martes, 18 de mayo de 2010

EL TURISMO EN AMAZONAS: A PROPOSITO DE CATARATAS, SARCÓFAGOS Y OTROS DESCUBRIMIENTOS
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Por: Elmer Antonio Torrejón Pizarro
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No es novedad que en nuestro territorio amazonense se descubra impresionantes maravillas ecológicas y culturales, ya que en cada paso que damos por nuestros “bosques de neblinas”, nos tocamos con impresionantes cataratas e imponentes sarcófagos antropomorfos, cual erguidos guardianes protegen místicamente al mundo que los rodea. Allí están nuestros Purunmachos y Gentiles, cual mudos testigos están depositados en imponentes acantilados esperando ser valorados y apreciados como en la antigüedad. Allí están nuestros “bosques de neblinas” guardando misteriosamente rastros de un pasado esplendoroso, donde nuestros guerreros de las montañas convivían estrechamente con su medio ambiente; rindiendo adoración a sus cataratas, cerros, lagunas y ríos.

Pero también allí está, nuestros campesinos, nuestros Awajun y Wampis, que redescubren a cada momento su mundo ecológico y cultural. Son éstos los que saben de la existencia de las maravillas que esconden sus bosques, y que tejen en torno a ellos mitos y leyendas (como en nuestro pasado) con la intención de protegerlos y conservarlos. Pues hay que respetar al Purunmacho que cuidan a sus antepasados y a las inmensas serpientes que habitan sus cataratas, hay que respetar a los bosques. Al hogar de nuestras poblaciones campesinas y nativas.

Son nuestros campesinos y nativos, los primeros descubridores de las maravillas ecológicas y culturales. Son ellos los que nos indican que “ahishito nomás esta” tal catarata, tal sarcófago, tal ciudadela, tal laguna, etc.; y nos prevén diciéndonos “cuidado que te agarre el Purunmacho o te encante la Solpeculebra”.

A todo esto que nos enseñan nuestros hombres y mujeres de nuestro pueblos, ¿que valor los hemos conferido históricamente?, ¿como conocen tantas cosas ellos y nosotros vivimos sumergidos en una parsimonia de conocimientos que ni siquiera sabemos lo que tenemos, ni de la riqueza que guardan nuestros pueblos y bosques?, ¿porque otros tienen que venir a “descubrir” o “descubrirnos” (si es que es dable el término) cuando ya nuestros campesinos y nativos, por miles de años han tejido mitos y leyendas sobre sus cataratas, sarcófagos, ciudades y lagunas?

Todo esto es un indicador de que vivimos aislados de nuestro entorno cultural y ecológico. Vivimos encapsulados en una nube de conocimientos que valora lo ajeno y occidental, y menosprecia nuestra cultura autóctona y su racionalidad de equilibrio con su ecología. ¿Porque como amazonenses vemos nuestro territorio como un patio trasero, imitando los modelos centralistas y excluyentes de nuestra nación?, ¿porque nuestras autoridades y candidatos siguen obviando el desarrollo de nuestra región desde dentro, sin tomar en cuenta nuestras riquezas culturales y ecológicas? Los candidatos al gobierno regional y gobiernos locales ¿tendrán un programa macro regional para valorizar y repotenciar la identidad y cultura de nuestros pueblos?, ¿habrán construido entre sus planes, una política regional para la conservación de los recursos ecológicos de nuestros bosques?

En suma cuenta ¿habrán considerado una política de desarrollo turístico teniendo en cuenta la variedad de racionalidades de nuestros pueblos diversos y los diferentes pisos ecológicos que los rodean? Este es el punto de partida (desde mi modesta opinión como amazonense) para que se desarrolle turísticamente nuestra región: con una visión de viabilidad económica, aceptabilidad social y sostenibilidad ecológica y cultural.

Hay que ser claros, a nivel de servicios turísticos y política regional turística. No estamos preparados para afrontar esta alternativa de desarrollo, a ello se suma la falta de conocimientos y valor agregado que tenemos sobre nuestra cultura y ecología. Es decir, creo que el desarrollo turístico en Amazonas involucra un conjunto de componentes internos (política regional, educación, fortalecimiento de la identidad, conservación de recursos, respeto a conocimientos autóctonos, etc.) que deben tenerse en cuenta por los candidatos, si es que han visionado estructural y funcionalmente el desarrollo de nuestra región.

