miércoles, 2 de febrero de 2011

LA "INVERSIÓN SOCIAL": UN DESAFÍO PARA EL DESARROLLO PERUANO EN EL 2011 HACIA EL BICENTENARIO[1]
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Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro

En los últimos años, el aspecto económico de nuestro país se ha caracterizado por la existencia de un mayor volumen de exportaciones y niveles de inflación controlados. Este acontecimiento, ha permitido una mejora (aun insuficiente) en la calidad de la "inversión social", la cual está marchando en beneficio de las personas más pobres de nuestro país.

La definición de la "inversión social" según la CEPAL[2], alude a tres conceptos fundamentales asociados en primer lugar a la educación y cultura, en segundo lugar a la protección y empleo; y en tercer lugar, a la vivienda y desarrollo humano. La "inversión social" en nuestro país está en 9% con relación al PBI. Es clave que los componentes de esta inversión en el Perú se centren con mayor fuerza en los aspectos de educación, salud y nutrición para este 2011.

Desarrollo de la "Inversión Social" y Aspectos Claves a Prizorizar

En nuestro país, la innovación de las políticas sociales y su reforzamiento efectivo, son tareas fundamentales y urgentes, debido a que muchos de nuestros pueblos subsisten en condición de pobreza, viviendo al margen de las ventajas de la globalización; sufriendo también, las consecuencias demoledoras que acarrea este proceso (desigualdades sociales, inequidades económicas, pésima distribución de recursos, destrucción del medioambiente, etc).

Una familia promedio de altos ingresos en el Perú, tiene 14 o 16 veces la capacidad de gasto de una familia en extrema pobreza; por lo tanto, el gasto público, no llega necesariamente a los grupos más vulnerables, teniendo alarmantes niveles de subcobertura y filtración; es decir, problemas de focalización.

Durante los últimos años han existido avances en materia de salud, educación y cobertura de los programas sociales; pero es de suma necesidad, implementar nuevos rumbos de estrategia para la modernización del sistema de producción y de las instituciones. El Estado tiene que hacer posible que los individuos que conforman un hogar de muy bajos ingresos, cuenten con los medios que les permitan generarse una fuente de ingreso permanente. El Estado debe dar prioridad a la provisión de aquellos medios que mejoren la calidad del capital humano: educación, salud, nutrición y debemos ir priorizando el tema del medioambiente como agenda política para el bicentenario.

Es responsabilidad de un Estado moderno y eficaz, asumir tareas sobre los niños y niñas con algún nivel de desnutrición, sobre las madres jefas de hogar, las madres adolescentes, los jóvenes desempleados, las poblaciones campesinas y nativas excluidas, las personas adultas mayores, la población discapacitada y otras poblaciones vulnerables. La idea, es que una buena política social, debe estar asociada con el crecimiento sostenido y la búsqueda constante del incremento de la productividad con "rostro humano".

El Estado debería por lo tanto, fortalecer el desarrollo de sus fuerzas productivas y promover una generación de ciudadanos capaces de canalizar sus energías hacia actividades productivas en el campo de la ciencia, tecnología, artes y humanidades. Es decir, herramientas que permitan el crecimiento económico y desarrollo humano de las personas y sus pueblos.
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