Nuestro país es pluricultural, biodiverso y también con varios tipos de pobrezas entre los "ignorados" y excluidos, por eso es importante entender el desarrollo local dentro de los planes nacionales de desarrollo económico-social, ya que a partir de esta última se podrá dimensionar y superar los diversos tipos de pobrezas del país. Para hacer frente a estas pobrezas las estrategias de intervención por parte del Estado y la sociedad civil, deben apuntalar a medidas "centro-objetivo" como la generación y potenciación de capacidades y habilidades en las familias pobres para su inserción al aspecto productivo, acceso horizontal a servicios como salud, educación, vivienda, justicia y otros; y respeto a los derechos como igualdad de oportunidades, género, identidad, participación democrática, etc.
Si articulamos estas estrategias de intervención entre todos los sectores, el desarrollo local[1] se constituirá en instrumento fundamental con características orientadoras y conductoras para las soluciones propuestas en torno a la superación de las pobrezas en el Perú. En definitiva, la ARTICULACIÓN constituye un compromiso entre los diferentes sectores públicos y privados con las comunidades, para llevar acabo el ansiado desarrollo local. Desde esta perspectiva, el desarrollo local no solamente implica resolver carencias o resolver los diferentes problemas; sino también, reforzar las potencialidades de una localidad, estimulando las cualidades y capacidades de los pobladores de una comunidad en pobreza y extrema pobreza.
En el Perú no se puede hablar solamente de una pobreza, sino de varios tipos y dimensiones de pobrezas, que están relacionadas de acuerdo al tipo de espacio sociocultural y geográfico donde se desarrollan. La pobreza que existe en un asentamiento humano de Lima es muy diferente a la pobreza de una comunidad campesina del ande o comunidad nativa de selva. Todas ellas tienen una particularidad de evolución muy diferentes entre si. Una lógica o racionalidad propia y diferentes entre si.
Esto implica que se debería entender, conceptuar y analizar las pobrezas de nuestro país desde diversos enfoques, de acuerdo a nuestras realidades, y no desde una visión univoca, centralista, occidentalista o "urbanizada". Si tomáramos esta actitud de conocer nuestras pobrezas, los programas sociales serían más efectivos y dinámicos a la hora de intervenir para la superación de las mismas en el Perú.
Es clave que el desarrollo comunal involucre la participación de sus actores para que puedan entender sus propias pobrezas y logren identificarse con ellas para definir las soluciones en torno a sus diversas realidades; para ello es necesario atender, apoyar y estimular el desarrollo de estos actores en sus diferentes niveles. Por ejemplo, a nivel productivo el desarrollo no solamente es aumentar los ingresos o aumentar la producción para disminuir el empleo; sino también, constituir y reforzar “sujetos colectivos” que diagnostiquen las fortalezas y debilidades comparativas del territorio, seleccionen y preparen los recursos disponibles de los espacios potenciales que permitan el desarrollo local.
Para desarrollar los espacios, mecanismos y actores que permitan el desarrollo local se deben de priorizar aspectos como el desarrollo y aprovechamiento de las oportunidades y potencialidades locales a nivel económico, social, cultural y ecológico; también innovar en la mejora de las capacidades para alentar la competitividad de los actores locales; y por último, apoyar con financiamiento para la inversión en emprendimientos locales. Estos aspectos, previamente tienen que estar interiorizados a través de un aprendizaje colectivo de los actores productivos de la localidad. La intención es buscar cooperaciones entre estos actores productivos territoriales para construir redes entre los diversos espacios productivos y así desarrollar un mercado en base a las potencialidades y oportunidades de las localidades.
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