Creo que una política regional a nivel turístico debe emprenderse desde el concepto de desarrollo humano, donde la economía sea el medio y no el fin para mejorar la calidad de vida en nuestros pueblos. Una política que se sustente en la interculturalidad como espacio de diálogo y respeto de las filosofías y pensamientos de nuestros campesinos y nativos. No queremos creo otro “Baguazo”, donde se derraman la sangre de amazonenses, de hombres y mujeres peruanos.

Esperamos que los candidatos funden racionalmente sus propuestas en base a unos conocimientos plenos de su realidad, y no apegados a discursos “utopistas” de políticas baratas y frívolas. Esperamos que visionen una región agro exportadora y un potencial foco turístico de Sudamérica para el año 2015. Poseemos como región la principal renta estratégica de desarrollo: la diversidad de elementos ecológicos y la heterogeneidad cultural de nuestros pueblos.

A partir de esta reflexión, propongo algunos apuntes a tomarse en cuenta para el desarrollo turístico de Amazonas:

* Participación interdisciplinaria (antropología, arqueología, ecología, biología, economía, etc.) en la investigación y el desarrollo turístico.

* Impulsar y fortalecer a través de la educación, la identificación de los pobladores con sus recursos culturales y ecológicos.

* Establecer servicios básicos con el apoyo de las instituciones estatales y privadas, no solo en Chachapoyas, sino también en los principales focos turísticos de la región (Luya, Lamud, Leymebamba, Rodríguez de Mendoza, Jumbilla, etc.).

* Aliento a la competencia y competitividad. Poseemos un fuerte potencial turístico para hacer frente a otros destinos turísticos del Perú.

* Una equilibrada asignación de recursos, haciendo que lleguen a los pueblos mas excluidos de la región.

* Apoyo político interno y un marco institucional favorable. Es decir, una política regional capaz de transformar su realidad, a través de planes de desarrollo coherentes y con visión de futuro; e instituciones que produzcan conocimientos impulsando el desarrollo turístico regional.

* Constante capacitación a la población, dando importancia al factor humano.

* Promoción adecuada a nivel nacional e internacional de los recursos turísticos.

* Revalorización de los factores culturales e históricos en nuestros pueblos.

Creo que desde Amazonas podemos proponer nuestro cambio y progreso deseado. No podemos dejar que nuestras cataratas, sarcófagos, ciudadelas, lagunas, bosques, etc.; sigan esperando por años que nosotros despertemos. Preparémonos para sacar adelante nuestra región, exijamos que nuestros candidatos regionales, provinciales y distritales den a conocer sus planes de desarrollo regional. Planes que se fundamenten en una sapiencia y coherencia con la realidad amazonense. Por último, una frase que debemos practicar día a día: “Dejemos de ser agentes alienantes y alienados, dejemos de imitar a occidente y veamos que desde nuestro territorio y sus potencialidades, podemos salir adelante impulsando nuestro auto desarrollo”
LAS SIRENAS DE GOCTA TIENEN SED

Por: Mirbel Epiquién Rivera


El Plan Regional de Turismo de Amazonas, PERTUR, acaba de ser lanzado oficialmente en la ciudad de Chachapoyas con presencia del Ministro del sector y funcionarios del gobierno nacional. En este artículo no me voy a referir al plan en sí o la potencialidad turística de Amazonas, que de eso ya se sabe y se habla mucho. Me referiré a un hecho relacionado a la conservación de las fuentes de riqueza natural del que el turismo solamente se beneficia, pero casi nunca protege.

En el PERTUR, se ha planteado como columna vertebral del desarrollo turístico regional a dos íconos de Amazonas: el ya popular complejo arqueológico de Kuelap, y la catarata de Gocta. De esta última parte el debate que planteo. Como es bien sabido, la catarata de Gocta posee un atractivo paisajístico inigualable, no solamente se trata de la caída de agua más grande del país, si no que el paisaje (mezcla de naturaleza y cultura), posee las condiciones propicias para desarrollar un turismo alternativo (ecoturismo, turismo vivencial) al puramente arqueológico que ofrece Kuelap.

