“HABÍA UNA VEZ UN ACUERDO ENERGÉTICO ENTRE
PERÚ Y BRASIL”
Por: Karin Burga Muñoz
Los recursos energéticos que posee nuestro país, están tomando importancia en los últimos años dentro de las políticas energéticas de los gobiernos nacionales y la región sudamericana. Es así, que en 1997 se firmó un primer acuerdo de cooperación energética entre nuestro país con el gigante sudamericano, Brasil, el cual lamentablemente no prosperó. El 17 de mayo de 2008 los ministros de ambos países suscribieron un convenio de integración energética y el 28 de Abril de 2009 Alan García y Luis Ignacio Lula, entonces Presidentes de Perú y Brasil, respectivamente; anunciaron formalmente la puesta en marcha de GRANDES REPRESAS para capturar energía de los ríos de nuestra selva alta. El convenio plantea los siguientes acuerdos:
ü
Exportar un 80% de la energía al Brasil la
primera década.
ü
60% la segunda década.
ü
40% la tercera década y acto seguido transferir
las centrales al Perú.
Se planteó
conceder permiso al Brasil a fin de que construya, financie, investigue y opere
en, por lo menos, 6 hidroeléctricas y
claro está, a cambio de una retribución por la energía producida en el Perú. Respecto a este nuevo suceso, no nos
vendría nada mal aprender los errores de proyectos similares que existen en la región.
El Primer Caso es en la Represa Ataipù –
Paraguay. En un momento se concibió
bajo términos similares, planteados hoy con Perú. Transcurridos más de 30 años,
Paraguay afirma que el precio que cobran por abastecer al Brasil, en forma
exclusiva, no es suficiente ni siquiera para el pago invertido en el desarrollo
del Proyecto. Siendo este un tema, aparte de los deterioros ambientales ocasionados.
Algo que no
debemos olvidar, es que en el acuerdo le concedimos a Brasil la posibilidad de elegir
entre nuestras represas, para que ellos se sientan más cómodos y como es de
suponerse, escogieron las 6 represas más potenciales, entre ellas, “INAMBARI” la mayor represa del Perú y la
quinta de América Latina, que no olvidemos fue paralizada por las
constantes movilizaciones y protestas por parte de los pobladores, debido a los
costos socioambientales que este
proyecto generaría.
Respecto a lo
mencionado, como era de imaginarse solo lo anunciaron formalmente, es decir, lo
del acuerdo, porque como vimos, las acciones para concretizar el Proyecto fueron iniciadas en el 2008 por Resolución
Ministerial, ósea con varios años de anticipación. La negociación del
acuerdo hace referencia a 20 proyectos
de Centrales Hidroeléctricas para vender energía al Brasil, todos en una
misma ruta energética que se enmarca dentro del recorrido del Rio Marañón. Como
no podría ser distinto de otros países, este Proyecto tendría serios impactos
ambientales sin un adecuado manejo al
respecto, afectando a su vez, los territorios, producto de inundaciones, deforestaciones,
entre otros, como es el segundo caso que expongo a continuación.
El proyecto energético Hidroaysen- Chile, ha
generado el rechazo de una amplia mayoría de la ciudadanía, sectores políticos,
religiosos, organizaciones, etc. quienes manifiestan que este proyecto reduciría
y hasta eliminaría los incentivos de energías limpias y duraderas. De esta
lucha llegó a crearse un movimiento llamado “Patagonia sin Represas”, siendo su principal preocupación la
afectación directa a 6 Parques Nacionales, 6 Reservas Nacionales, 26 sitios
prioritarios de conservación, 12 humedales y 32 Áreas Protegidas. Además de las
comunidades que se verían intervenidas.
“El Proyecto Marañón será un legado de mi Gobierno” dijo el
Sr. Alan García, sin pensar, como de acostumbre, que sus decisiones podrían perjudicar el desarrollo socioeconómico, la sostenibilidad
ambiental, contaminar y hasta volver a propiciar conflictos sociales como
los que tuvimos años atrás y todavía permanecen latentes. Entonces, salieron a
anunciarnos la noticia y dicho sea de paso vanagloriarse por su “logro” pero a
estas alturas lo que NO me queda claro es si este acuerdo generará un beneficio
real al país, menos claro es que si habrán reparaciones económicas, es decir, ¿para
qué endeudarnos más?
Se menciona
que se irrigaría 3 millones de hectáreas en 3 regiones del país. Se habla de
10,000 MW de electricidad por un costo de 4,775 millones de dólares. Vaya que
es un proyecto ambicioso, equivalente a 5
proyectos de Hidroeléctricas de Mantaros, aproximadamente. Actualmente producimos 4,500 megavatios, cuya
venta es por 2,200 millones de dólares por año.
Sinceramente creo
que este acuerdo debió dejar claros, los criterios y objetivos sociales,
económicos y ambientales. Dada la importancia del impacto en el País era necesario que se discuta nacionalmente
(NO SE HIZO) y determinar cuáles serán los beneficios directos, que
sucederá con las hidroeléctricas ya sedimentadas y hasta obsoletas. Son ya muy
conocidos y estudiados los impactos negativos
a niveles sociales y ambientales de las represas, en particular en la amazonia. Así tenemos:
ü
Determinan los regímenes hídricos afectando el
equilibrio ecosistémico.
ü
Producen extinción de especies locales y
nativas.ü Consecuencias ecológicas devastables.
ü Disminución en la calidad del agua para el consumo.
ü Migración de nuestros peces y otros animales en la amazonia.
ü Repercusiones sociales y ecológicas rio abajo.
¿Perú
gran exportador de energía renovable de América Latina? Como inicialmente mencioné, el Perú se
ha vuelto en la panacea en cuanto a potencial exportador de energía renovable
en América Latina, debido a nuestras condiciones
geomorfológicas de ande, selva y desierto. Pero no podemos permitirnos la desigualdad en la distribución de los
costos y beneficios que al pasar de los años afectaría enormemente a
nuestras regiones, y que al final de todo, los dueños del acuerdo, como
siempre, limpios de polvo y paja.
Sabemos que la
Cuenca del Marañón es la segunda más
grande en el territorio nacional, comprometiendo a 10 regiones que albergan
el 13% de la población. Parte de esta población convive con la pobreza, por lo que es de suma importancia desarrollar
alternativas de desarrollo en estas regiones, y parte fundamental de esta es el
manejo adecuado de las cuencas, lo
cual dudo mucho se logre con este Proyecto si no ponemos las cosas claras y no contamos con un adecuado acuerdo, pues
afectaría el funcionamiento normal y equilibrado de las cuencas. Lo único que me queda claro a estas alturas es que Brasil y
Uruguay, hoy sufren los enfrentamientos
de un mal acuerdo, el cual, no olvidemos, NO esta muy distante del nuestro. Es muy cierto que debemos
aprender de nuestros errores pero también consideremos aprender de los errores
de los demás, que no en vano se equivocaron tantas veces.
Brasil es un
país en franco crecimiento, que posee
una agenda bien marcada, ser una de las potencias del mundo. No permitamos que nosotros seamos parte de
su agenda y construyamos conjuntamente con el Brasil, una agenda de
desarrollo para nuestra amazonía donde los beneficiados primarios sean las
personas más pobres y vulnerables de ambos países, y sobre todo, respetando el
medio ambiente y sus ecosistemas. Ahí ya
hay un reto para un desarrollo equilibrado del Perú y Brasil.
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