LA POLÍTICA DE LA CARROÑA Y EL CANIBALISMO EN EL PERÚ
Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro
En estos últimos
meses, en el país se viene observando un conjunto de actitudes y acciones que han convertido el escenario político (¿es política lo que se practica en el
Perú?), en una lucha
encarnizada, donde los principales “actores políticos” (¿existen verdaderos políticos en el país?) están
disputándose cual hienas o buitres, la “carne putrefacta” de un gobierno estructuralmente débil desde sus
inicios; o como caníbales propios de los neandertales (homos
de la evolución humana), van cercenando
la estructura e institucionalidad de un Estado frágil y “enfermizo”, para así
poder solventar y potenciar sus beneficios particulares. Como las hienas y
caníbales, para satisfacer sus deseos individuales de alimentación.
El Perú, políticamente
hablando, se ha convertido en algo así como una horda de diversos actores (congresistas, expresidentes y
exministros, opinólogos, periodistas, “expertos oyentes” de Radio Capital o
Exitosa, “pulpines”, etc) que han transformado la generacionalmente política
alicaída, en un escenario de caos; sin
sentido, sin coherencia, sin brújula, sin propuestas; a ello se suma la
débil comunicación, ausencia de liderazgo y la paupérrima acción institucional
y de cuadros políticos, de un gobierno
que terminó engullido por la derecha, y constantemente “alimenta” con su
decrepitud política, al actual contexto de carroña y canibalismo que caracteriza a este “circo” que percibimos
día a día.
Nomás veamos lo sucedido con
la derogación de la Ley Laboral Juvenil,
donde los intereses particulares de
Congresistas, azuzados por sus grupos políticos, que ahora se muestran como “moralistas” y defensores de los derechos,
primaron sobre una ley muy mal comunicada, y quizás necesitada de ciertas
modificaciones. Los carroñeros y caníbales de la política, que antes divagaban entre denuncias de corrupción y
violación de derechos humanos; y que entre sus hombros cargan la muerte de
peruanos (Memorex: Se me viene en mente el Baguazo y La Cantuta); ahora son los paladines de la transparencia, la anticorrupción y la moralidad,
los modelos a seguir por esta “juventud protestataria” ¡Que rápido perdemos la
memoria en el Perú!
Ahora nuestros “íconos” políticos y defensores son los
Becerriles, los “comeoro”, los tránsfugas o el congresista de las
fotocopiadoras (por no nombrar a la mayoría de parlamentarios). Estos
representantes de un Congreso, con los
más altos índices de desaprobación, son los que repentinamente se
convirtieron de desbocados, gritones y
corruptos, a líderes de la democracia en el Perú; los que tienen entre sus
manos el destino de las leyes, la
censura de Ministros y hasta pregonan irresponsablemente la vacancia
presidencial, sin importarles la gobernabilidad, necesaria para esta débil
democracia; en suma, juegan con el
futuro del país. ¡Patria de Grau, los Incas y los Chillaos! ¿Qué te hemos hecho para
merecernos esto?
La derecha con todos sus
caníbales y carroñeros, aquellos que han capturado a este Gobierno, hacen lo que se les viene en gana en
nombre de la política y la democracia. ¿Y la izquierda peruana...existe? Lamentablemente,
desde hace décadas la izquierda en el Perú, se ha convertido en “fantasmitas
sin cabezas”, que deambulan buscando “líderes de barro”; desestructurado, dividido, sin un programa, sin una visión, sin
esperanzas; sumida en los recuerdos de lo que fue la Izquierda Unida. Pobre
izquierda peruana, con pseudopolíticos individualistas (¿y la tesis del colectivismo?), que naufragan en sus ideales, marcados por pretensiones particularistas.
¡Aristóteles,
fundador de la POLITICA, estoy seguro que te suicidarías al ver a los
“políticos” peruanos!
Este es el preámbulo de lo que se nos viene a portas
de las elecciones del 2016. Un
escenario político carroñero y canibalista, donde sus conspicuos representantes
(“hienas, buitres y caníbales”) se van acomodando
en ciertas poses de comodines caricaturistas, aprovechando la “carroza fúnebre” que resulta ser este
gobierno. Cual “figuretis con
poder”, se presentan en los medios, como salvadores y moralizadores
pidiendo derogatorias, censuras, interpelaciones o vacancias; pero bajo el
brazo acarrean sus intereses
particulares, y en sus sonrisas y la verborrea como discurso, el veneno paralizante para el pueblo. ¡Hay
que votar nuevamente por este congresista!, escuchaba decir a un joven
de 23 años que buscaba trabajo en los anuncios de un puesto de periódicos, y se enteraba de la derogada
“Ley pulpín”, con la foto de Kenji Fujimori en la portada de un “diario chicha”.
¿En
qué momento te jodiste Perú?, pensaba en voz alta.
La “Ley pulpín” cayó y todo
sigue igual o quizás el
panorama se presente peor: un gobierno débil y con un rumbo sombrío;
congresistas y candidatos “pescando ganancias en este rio revuelto” a favor de
sus intereses particulares y partidarios; ¡y
el pueblo…! pobre el pueblo, como siempre esterilizado con los diarios
chicha y la farándula descerebrada
de Esto es Guerra, Combate, Magaly y Peluchín.
Definitivamente, cada día
estoy más convencido que en este mi
país, NO se practica la POLÍTICA, menos existen políticos por quien
“sacarse el sombrero”. Los intereses particulares priman sobre los colectivos. ¡Perú,
espero que algún día en tu suelo, se practique la POLÍTICA en mayúsculas!
Es de suma necesidad, para cambiar
la parsimonia de esta política de la
carroña y el canibalismo que estamos viviendo y nos carcome cada día.
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