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Asimismo, es sabido que en la zona ya se han desarrollado proyectos de habilitación y mejoras al producto. Sin embargo la gran pregunta es; ¿Cuál es el elemento clave en este destino turístico?, ¿la comunidad, el bosque, el camino habilitado, los albergues? No, es el agua de la catarata. La otra pregunta que nos hacemos es; ¿Cuánto se ha hecho por garantizar una caída de agua permanente, sin que afecte el producto turístico? Para responder esta pregunta me remonto hacia unos años atrás cuando en toda reunión que pude asistir planteaba la necesidad de proteger las fuentes de agua de Gocta, estoy hablando de las zonas más altas de la cuenca, aquellos pajonales que para muchos es tierra improductiva y que por ignorancia de su importancia ecológica, han dejado de lado en toda intervención pública o privada.

Esos pajonales, desde donde se escurre el agua y que luego forman la catarata, están totalmente descuidados, con incendios, ganadería extensiva, deforestación de los pocos parches de bosques, y sobre todo una falta de comunicación con su posesionarios. Es imperativa una intervención social y de conservación de esta parte de la cuenca si es que queremos seguir invirtiendo en Gocta como destino turístico, si no en unos pocos años, y con ayuda del incremento de temperatura del cambio climático, solamente podremos decir que eso era una catarata.

Otros casos emblemáticos son el Valle de Huaylla Belén en Luya, o la Laguna de los Cóndores en Leymebamba, en donde el producto turístico en abundancia es el paisaje natural, y del cual muy poco se ha planificado en cuanto a su conservación y puesta en valor como capital natural. Y cuando hablo de conservación no me refiero solamente a crear áreas protegidas, si no a fomentar y desarrollar proyectos integrales de conservación que tienen que ver con ordenamiento territorial, reforestación, piscicultura, rescate de tecnologías ancestrales (andenerías, canales de riego, etc.), promoción de servicios ambientales, deforestación evitada, entre otros.

Este descuido en la conservación de las fuentes de riqueza natural cuando se planifica o ejecutan proyectos de desarrollo local no solamente lo padece el sector turismo, si no también las grandes obras de infraestructura básica como canales de regadío, sistemas de agua potable, hidroeléctricas, etc. Casi siempre cuando se realizan estas obras se olvidan de invertir en la conservación de la fuente de agua, creyendo ingenua o malévolamente, que el recurso es inagotable.

Felizmente en algunos lugares de Amazonas ya se están implementando estos criterios de protección de fuentes, pero no necesariamente como parte de una política de gobierno (sea regional o local), si no como la suma del esfuerzo de personas e instituciones que, concientes de la importancia de la conservación de estos espacios y recursos, han ido promoviendo acciones destinadas a su protección. Falta aún la asimilación de estos conceptos por parte de los que desean hacer política, el día que suceda podremos asistir a un auténtico mensaje de desarrollo sostenible.

"YO AMAZÓNICO": VISIÓN ANTROPOLÓGICA DE NUESTRA ESPERANZA VERDE
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Estimados amigos y amigas del blog, esta vez presentamos el libro "Yo Amazónico": Visión Antropológica de Nuestra Esperanza Verde, donde el autor Elmer Antonio Torrejón Pizarro (colaborador y editor del blog) aborda el tema de la amazonía desde una visión antropológica, rescatando el aspecto social, cultural y ecológico de nuestra Esperanza Verde. El libro contiene informacion temática sobre las regiones de Amazonas y Ucayali, acompañada de fotos a todo color. El autor propone a partir de este libro, una nueva visión histórica que se debe plantear sobre la realidad pasada, presente y futura del Perú. Todavía en los pueblos más excluidos se guarda los secretos de nuestra historia y herramientas para el desarrollo de nuestro país.




PRÓLOGO

La amazonía peruana no solo debe ser vista como el gran pulmón del mundo que oxigena el planeta tierra o conservar la falsa idea de ser el refugio natural de grupos étnicos viviendo aislados de la contemporaneidad, y por último imaginada como una especie de paraíso terrenal propicio para el desarrollo del turismo de múltiples índoles.

La amazonía peruana, es sin duda una gran área geopolítica cultural que fue conformándose a través de miles de años de cultura como lo confirman un sin números de estudios arqueológicos (Lathrap, 1992), históricos (Aguilar, 1982), geográficos (Peñaherrera, 1985) antropológicos (Regan, 1993), o ecológicos (Brack, 2000). Sin embargo, pese a la existencia de una considerable bibliografía al respecto, poco o casi nada se sabe de ella y aún se le sigue evaluando a través de una visión mítica, romántica, interesada y exótica.

