no forma parte del partido de gobierno, aún mantiene contactos
provinciales y distritales, muchos de estos con cargos de confianza.
Emigdio Arteaga; agricultor
y empresario de la zona de Bagua y que representa al UDA, brazo electoral de
Patria Roja en Amazonas. Las pintas de su apellido en las paredes se pueden
observar en distintos puntos de las vías desde Leimebamba hasta Bagua y en la
cuenca del Marañón. Su nombre es poco conocido en el sur del departamento.
Gilmer Horna; empresario
de diversos rubros y uno de los que más dinero está gastando en este proceso, a
tal punto que la gente especula sobre el
origen de su dinero en vez de su propuesta política. Algunos precandidatos han
desmentido su participación en su movimiento luego de hacerse pública una lista
extraoficial, ello aunado a un conjunto de procesos judiciales en el que se
habla de lavado de activos y también denuncias hacia ex trabajadores de una de
sus empresas por casos de transporte de narcóticos.
Carlos Ruiz; viene por la
revancha luego de su derrota en segunda vuelta con el actual presidente
regional. Los rumores sobre su estado de salud sería la explicación sobre sus
pausas en la dirección de su movimiento, sin embargo mantiene activos a los
candidatos y colaboradores de su campaña pasada. Su apertura política y
experiencia en la última campaña estarían orientadas a generar alianzas con
otros movimientos regionales.
Entre los que
aún se encuentran detrás del telón y esperando las condiciones apropiadas para
iniciar la carrera se encontrarían Rudecindo Vega, líder de Amemos Amazonas,
político y tecnócrata experimentado y cuya estrategia estaría orientada a la
generación de un bloque político en vez de una atomización de candidaturas. Los
otros candidatos expectantes y aún sin nombres confirmados están relacionados a
partidos nacionales, es decir el fujimorismo, el APRA, Alianza para el
Progreso, Perú Posible, Solidaridad Nacional, el Partido Nacionalista y Acción
Popular. Las fuentes dicen que al menos 4 de estos 7 partidos vienen
consolidando un candidato, con lo que tendríamos al menos 10 candidatos para
una población electoral de aproximadamente 226,000 votantes. De los partidos
nacionales, a decir de algunos serios analistas, el que posee más chance de
llegar a segunda vuelta es el candidato fujimorista, recordemos los altos
porcentajes que siempre le viene dando nuestra región al encarcelado ex presidente
peruano.
El número de
candidatos se podría elevar si se confirma un rumor cada vez más grande que
menciona que el actual presidente regional, José Arista, estaría siendo tentado
para ir a una reelección. Los banners en puentes y otras obras de infraestructura
con el texto; “promesa cumplida” o las grandes pintas con su nombre y frases
alusivas a una gestión exitosa se han visto en varios puntos del departamento y
no serían en vano.
Los Electores
Para poder
entender la realidad sociopolítica del departamento hay que hacer un ejercicio
de división, para ello debemos seccionarlo en tres partes, el sector sur con
las provincias de Rodríguez de Mendoza, Chachapoyas, y parte de Luya y Bongará,
el sector centro con otra parte de Luya y Bongará, y las provincias de
Utcubamba y Bagua, y el sector norte con la provincia de Condorcanqui y un
sector de Bagua.
El sector sur
está caracterizado por tener una población en su mayoría campesina y con una
identidad cultural arraigada en siglos de asentamiento desde la época colonial.
Esto hace que los términos guayachos, chachapoyas y chillaos tengan un contexto
no sólo territorial sino temporal. Esto contrasta con el sector centro, que son
poblaciones campesinas y comerciantes pero cuyas raíces nos llevan a un proceso
de colonización reciente de décadas, a lo mucho de un siglo y con diversos
orígenes fuera de la región. Esto a la vez contrasta con el sector norte,
eminentemente indígena, de inmemorial tiempo de asentamiento en la zona
premontana y de selva baja de la región.
Es evidente que
los tres sectores tienen patrones de pensamiento y conducta distinta, y eso
también se notará en un proceso electoral. Por ejemplo, en el sector sur hay
menos pragmatismo que en el centro, y en cambio, el norte hay que lograr entender
el sistema sociocultural y de reivindicaciones en sus decisiones de bloque si
se quiere obtener réditos políticos. Es por ello que siempre se dice que la
estrategia de campaña para el caso de Amazonas deberá tener tres frentes.
A estas alturas
del partido la gente en Amazonas está decepcionada y poco entusiasta con este
proceso, las esperanzas de cambio en el manejo de compadrazgos y la sensación
de corrupción en la actual gestión, que prometía mejores capacidades y cuadros
nuevos, ha logrado que haya una atmósfera pesimista hacia todos los candidatos.
Es de esperar que la gente empiece a reaccionar y decidir en los dos últimos
meses de la campaña, es decir a partir de setiembre. Cuando se vive en un país
sin cultura partidaria, con ideologías ralas o ausentes y con una historia
democrática entrecortada es de esperar este panorama.
Una cosa si es
cierta, Amazonas tiene una población ligada a los populismos, sean estas de
izquierda o derecha, he allí la muestra del apoyo masivo a propuestas como el
nacionalismo (el de la primera vuelta) y el fujimorismo en las últimas campañas
nacionales. Los estrategas políticos deberán pensar en esta característica
cuando preparen los discursos de sus candidatos.
Las Propuestas
Debemos decir,
con mucha pena, que las propuestas son casi inexistentes en esta campaña. Los
movimientos que tienen algunos cuadros técnicos no tienen los recursos
suficientes para difundir su agenda programática, y los movimientos que sí
tienen recursos económicos no poseen los cuadros técnicos suficientes para
prepararles una propuesta. Esta suerte de paradoja hace que no haya una agenda
de debate sobre los principales temas de desarrollo regional, todo el debate se
limita a cuantas denuncias tienen los candidatos, cómo se les puede bajar la llanta
o con quienes se están juntando. Todo esto hace que las candidaturas se limiten
estrictamente al plano carismático, y en el peor de los casos a gastar todo el
dinero posible, si es que no hay carisma.
Hay que decir
también que de existir programas estas no tendrían lineamientos ideológicos
definidos, salvo el UDA, que tiene un discurso reivindicativo social de
izquierda, y el fujimorismo y el APRA que hoy en día están en la misma orilla
de la derecha radical. Al resto de movimientos y partidos les une un
pragmatismo de escala regional y cuyas diferencias se encontrarían en las
formas de ejecución, algunas ávidas por meter la uña en el presupuesto público
y otras con la voluntad de realizar una gestión limpia y ordenada.
Las Tendencias
Como todos saben,
en política cualquier cosa puede pasar, y especialmente en Amazonas en estos
momentos no sabemos por dónde está girando la ruleta, dependerá mucho de la
próxima reestructuración de los caudillismos regionales. Hay dos cosas claves,
lo primero son las alianzas para la foto final y lo segundo es cómo se enfocará
la estrategia de campaña para “vender” la candidatura a un electorado
decepcionado, con más libertad de decisión que hace 10 ó 20 años, eminentemente
rural y al mismo tiempo muy heterogéneo.
Una última
reflexión; causa mucha pena que las candidaturas femeninas sean inexistentes,
ello también refleja una característica de la política regional, marcada por un
nivel de machismo que ojalá vaya reduciéndose en los próximos comicios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario