miércoles, 5 de junio de 2013

AMAZONAS SE DESANGRA: ¿QUIÉNES SON LOS CULPABLES?

Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro
 

Publicado hace 4 años, el 08 de junio 2009 por los hechos del "Baguazo"; y la realidad actual simplemente no ha cambiado.
 
La peor manera de hacernos “visibles” o darnos a conocer que existimos como amazonenses, es quizás la violencia que hemos vivido todos nosotros, este “viernes negro” que paso. ¡Amazonas en guerra!, se “escuchaba” en todos los medios de comunicación nacionales y extranjeros, una región donde viven los “nativos”, los indígenas, los “salvajes” (mencionan los periódicos), los ciudadanos de última clase, las “gentes” si es que se les puede llamar gentes, etc.
 
El resultado de este “viernes negro” en Amazonas lo conocemos, decenas de muertos peruanos (los indígenas amazonenses también son peruanos) y familiares que sufren la ausencia de los mismos. Pero ¿quiénes son los culpables de estos hechos de violencia?, se preguntan todos y nadie da una respuesta clara.
 
Los Awajun y Wampis, son poblaciones que habitan nuestro territorio, ellos ya vivían en nuestro territorio antes que los incas comiencen a expandirse y consoliden el Tahuantinsuyo, ellos ya habitaban sus territorios antes que los españoles nos invadan bruscamente; ellos cazaban, pescaban, trabajaban la tierra y se reproducían antes que se funde la república peruana; en suma, ellos consolidaban sus vivencias, costumbres y su civilización, antes que nosotros los “occidentales”, ya asentados en sus territorios, supiéramos de su existencia.
 
El Perú, a lo largo de su historia, se desarrolla a espaldas de los verdaderos dueños de estos territorios: los indígenas costeños, andinos y amazónicos. La exclusión hacia estos verdaderos dueños, es históricamente la política del Estado peruano, Lima centralista está más cerca a Europa o EEUU que a nuestras poblaciones indígenas. En los últimos 100 años los ciudadanos amazónicos, ¡los peruanos de nuestra Amazonía!, han sufrido la intromisión abrupta del Estado para explotar sus recursos naturales. El caucho, la zarzaparrilla, la madera, el petróleo, el gas, etc han sido explotados (y siguen explotándose) sin tener respeto los territorios y fronteras místicas de los indígenas amazónicos. Inclusive se llegaba a matar a estos peruanos, si es que se resistían a trabajar como mano de obra barata en la época del caucho.
 
¿Cuál es la situación actual de nuestras poblaciones amazónicas?, simplemente siguen en la desidia, exclusión y pobreza extrema por parte de nuestro Estado. Refresquemos algunos datos con relación a los distritos de Condorcanqui y Bagua, de donde provienen los indígenas peruanos que han reclamado sus derechos en estos últimos meses:
 
* El Distrito de El Cenepa en la Provincia de Condorcanqui, se encuentra en pobreza extrema (Quintil 1), según el Mapa de la Pobreza 2006 (FONCODES). El 56% no cuenta con agua potable, el 97% no tiene luz eléctrica, el 63% sufre de desnutrición.
 
* En el Distrito de Río Santiago (Provincia de Condorcanqui) el 100% de pobladores no cuenta con agua potable, el 69% están sin desagüe, el 98% no cuenta con electricidad y el 63% sufre de desnutrición. Su situación es extrema pobreza.
 
* En el Distrito de Nieva (Condorcanqui) el 76% no cuenta con agua potable, el 90% sin electricidad y la desnutrición llega al 59%. Sus pobladores conviven con la pobreza extrema.
 
* En el Distrito de Imaza, Provincia de Bagua, el 79% no cuenta con agua potable, el 91% no cuenta con luz eléctrica y el 64% convive con la desnutrición; por lo tanto, sus pobladores viven en pobreza extrema.
 
Como se observa estas poblaciones viven en extrema pobreza, en exclusión por parte del Estado. Los gobiernos centrales y ahora los gobiernos subnacionales (el gobierno regional y municipales), no han tenido políticas de desarrollo adecuadas y eficientes para el desarrollo de la Amazonía. Han intervenido para explotar los recursos primarios sin tener políticas complementarias para menguar la desnutrición, la carencia de servicios básicos, la exclusión, un dialogo intercultural para poder comprenderlos; en suma, sin políticas inclusivas para abordar la problemática estructural y tratar de mejorar la calidad de vida en esta región.
 
¿Cómo se puede hablar entonces de democracia cuando estas poblaciones conviven con la pobreza extrema?, ¿Cómo intervenir en sus territorios para explotar sus recursos cuando ellos no están enterados a pesar de que el Convenio 169 aboga por la participación indígena en las decisiones que les atañan?, más aún cuando los Awajun y Wampis poseen una relación inmemorial de respeto y veneración a su territorio, algo así como hijo a madre si es que queremos verlos desde la interculturalidad. Los indígenas nacen de los ríos, de los bosques, de la tierra y eso el Estado no llega a comprenderlo en su totalidad.
 
Estamos buscando un “Estado ideal”, pues empecemos por construir a partir de este “Estado real”, donde el gobierno central, gobierno regional y gobierno municipal comprendan que la pobreza y la exclusión no se termina con la aplicación de la “violencia institucionalizada”, sino a través de la voluntad política para aplicar proyectos de desarrollo para mejorar la calidad de vida de nuestras poblaciones indígenas, mestizas y citadinas de nuestra Amazonía. Ahora que el Gobierno Central y el Gobierno Regional de Amazonas cuentan con recursos presupuestarios suficientes, ¿porqué no conducen e implementan políticas de desarrollo para incluir y atender las demandas de estas comunidades, y no caer en el craso error de “devolver” el dinero al erario nacional, porque no se sabe que hacer con el dinero?
 
Lo ocurrido este viernes es una consecuencia de un largo proceso histórico de exclusión y no presencia del Estado en las comunidades de extrema pobreza. Amazonas y sus poblaciones, históricamente han sido y siguen siendo una de las regiones mas olvidadas y pobres de nuestro país. Las instituciones son muy débiles en nuestra región, los servicios de salud y educativos sufren de las carencias básicas que hacen insostenible el buen funcionamiento de las mismas, entonces como convivir en un áurea de “democracia palaciega” cuando no contamos con las herramientas necesarias para el desarrollo regional.
 
Los hechos de violencia han empañado a la Región Amazonas, la manera más infeliz de hacernos conocer. Entre peruanos nos estamos matando, policías mal pagados han derramado su sangre en defensa de un Estado desestructurado, excluyente y desordenado; y ciudadanos amazonenses (indígenas y no indígenas), han muerto por defender sus territorios y dar a conocer al Estado que ellos también son parte de este Perú.
 
La paradoja en el Perú es que nos mencionan que estamos creciendo a nivel económico, pero observamos que cada día estamos más divididos entre peruanos. La solución de este problema en nuestra región, y en general en toda la Amazonía, pasa por una solución política y no por el uso de la fuerza desmedida para matarnos entre peruanos. En nuestras manos (como Estado) esta la solución a los problemas de nuestra región y la Amazonía, es necesario construir un Estado autosuficiente e incluyente que impulse, no solamente el desarrollo de los más ricos, sino también el desarrollo de los más pobres y excluidos.
 
Amazonas se esta desangrado, sus “heridas históricas” de pobreza, exclusión, desnutrición, falta de servicios básicos, incomprensión cultural, mala gestión educativa y salud, ausencia de planes de desarrollo, etc; han sido abiertas. Sobre el río Utcubamba, no se esta esparciendo las ideas para el desarrollo y la mejora de calidad de vida, sino sobre sus aguas corre la sangre de los peruanos (policías, indígenas y no indígenas) y las balas que las causaron sus muertes. Después de esta reflexión, ustedes, lectores y amigos, sabrán inferir quienes son los culpables del río de sangre que corre en nuestra región.