El Estado, los grupos locales de poder (nativos y no nativos) y la sociedad civil, no han logrado todavía una eficiente inclusión de la región amazónica a un desarrollo humano viable aceptable y sostenible, como eje articulador en el amplio proceso de globalización, permitiendo de esta manera alcanzar los estándares de una igualdad de oportunidades y de justicia social para sus habitantes, a pesar de contar con grandes potencialidades culturales, sociales, económicas y naturales que existen en la región.

“YO AMAZÓNICO”: VISIÓN ANTROPOLÓGICA DE NUESTRA ESPERANZA VERDE. Es el resultado de la tenaz persistencia de Elmer Antonio Torrejón Pizarro, antropólogo de profesión, por dar a conocer al mundo urbano y a su “ajenidad” en relación con los “otros”, el universo verde de la amazonía peruana, como una esperanza latente y protagónica en la historia cultural del Perú.

Afirma con justa razón que se debe conocer la amazonía desde ópticas múltiples, desde una mirada histórica, educativa, socioeconómica, antropológica, folklórica y ecológica, para un mejor entendimiento de su cultura y de su población. Intenta mostrarnos con vehemencia y sabiduría la existencia de una racionalidad económica, social y ecológica que posee el poblador nativo en el mantenimiento sabio de un equilibrio entre el hombre y la naturaleza.

El proyecto de investigación que él dirige; ESTUDIOS Y ANALISIS DE LA CULTURA AMAZÓNICA se inicio en el verano del 2007, teniendo como base dos grandes sectores de la amazonía. En su primera etapa, ausculto lo referente a la cultura de los Luya y Chillaos, en la Provincia de Luya, Región Amazonas; abocándose al análisis simbólico de la cosmovisión del lugar, sobre los seres sobrenaturales autóctonos (los Purunmachos) y no autóctonos (la sombra de origen cristiano), encontrando interesantes hipótesis al momento de plantear la fusión entre elementos culturales andinos y amazónicos, influenciado por el espacio geopolítico y ecológico, desembocando en la creación de una civilización propia. Contrariando de esta manera otras posiciones como las propuestas de una posible “Serranización de la Selva” (Kauffmann, l990), o de un eminente origen amazónico por el uso simbólico de las figuras de la serpiente, el caimán y el felino. (Lerche, 1995), (Morales, 1995).

Ucayali es el segundo espacio que estudia a partir del conocimiento de las costumbres de Shipibos y Conibos al interior de la gran urbe de Pucallpa, resaltando las principales festividades, los lugares sociales de aculturación y la invisibilidad de lo nativo en la ciudad por efectos de la modernidad; es decir, la conversión de nativo en ciudadano consumidor de lo global.

Pero, si bien Elmer, atinadamente señala un existente proceso de racionalidad amazónica en el manejo de la biodiversidad y los micro sistemas ecológicos, es cierto también que las poblaciones nativas están pasando por profundos cambios globalizantes que redefinen sus identidades étnicas, su propia auto percepción como individuos, nativos, o ciudadanos, donde el valor mercantil se va imponiendo en su sistema de consumo y en su vida cotidiana el acceso a los insumos de una industria cultural.

En suma, el presente libro es un esfuerzo de la Dirección de Investigación de la Escuela Nacional Superior de Folklore JOSE MARIA ARGUEDAS por contribuir en el conocimiento de una realidad todavía distante e incomprendida en nuestro predio institucional. Escrita en forma amena y discreta, el autor, Elmer Antonio Torrejón Pizarro, procura llenar un vacío por ahora insuperable. Recomendamos su lectura para aquellos que deseen profundizarse más en la comprensión del universo amazónico: última esperanza verde de la humanidad.

Amilcar Hijar Hidalgo
Director de Investigación

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* Para los interesados del libro lo pueden conseguir en la Escuela Nacional de Folklore Jose María Arguedas (Jr. Ica 143 - Cercado de Lima. Teléfono: 4274536) o comunicarse a través del correo: etpizarro@hotmail.com. Teléfono: 991538174
EL FUTURO INCIERTO DE LA AMAZONIA PERUANA
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Por: Marc Dourojeanni*
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Nunca se tuvo esperanza que la Amazonia del Perú tuviese un futuro mejor del que se prevé para el resto de la Amazonía. Pero nada hacía posible imaginar que podría ser peor, hasta que se hizo una recolección e interpretación de las informaciones dispersas y contradictorias que cada sector público anuncia en sus presentaciones, sus documentos oficiales y en medios electrónicos. Esa revisión demostró inequívocamente que la Amazonia peruana confronta una avalancha sin precedentes de propuestas y de decisiones sobre infraestructuras públicas y explotación de recursos naturales que serían implantadas entre los años 2010 y 2021, que no guarda relación con la poca información de que dispone la sociedad que no tuvo la oportunidad de discutirlas. La falta de transparencia es causa principal de los graves conflictos sociales que cada vez con mayor intensidad se producen en la Selva peruana.

La información compilada, a pesar de no ser exhaustiva, confirmó plenamente el supuesto de que la Selva, después de siglos de abandono o de atención esporádica, es ahora un foco de atracción para inversionistas. Nunca antes en su historia se habían concentrado tantos proyectos. Entre estos destacan 52 centrales hidroeléctricas, de las que 26 están propiamente en la Amazonía, incluidas las más grandes como las previstas en los ríos Marañón, Ene e Inambari. Por lo menos dos de ellas deberían ser construídas durante la próxima década, incluidas sus líneas de trasmisión. La procura por hidrocarburos, que ya asoló principalmente el norte de Loreto, se expande ahora a más del 70% de la Selva y eso puede aumentar. Ya existen 7 lotes con contratos de explotación activos. La minería abarca más de 10 millones de hectáreas de la cuenca amazónica en forma de derechos titulados y la que se desarrolla propiamente en la Selva ya es importante en Amazonas y San Martín. De otra parte, la explotación aurífera informal que ya reviste características trágicas en términos sociales y ambientales en Madre de Dios, está en plena expansión. Las carreteras son una pieza esencial del desarrollo ya que de ellas depende la viabilidad de explotación de la mayor parte de los recursos naturales. Ya existen unos 8,000 km construidos y el gobierno nacional prevé hasta 2021 la construcción de 880 km adicionales, el asfaltado de 2,089 km y la mejoría de otros 1,517 km sin incluir en estas sumas las carreteras interoceánicas Sur y Norte. Pero es probable que se hagan muchas otras obras viales en el futuro mediato, entre ellas la Interoceánica Centro (Pucallpa-Cruzeiro do Sul). También está prevista la construcción de unos 4,200 km de hidrovías y de varios miles de kilómetros de hasta 7 ferrovías, tres de las cuales serían conectadas al sistema brasileño. En el sector agrario, con el pretexto de contribuir a reducir la dependencia del país de combustibles fósiles y atenuar el efecto invernadero se propone el establecimiento de casi medio millón de hectáreas de plantaciones para biocombustibles y, en el rubro forestal, ya están concedidas 7.7 millones de hectáreas para explotación de madera formal pero la actividad informal cubre prácticamente toda la Selva.

Impactos previsibles

Es evidente que no todas esas obras y proyectos serán ejecutados en el plazo de una década. Pero, dada la buena coyuntura macro-económica del Perú y el demostrado interés de los inversionistas extranjeros es probable que gran parte sea materializada. Cuando se revisan las implicaciones ambientales y sociales de cada proyecto individualmente, los que corresponden a cada sector y, todos ellos en su conjunto, la magnitud y gravedad de los impactos ambientales y sociales razonablemente previsible son inmensos. Lo serían aún en el caso de que solamente entre un tercio y la mitad de las propuestas sea realmente realizado en el lapso de la próxima década.

Los impactos ambientales principales serían la deforestación (puede alcanzar de 25 a 40% de la región en 2041) por cambio de uso de la tierra para usos agropecuarios, mineros, petroleros, forestales y lagos artificiales y, la degradación de los bosques (entre 56 y 91% de la región en 2041); la pérdida drástica de elementos del patrimonio biológico natural; la contaminación de suelos y aguas por agroquímicos diversos, secuelas de la explotación de hidrocarburos y de la minería, residuos urbanos e industriales; la alteración del régimen hidrológico amazónico tanto por represamientos como por la alteración del ciclo hidrológico por la deforestación; un aumento drástico de la contribución del Perú al fenómenos de cambio climático por emisiones de CO2 y de otros gases por deforestación y por lagos artificiales y, entre muchos otros, la radicalización de procesos erosivos insidiosos y violentos especialmente en la Selva Alta.

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* ANALISTA. COAUTOR DEL LIBRO “AMAZONÍA PERUANA 2021”.